El flagelo de la garrapata "abarca un 38% del territorio nacional en lo que respecta a las zonas endémicas, con 15 millones de cabezas afectadas. Y justamente está concentrado en el ganado bovino, que es el principal huésped", señaló Luciana Chaparro, jefa del Programa Nacional de Garrapatas del Senasa, en el marco del último Congreso de Fundaciones y Entes de Lucha Sanitaria Animal.
Luego de repasar todo el marco normativo vigente para el manejo y de recordar que "la garrapata tiene un potencial reproductivo enorme, con una postura de 3.500 huevos con resistencia", la profesional sentenció: "Hoy no es tan importante erradicar la garrapata, sino erradicar la garrapata resistente".
En ese sentido, remarcó que "el mal uso de productos veterinarios garrapaticidas, complica todo relacionado a la resistencia parasitaria, la aceleran", al igual que los tratamientos parciales. "Si yo dejo un animal sin tratamiento, no sirve de nada porque el parásito tiene un potencial reproductivo enorme. Entonces, eso también nos juega en contra".
Otro punto que abordó Chaparro es el de los costos de los productos, que "son muy altos. Los garrapaticidas no son para nada baratos, pero si son bien utilizados, si los usamos de manera eficiente, quizás nos sirvan".
"La infraestructura deficiente es también un punto crucial, porque tenemos alambrados caídos, potreros que se mezclan, tratados con no tratados, las instalaciones mismas de la manga deficientes. Yo puedo tener un buen manejo y mi vecino no, y se pasan los animales. Entonces, son todas cuestiones que complican a la hora de aplicar un saneamiento", consideró.
Herramientas de lucha
"Esta lucha y tantas otras luchas necesitan o comprenden varios factores que hay que tener en cuenta: es importante la desición política, el financiamiento, mucho personal capacitado, y es fundamental el compromiso del productor: no podemos ser niñeras de los productores", sentenció la jefa del Programa Nacional de Garrapatas, y añadió: “El productor tiene que hacerse cargo de su situación, de su campo, de su parasitosis”.
La profesional destacó que también es preciso un debido asesoramiento técnico, seguimientos y auditorías, tanto desde el Senasa como de los entes "y para los que no hacen las cosas bien, aplicar sanciones acordes que puedan llegar a encarrilar alguna situación que esté fuera de control", aseveró.
Como nuevos pilares para una lucha integrada y sustentable contra la garrapata bovina, Chaparro indicó que es necesario aplicar estrategias sanitarias específicas para cada región, resguardando la zona libre de la parasitosis; evitar la diseminación de la resistencia, a través del monitoreo y control de movimientos; velar por la inocuidad de los alimentos y promover la tenencia responsable de ganado".
Y "obviamente, tenemos que trabajar en equipo Senasa, entidades, fundaciones, sociedades rurales, todos los productores, privados y no privados".
Modificaciones
Entre las principales incorporaciones a la normativa se incorpora el bañadero de aspersión, el concepto de la tenencia responsable de ganado, nuevas herrramientas para el control de la garrapata, una estratificación de la resistencia, el llamado tratamiento precaucional (resolución 917/24), el manejo responsable de residuos.
También se plantean cambios en las estrategias sanitarias y la vigilancia epidemiológica, entre otros que ya han sido implementados.
"Mis vacas, mis garrapatas"
Chaparro explicó que la tenencia responsable del ganado se resumen en la expresión "mis vacas, mis garrapatas".
"Yo tengo mis vacas, soy titular de esos animales, por lo tanto soy responsable de mantenerlos dentro del límite de mi establecimiento. No tengo que por qué perjudicar a otros, o que anden sueltos por ahí", graficó.