La presencia de la chicharrita del maíz (Dalbulus maidis) se intensifica en distintas regiones agrícolas del país, según el reciente informe de la Red Nacional de Monitoreo. Aunque no representa un peligro inmediato para la actual campaña, su crecimiento sostenido es un factor de riesgo de cara al próximo ciclo agrícola.
El informe, basado en 348 localidades monitoreadas con trampas cromáticas, destaca especialmente la situación en el Centro-Sur. En esta zona estratégica para la siembra temprana de maíz, se registraron por primera vez más de 100 adultos por trampa en dos puntos, lo que enciende señales de alerta.
En el NOA, el 84% de los sitios relevados superó los 100 individuos por trampa. En el NEA, esa cifra se alcanzó en la mitad de las 28 localidades afectadas, con Santiago del Estero y Santa Fe como focos principales. El Litoral muestra estabilidad, aunque con un 21% de los sitios con más de 100 capturas. En tanto, el Centro-Norte no solo notificó presencia en el 87% de los lugares, sino que casi la mitad reportó niveles críticos.
Enfatizar controles de la chicharrita
La Red subraya la necesidad de continuar los monitoreos incluso después de la cosecha, y enfatiza el control de maíces voluntarios como medida clave para evitar la propagación del vector.
Con la dinámica poblacional en alza, se vuelve imprescindible ajustar las estrategias regionales y reforzar las prácticas culturales que previenen su avance. La chicharrita del maíz vuelve a ser protagonista en el campo argentino, y el diseño de planes de manejo adaptados a cada región será fundamental para mitigar su impacto.