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OJOS BLANCOS EN TERNEROS

“Todas las muestras resultaron positivas al crecimiento de Escherichia coli”

Se presenta el estudio de casos de septicemia neonatal en un rodeo de cría radicado en la Cuenca del Salado.
Por ALEJANDRO RODRIGUEZ 31 de agosto de 2015 - 23:43

Septicemia es un término que hace referencia a una enfermedad sistémica y, en cierta medida, a la persistencia de microorganismos patógenos o sus toxinas en la sangre. Esta condición es tradicionalmente descripta como una problemática que afecta a terneros menores a dos semanas de edad.

Las fallas en la transferencia pasiva de anticuerpos, las pobres condiciones sanitarias del corral de parto, el anegamiento y el inadecuado cuidado del cordón umbilical, así como terneros procedentes de vaquillonas, vacas con mastitis o distócicas, son citados como factores predisponentes, siendo la Escherichia coli el microorganismo frecuentemente aislado.

Esta afección presenta signos clínicos, generalmente variados e inespecíficos, y puede ocasionar la muerte del animal.

Dado que el diagnóstico es a menudo realizado en base a la historia clínica y el examen físico, siendo el hemocultivo la prueba confirmatoria, profesionales de la Estación Experimental Cuenca del Salado del INTA efectuaron un trabajo en el que describen dos casos de colosetpicemia en terneros de campo de cría.

 

A los hechos

Según comentan los técnicos, el problema tuvo inicio durante la temporada de parición del 2014, en un rodeo de cría bovina ubicado en el partido de Rauch, provincia de Buenos Aires.

En dicha oportunidad se informó al veterinario a cargo que dos terneros menores de 5 días de edad, presentaron súbitamente los “ojos blancos”. A su vez, se mostraban depresivos y apáticos.

Al llegar al establecimiento se recogieron datos y se hizo una recorrida por el potrero que había presentado el problema con el fin de realizar un diagnóstico.

Uno de los animales afectados (una ternera Aberdeen Angus colorada de 4 días de edad) había muerto; por lo que se practicó la necropsia correspondiente y se tomaron muestras para cultivo bacteriológico de líquido articular, bazo, hígado, humor acuoso y líquido cefalorraquídeo.

“Con los resultados de laboratorio y las observaciones a campo, los técnicos del INTA definieron al diagnóstico como colisepticemia”.

“Todas las muestras fueron procesadas por separado”, explicaron, al tiempo que “se examinó el otro animal afectado, tomando del mismo una muestra de sangre para la realización de un hemograma y cultivo bacteriológico”. Tras el resultado del cultivo bacteriológico se realizó un antibiograma.

El lote afectado estaba integrado por 143 vaquillonas Aberdeen Angus con servicio a los 15 meses de edad, de las cuales 43 ya habían parido.

Las mismas se encontraban sobre un rastrojo de maíz, cuya gran parte de la superficie se encontraba anegada y según señalan los técnicos “ambos terneros que presentaron el problema habían nacido tras ser asistidos durante el parto”.

Con la necropsia se comprobó “un aumento del tamaño de las articulaciones tibio – metatarsiano, radio – metacarpiana y coxo- femoral, con abundante cantidad de líquido sinovial serosanguinolento y exudado fibrinopurulento en el interior”. En la cámara anterior de ambos ojos “se observó una secreción con pus”. Todas las muestras resultaron positivas al crecimiento de Escherichia coli.

El segundo animal examinado era una hembra Aberdeen Angus de 3 días de edad. En ambos ojos “se observaba la presencia de un contenido viscoso y blanquecino a nivel posterior de la córnea”, y a su vez “los vasos epiesclerales se encontraban congestivos”.

De acuerdo a lo que explican los referentes a cargo del estudio “el leucograma reveló una leucocitosis con mono y linfocitosis”. Mientras que el cultivo de la sangre resultó ser positivo al crecimiento de Escherichia coli.

 

El diagnóstico

Con los resultados de laboratorio y las observaciones a campo, los técnicos del INTA definieron al diagnóstico como “colisepticemia” y según indican “las condiciones medioambientales y la categoría animal implicada, sumado a la dificultad de parto que obligó a que ambos sean asistidos, condicionó la transferencia inmune pasiva de los terneros, poniendo en riesgo los mecanismos de defensa. Quedaron expuestos a la acción patógena de microorganismo medioambientales”.

Los signos clínicos, los hallazgos macroscópicos, los resultados de laboratorio y el aislamiento de Escherichia coli en ambos animales sugieren la presencia de un caso de colisepticemia.

Los expertos del INTA destacaron la colaboración del MV. Raúl Romero y los técnicos responsables del Instituto Central de Análisis Clínico de Rauch.

 

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