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Columna

La rabia incontenida en Uruguay

El caso de una veterinaria mordida por un gato con rabia paresiante en Uruguay interpela las políticas y los criterios de prevención en el vecino país.

Motivar | Lizi Domínguez
Por Lizi Domínguez 5 de octubre de 2024 - 09:37

El reciente caso de una médica veterinaria de Uruguay que fue mordida por un gato con rabia paresiante, y todo el derrotero que tuvo que transitar para acceder al debido tratamiento, dejó (y acaso, aún deja) una serie de interrogantes para los profesionales de ese país en cuanto a qué grado de vulnerabilidad están expuestos respecto de esta enfermedad, y qué criterios se aplican a la hora de medir ese grado de exposición.

El caso también dejó al descubierto que mucho se sabe de la rabia paresiante en murciélagos como vectores y cómo abordar un salto de especie (como en este caso, un felino), pero poco se conoce acerca de las herramientas disponibles para los humanos en materia de prevención, tratamiento y el rol del estado en su provisión y contención en caso de una infección.

Y otro tema no menor, es la vacunación de las mascotas, que en Uruguay no está normada como obligatoria, por lo que queda a criterio de cada tutor protegerlos o no, y en este contexto, lo único que pueden hacer los médicos y clínicas veterinarias es recomendar la protección.

MOTIVAR siguió de cerca el caso de la Dra. Zully Panissa, la veterinaria de Salto, Uruguay, que atendió un gato rabioso, que murió a los 15 minutos después de haberla mordido.

Con cierta impotencia, la profesional contó que tuvo que “pelear” con el sistema de salud pública, primero para hacer entender que su vida corría riesgo porque no había dudas de que estaba infectada, y segundo, para acceder al tratamiento post exposición al virus.

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Dra. Zully Panissa, la veterinaria de Salto, Uruguay, que atendió y fue mordida por un gato rabioso.

Dra. Zully Panissa, la veterinaria de Salto, Uruguay, que atendió y fue mordida por un gato rabioso.

Pasaron más de 24 horas hasta que Zully dio con los contactos que le allanaron el camino para arrancar con la primera dosis del tratamiento, y que idealmente debería haber recibido inmediatamente después de la mordedura. Afortunadamente, la profesional pudo completar el tratamiento, está fuera de peligro y sin secuelas.

Ataque de pánico

El 6 de julio y tras hacer análisis de laboratorio, las autoridades uruguayas confirmaron que el gato que mordió a Zully tenía rabia. Recién el 13 comenzó la vacunación masiva en el barrio Andresito de Salto, donde ocurrió el caso, y recién el 15 de julio se organizó un encuentro virtual con funcionarios gubernamentales y especialistas académicos para evacuar dudas (y temores) a los veterinarios uruguayos sobre cómo manejarse ante un caso de salto de especie de rabia y su eventual exposición al virus.

Del encuentro, quedó claro que en Uruguay la vacunación antirrábica post-exposición es gratuita, pero la misma sólo se administra con una orden médica. “Es importante hacer un buen uso de este insumo ya que se trata de un recurso de producción fuera del país”, se informó oficialmente.

Sobre la vacunación antirrábica preventiva para humanos, el gobierno informó que no es gratuita, es posible conseguirla en el ámbito privado, y también queda a criterio de cada profesional colocársela, según el grado de exposición al virus que tenga.

En ese punto, del intercambio entre profesionales y autoridades gubernamentales no quedó del todo claro quiénes estarían dentro del rango de mayor riesgo.

Tras ese encuentro y en base a su propia experiencia, Zully Panissa dijo a este periódico que “en Uruguay, los veterinarios estamos desprotegidos de las zoonosis”.

¿Y en Argentina?

En Argentina el acceso al tratamiento post exposición al virus de la rabia en humanos está disponible sin restricciones en los efectores de salud.

Si bien no es obligatoria por ley, la vacunación antirrábica preventiva para humanos se realiza generalmente a través de campañas promovidas por organismos como colegios de veterinarios, que solicitan al Estado la provisión de las dosis, que se aplican en forma gratuita tanto a profesionales como a todo operario, personal o individuo que esté en riesgo.

Asimismo, y tal como ocurre en Brasil, los estudiantes de veterinaria cuyas facultades se encuentran en zonas endémicas de rabia, como la FCV de Corrientes, reciben la vacunación preventiva en forma obligatoria y gratuita.

Al igual que en perros y gatos, la vacunación preventiva en humanos es de aplicación anual.

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