Quizás algún desprevenido crea que de lo único que se habló en los últimos meses en laindustria veterinaria fue de los cambios ya anunciados por el Senasa con relación al registro y aprobación de la vacuna contra la fiebre aftosa.
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SUSCRIBITEAvanzan fuertes cambios en el marco normativo, en el mercado de fármacos y biológicos y en la participación de los profesionales en el cuidado de la salud animal.
Quizás algún desprevenido crea que de lo único que se habló en los últimos meses en laindustria veterinaria fue de los cambios ya anunciados por el Senasa con relación al registro y aprobación de la vacuna contra la fiebre aftosa.
Claro que esto ha sido importante y que en esta nueva edición de MOTIVAR podrán encontrar toda la información sobre lo que pasó y lo que vendrá alrededor de este tema que convulsionó al sector.
Sin embargo, no es lo único.
Al mismo ritmo en que hemos logrado dejar de ser un país “barato”, a uno “carísimo” en dólares, avanzan fuertes cambios no solo en el ámbito normativo, sino también en lo que hace al mercado de fármacos y biológicos y a la participación de los profesionales en el cuidado de la salud animal.
Pasaron pocos meses, pero la transformación es evidente. Vayamos por partes.
¿Cómo fue que el reclamo por el precio de la vacuna antiaftosa se convirtió en un cambio normativo tan rotundo como el anunciado oficialmente en cuanto a que a partir del 1 de marzo de 2025 ya no serán tetravalentes las vacunas a emplear a nivel local?
¿Qué pasó que empresas que habían invertido en construir plantas exclusivas para elaborar betalactámicos ahora competirán con otras que no necesitarán segregar este tipo de áreas?
¿Es sorpresa que se haya avanzado oficialmente en la prohibición de determinados antimicrobianos en veterinaria?
Estas y muchas otras son las preguntas que se hacen off the récord los dueños y las dueñas de laboratorios veterinarias que han visto últimamente publicarse distintas novedades que afectan su quehacer cotidiano.
¿En qué derivará el nuevo marco regulatorio que trabaja el Senasa con las cámaras? Este parece ser hoy el gran tema a dilucidar en una industria que cada vez plantea mayores diferencias entre la visión de los locales y quienes importan productos hacia nuestro país, en lo que muchos vislumbran como el inicio de lo que más temprano que tarde desencadenará en el uso de la receta electrónica.
Recesión, inflación y dólar planchado. Estas son los tres conceptos que han “movido” el ritmo del mercado de productos veterinarios en nuestro país, con una cadena de distribución que a todas luces tomó la decisión de vaciar sus stocks, impulsando una baja en las ventas en distintos segmentos del mercado, la cual se suma a caídas de los consumos en los puntos de venta, principalmente en el segmento de los animales de compañía.
Con precios atados a los fuertes aumentos registrados a inicios de este año, en el sector conviven hoy distintas estratégicas comerciales que mostraron al mes de abril con algunas caídas en los valores reales de los productos veterinarios, incluso por debajo de la inflación. No al nivel de lo que han hecho las marcas de alimentos balanceados para mascotas, por ejemplo, pero fármacos y biológicos comienzan a “acomodar” sus precios en un ajuste que hoy por hoy pagan los laboratorios, tanto locales, como internacionales. O al menos así lo ve buena parte de las distribuidoras veterinarias.
Cambió el negocio, cambian las variables y se vienen fuertes modificaciones que impactarán de lleno en la industria nacional de elaboración de productos veterinarios. ¿Qué pasará con los distribuidores?
¿Y los veterinarios, cómo se perfilan de cara a un año en el cual la eficiencia y el orden serán variables estratégicas para no quedar a la deriva?
Te lo seguimos contando, día a día desde este portal digital. No te lo pierdas, es clave estar informado.