En palabras de Alberto Paz Polito, de la Cámara Argentina de Distribuidores de Productos Veterinarios (Cadisvet); Sean Scally, de la Cámara Argentina de la Industria de Productos Veterinarios (Caprove); y Jorge Casim, de la Cámara de Laboratorios Argentinos Medicinales Veterinarios (Clamevet), se condensan los principales interrogantes que tiene el sector de cara al año entrante.
Alberto Paz Polito: En primer lugar, observamos con atención la situación económica del país. Luego, atendemos nuestra participación como Cámara en la comercialización de productos veterinarios, tanto en grandes, como en pequeños animales. Y, por último, bregamos por el diálogo entre todos los actores del mercado.
Sean Scally: En primer lugar, las implicancias políticas sobre las condiciones de importaciones que afectan tanto a la industria nacional como a multinacional. Siendo la industria veterinaria superavitaria en lo que refiere a exportaciones sobre importaciones, Caprove deberá defender esta situación para lograr mantener continuidad en la provisión de medicamentos que son fundamentales para la producción y el bienestar animal. Otro punto es la relación con el Senasa por los temas que aún no se han cerrado. Por otro lado, deberemos seguir de cerca el mercado y los cambios que se están produciendo en la cadena comercial.
Jorge Casim: Hay mucha incertidumbre con respecto a las medidas que pueda tomar un futuro Gobierno.
Más allá de las voluntades del partido electo, hay una acumulación de tensiones económicas que inexorablemente van a explotar. Las crisis en la Argentina siempre son a fondo para poder después volver a empezar.
¿Qué tareas piensan concretar el próximo año?
Sean Scally: En lo económico, el 2024 será un año en el cual se generarán cambios importantes, independientemente de quien gobierne. Ante esto, la industria veterinaria deberá adaptarse y en esto Caprove tiene un rol fundamental, interactuando con los distintos actores.
En lo técnico, el que viene será un año muy activo en la interacción con el Senasa, ya que hay varios temas abiertos como la actualización de la 482, la digitalización de expedientes, el vademecum digital, la venta de principios activos en cuñetes, la incorporación de QR en los impresos, y otros temas que hacen a la relación de la industria.
En cuanto a lo institucional, 2024 será de mucha actividad, ya que debido a los inconvenientes para importar y lograr realizar pagos al exterior, se deberá trabajar arduamente con el sector oficial, básicamente con la Secretaría de Comercio y las áreas de Agricultura para recomponer la normalidad del negocio veterinario.
Jorge Casim: Desde Clamevet, seguimos enfocados en las capacitaciones, sobre temas como las GMP, para salir de la coyuntura y atender necesidades reales de los socios. El gran desafío es seguir trabajando y evitar la inmovilización.
Los puntos regulatorios hay que seguirlos de cerca y cumplimentándolos como el vademecum digital del Senasa, que debe actualizarse. Deberemos trabajar sobre eso, a pesar de que el programa no está del todo implementado.
Alberto Paz Polito: Para responder esta pregunta es necesario separar la respuesta por especies.
En animales de compañía necesitamos profundizar las relaciones comerciales con nuestros proveedores. Lograr alianzas estratégicas será la clave para nuestro trabajo conjunto, evitando la competencia desleal.
La venta directa (aunque sea vía transfers) a precio distribuidor y los precios mayoristas a las cadenas distorsionan el mercado y necesitan corregirse. La participación de los socios de Cadisvet en este mercado es muy alta y solo el trabajo en conjunto y ordenado nos permitirá crecer.
Seguiremos trabajando para que los productos sean comercializados exclusivamente en comercios debidamente habilitados y con un profesional veterinario responsable.
Sin dudas, el código de barras (asignatura pendiente) facilitará no sólo nuestro trabajo sino el control general de toda la comercialización.
En animales de producción la participación de nuestra Cámara es menor que en animales de compañía.
Estamos convencidos que la presencia del veterinario en los establecimientos rurales ha mejorado, pero todavía hay mucha venta por fuera del canal que perjudica al distribuidor y también al profesional. Por supuesto que en este mercado también aplica el concepto de alianza estratégica.
¿Cuál es el mayor desafío que tiene la industria y en particular la Cámara?
Jorge Casim: No sabemos qué va a pasar en los próximos meses y si bien en cuanto al tema importación de insumos se aprobaron las SIRAS, no se están pagando; por lo cual la incertidumbre continúa y ya que no se sabe a qué dólar se pagarán. Las expectativas de mínima están puestas en “sobrevivir”.
El escenario político es muy incierto y más allá de quién gane, lo seguro es que estamos ante una situación grave.
Hasta bien entrado el segundo semestre del próximo año no se espera una normalización del acceso a dólares.
Alberto Paz Polito: Sin dudas, uno de nuestros mayores desafíos pasa por consolidar aún más nuestro trabajo con todos los actores del mercado.
El trabajo conjunto tiene que llevarnos a formalizar la comercialización con el objetivo de evitar la competencia desleal. En igualdad de condiciones, revalorizamos nuestras estructuras y podremos seguir invirtiendo para mejorar cada día.
Hoy entre los socios de Cadisvet reunimos cerca de 900 puestos de trabajo, 350 vehículos entre propios y tercerizados, 22.000 clientes, 6.200 pedidos diarios, más de 350.000 unidades comercializadas.
Sean Scally: El desafío de la industria y por lo tanto de Caprove es lograr el crecimiento a través del mejoramiento del uso de las herramientas sanitarias, cuidando la relación con los organismos de control para poder avanzar en un sistema lo más justo y equitativo posible.
Sabemos que en todas las especies animales hay un trabajo para realizar tendiente a mejorar los índices de productividad y de bienestar. La medicalización en pequeños animales se estima que se encuentra por debajo del 40%; en bovinos alrededor del 50%, mientras que en cerdos y aves también quedan espacios para mejorar la productividad.
Ese es el desafío de la Cámara, incrementar el grado de medicalización para mejorar impulsar la producción, el bienestar animal y el resultado de nuestras empresas.