» A fin de trazar una estrategia para poder alcanzar los objetivos propuestos en el PEA, los proveedores de insumos reunidos en ACTA llevaron adelante un evento del cual participaron funcionarios del Gobierno nacional.
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SUSCRIBITE» A fin de trazar una estrategia para poder alcanzar los objetivos propuestos en el PEA, los proveedores de insumos reunidos en ACTA llevaron adelante un evento del cual participaron funcionarios del Gobierno nacional.
Por Nicolás de la Fuente |
En la actualidad y como pocas veces antes, es clave que los proveedores de insumos agropecuarios interactúen estrechamente con los productores y con aquellos que tenemos la responsabilidad de planificar y llevar adelante el desarrollo ganadero. Estamos frente a una nueva geografía productiva a partir de la cual se generó un real reordenamiento de las actividades agropecuarias. Existe la necesidad de incrementar la oferta de todas las producciones, aunque siempre bajo una superficie determinada de tierra. Es por ello que deberemos crecer en forma vertical: aumentando la productividad animal. En este sentido, juegan un rol central y son casi imprescindibles los proveedores de tecnologías», resumió el Ing. Daniel Rearte en el Seminario «Ciencia + Tecnología + Sustentabilidad», llevado adelante por la ACTA en diciembre.
Queda claro entonces que en los tiempos que vienen, el hecho de difundir e incorporar tecnología en los campos ganaderos será esencial a la hora de poder incrementar la producción de carne.
Este fue el mensaje que se transmitió desde la Asociación de Cámaras de Tecnología Agropecuaria que nuclea a CASAFE, ASA y CAPROVE, con motivo de poder cumplir las metas del Plan Estratégico Agroalimentario (PEA) en las que planteó el desafío de producir 160 millones de toneladas de granos y 8 millones de toneladas de carnes, para lo cual es vital fortalecer la relación entre lo público y lo privado.
«Nos sentimos responsables de poner en mano de los productores las mejores tecnologías disponibles en el mundo, y esto supone un gran esfuerzo tanto en las inversiones como en la generación de las tecnologías. Esto exige, hoy más que nunca, una gran interacción no sólo con los productores, sino que entre el sector público y privado», dijo Oscar Domingo, presidente de ACTA y de la Asociación Semilleros Argentinos, ASA.
Por su parte y frente a una sala colmada de empresarios y funcionarios públicos, Daniel Rearte -en su condición de miembro del INTA- explicó cuáles son las vinculaciones público – privadas necesarias para que la inversión del sector ganadero contribuya al desarrollo integral del país. Así, marcó con firmeza que el crecimiento de la ganadería local depende -en gran medida- de la inversión en sanidad y en productos veterinarios, situación sobre la cual destacó el trabajo que viene realizando la Cámara Argentina de la Industria de Productos Veterinarios para dar respuestas a este desafío.
Estimaciones
En lo que hace al mercado interno, Rearte remarcó la necesidad de producir más carne y explicó que más allá de las 2.600.000 toneladas que se han venido produciendo en los últimos años, el país tiene posibilidades concretas de llegar a las 3.800.000 toneladas. «Esto no lo vamos a lograr necesariamente a través de una recuperación del stock. Y no por decir esto estoy limitando el potencial productivo del país, lo que es limitado es la superficie», agregó.
«Tuvimos un stock importantísimo de casi 60 millones de cabezas hace muy pocos años; del cual no sacábamos más de 14 millones de terneros. Esa es una limitante. La producción de carne de un país está definida por la cantidad de terneros que saquemos. Después analizaremos el tema del stock. No debemos generar conflictos con otras actividades por el tema de la tierra», sostuvo.
Asimismo y durante la disertación, Rearte mostró una serie de hipótesis de crecimiento para la actividad. Así, destacó que Argentina puede pasar a las 54 millones de cabezas y que si a la vez aumenta un 10% los niveles de destete, podrá lograr la misma cantidad de terneros que cuanto contaba con casi 60 millones de cabezas. «Hace mucho tiempo que de cada 10 vacas, solamente 6 nos dan un ternero. Existiendo limitaciones de superficie, es evidente que lo que tenemos que hacer es aumentar en productividad», agregó.
Por su parte, el especialista agregó que «con un consumo de 56 kilos por habitante al año y una población estimada en 42 millones de personas de cara a 2020 y sin instrumentar ninguna mejora productiva (seguir con el 62% de destete y una tasa de extracción del 25%) podríamos producir 2.800.000 toneladas, con unas 500 mil para la exportación. Otro escenario posible está ligado al aumento del peso de faena hasta los 380 kilos, con las mismas vacas y la misma eficiencia o ineficiencia: con lo cual podríamos tener un millón de toneladas para exportar. Pero no nos podemos quedar con eso. Sobre todo si tenemos en cuenta que mejorando 10 puntos los niveles actuales de destete y llevando al 28% la tasa de extracción, se podrían lograr resultados considerablemente superiores».
Estrategia
Para lograr estos objetivos, Rearte destacó que se debe trabajar tanto sobre la nutrición, como sobre la sanidad de los animales.
«El 17% de los productores realiza un servicio estacionado; el 51% de las vacas está en rodeos organizados y solamente el 45% de las mismas son tactadas en la actualidad. Esto nos hace comprender por qué tenemos un destete del 62% y mucho más si tenemos en cuenta que solamente el 1% de los establecimientos ganaderos tiene atención veterinaria permanente».
En este sentido, Rearte destacó el trabajo que CAPROVE ha estado realizando en el marco de su Plan Sanitario Productivo, revalorando la idea de incrementar este tipo de inversiones, las cuales «pueden evitar muy importantes pérdidas para todo el sector, como ya está demostrado».