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SUSCRIBITE Las ovejas y sus corderos nos remiten inmediatamente a una postal de la Patagonia, donde grandes rebaños se desplazan sobre extensas praderas. Sin embargo, la producción ovina argentina no se reduce solo a esa foto que forma parte del imaginario colectivo y se extiende también en otras regiones, como el sur de Corrientes y Buenos Aires, el norte de Entre Ríos y la provincia de Córdoba.
En esta última, un grupo de productores acaba de crear la primera cámara sectorial con miras a impulsar su industria y atender las problemáticas específicas.
Para conocer más sobre las actividades que se encuentran realizando, MOTIVAR dialogó con el flamante presidente de la Cámara de Productores Ovinos de Córdoba (CAPOC), Gerardo Colombano, quien enfatizó tanto en las virtudes de esta actividad intensiva, como en su potencial y en las dificultades que afronta (Ver recuadro).
Los últimos datos oficiales del INDEC para 2015, señalan que son más de 14.85 millones las ovejas que pastorean en todo el país, en manos de 75.000 productores.
La misma fuente declara que la producción cárnica ovina fue de 59.225 toneladas y que el consumo domestico ascendió a 55.655 tons. Es decir, 1,3 kg per cápita. La diferencia queda en manos de unos pocos jugadores para la exportación.
“El consumo interno está estancado en esa cifra y una de las razones es la falta de oferta; no de demanda”, advirtió un Colombano que, como productor, explota un campo de 80 hectáreas, del cual destina dos terceras partes de superficie a la producción ovina, con 800 madres, en las inmediaciones de la ciudad de Villa María.
En Córdoba los datos oficiales dan cuenta de 240.000 madres, mientras que -amparada en su propio relevamiento- la cámara estima en casi 500.000 las ovejas repartidas por todo el territorio provincial. “Queremos llegar al millón”, sinterizó el directivo.
La cría de ovejas y sus corderos es una actividad alternativa o complementaria, por lo cual el número de productores que la eligen como fuente principal de ingresos es bajo. “Forma parte de la cultura de algunos y una opción muy rentable para otros”, afirmó el titular de CAPOC y repasó: “En los últimos años, es la actividad más rentable que se puede realizar en el campo, por encima incluso de la producción de soja, maíz o trigo. Ni hablar, con respecto a la producción tambera y ganadera”.
Vale decir que si se toma solo la industria cárnica ovina a los valores actuales, se estima que el sector factura US$ 270 millones a nivel nacional cada 12 meses.
Sin embargo, no hay cifras oficiales y el porcentaje de informalidad es elevado.
Entre las principales problemáticas que enfrenta el sector se destaca la falta de frigoríficos habilitados a la faena de corderos y precios que resulten razonables para los productores. Según Gerardo Colombano, presidente de CAPOC, “estamos discutiendo con tres plantas, de las cuales una sola tiene alcance nacional. Y agregó: “Otro problema en la provincia es la falta de profesionales capacitados en la materia. Hoy un veterinario termina consultando a los productores con más experiencia para saldar las dudas ante una consulta técnica”.
Según el entrevistado, un grupo de productores comprendió que la conformación de una cámara provincial es el vehículo para difundir y promocionar la ganadería ovina. “Sabemos que, a través de la cámara podremos capacitar a los productores con mayor facilidad”, explicó su presidente.
Las razas carniceras, como Hampshire Down, Texel y Corriedale, son mayoría en los campos cordobeses. “Una de las características distintivas de los productores ovinos locales está dada por sus rebaños reducidos en comparación con las producciones tradicionales de la Patagonia. En Córdoba, un productor con más de 500 ovejas es considerado grande y son pocos los que superan ese volumen de animales. De hecho, alrededor del 80% no supera las 100 cabezas”, graficó Colombano y advirtió: “En el Sur, el objetivo de la producción es totalmente diferente, porque el negocio pasa por la esquila y la comercialización de la lana, mientras que en nuestra región la carne explica el 95% de los ingresos”.
En cuanto a la rentabilidad, el productor explicó: “Si bien la señalada promedio entre los bovinos ronda el 65%, en ovinos la cifra puede alcanzar el 130%, por las pariciones de melliceras. Un cordero de alrededor de 28 kilos tiene un precio similar a un novillo gordo: $30”. Esto representa una facturación cercana a los $900 por cordero en pie.
Más allá de esto y teniendo en cuenta que el consumo de los ovinos es similar al de los vacunos, y que los primeros pesan alrededor de 50 kilos se calcula que pueden convivir unas 20 cabezas por hectárea.
“Una producción de 20 madres y un nivel de señalada conservador en torno al 100%, genera ingresos de $18.000 por hectárea por año”, resaltó nuestro entrevistado.
Del otro lado del mostrador, los costos para mantener un cordero son menores a los de cualquier bovino. “A modo de ejemplo, la desparasitación cuesta 10 veces menos y un carnero -que rinde el doble que un toro- cuesta hasta $12.000. Con un buen manejo, cubre 50 ovejas, versus cualquier toro que no supera las 30 vacas servidas y tiene un valor por encima de los $30.000”, comparó.
“En los casos de producciones confinadas, como feedlots y granja de cerdos, la barrera de ingreso es menor y la ganancia se mide por cada peso invertido, donde los márgenes también dan como victoriosa a la actividad ovina”, aseguró Colombano.
“Un grupo de productores entendimos que la conformación de una cámara provincial es el vehículo más acorde para difundir y promocionar la ganadería ovina. También creemos que por medio de la misma podremos capacitar a los productores con mayor facilidad”, explicó su presidente. “No tenemos un fin de lucro: no es una cámara comercial, pero si un nexo entre vendedores y los compradores. A través de esta agrupación buscamos tener un mayor poder de negociación, tanto para el acceso a los insumos como a servicios para los actores de la cadena”, agregó.
Y completó: “Esto incluye servicios veterinarios, alimentación, esquiladores e incluso la comercialización de carne y lanas”.
Por último, desde la cámara intentan generar un círculo virtuoso financiero.
“Buscamos reunir fondos para crear un sistema rotativo de préstamos con el cual incrementar la producción porque la oferta sigue siendo muy baja”, cerró Colombano.