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EL DESAFIO: REDUCIR LA BRECHA ENTRE LA TECNOLOGIA DISPONIBLE Y SU USO

“Se dará una retención simultánea de terneros machos y hembras”

Compartimos la entrevista publicada por la revista institucional del laboratorio CDV al analista ganadero, Víctor Tonelli, hacia fines de 2015.
31 de enero de 2016 - 23:11
Tonelli. “Reducir la brecha entre tecnología disponible y aplicada”. Tonelli. “Reducir la brecha entre tecnología disponible y aplicada”.

La quita de retenciones, remoción de restricciones y regreso a un tipo de cambio real devuelven al sector un escenario de previsibilidad para el largo plazo, especialmente para la actividad de cría, que requiere de ese insumo para poder invertir y tener chances de capitalizar sus resultados”, expresó el analista ganadero Víctor Tonelli en la Revista CDVet (del laboratorio CDV) en diciembre.
Además, Tonelli destacó que la competitividad de las exportaciones es la que asegura estabilidad del negocio en el largo plazo y la que garantiza que el precio se formará por la libre sana competencia de la demanda que abastece el mercado interno y la internacional. “Todo esto, sustentado en una demanda mundial que no deja de crecer, al punto que supera la capacidad de la oferta de abastecerla, con precios inéditos frente a la debacle del resto de los commodities”, expresó.
Para tener una dimensión de esta afirmación basta ver la evolución de los precios de la carne vacuna, de cerdo y de pollo que surge del Indice de precios FAO donde se muestra que mientras el precio de la carne de pollo cayó un 17% y la de cerdo un 23%, la vacuna sólo lo hizo en un 4% (Gráfico 1).

CDVet: ¿Cuáles serán los principales cambios que percibiremos?
Víctor Tonelli: Frente a esta oportunidad, el stock argentino ha perdido el 60% de los novillos que tenía hace 10 años, cuando comenzó el proceso de intervención y deterioro ganadero. Con este nivel de materia prima disponible para la exportación y las oportunidades que ofrece el mercado, la demanda trabajará con precios firmes, estimulando la vuelta de las recrías, la actividad más rentable del proceso ganadero.
Como consecuencia, se iniciará un proceso de retención de terneros por parte de los criadores, de producciones de ciclo completo y del propio eslabón de recriadores que mantendrán, en paralelo, valores altos para los terneros y, con ello, estimularán la vuelta a la actividad de la cría, generando en paralelo retención de hembras. Se dará entonces, como pocas veces en la historia de la ganadería, una retención simultánea de terneros machos y hembras que generará una caída en la oferta de animales para faena y, como consecuencia, precios muy firmes para todas las categorías.
Paralelamente, la quita de retenciones a los granos (100% al maiz y gradual de la soja) desafía al sistema a incrementar la eficiencia y la productividad, algo que se había perdido con esquemas de subsidios cruzados que limitaba a la agricultura y “relajaba” la producción pecuaria.

¿Volcarán los productores parte de sus expectativas a la inversión en el manejo y la prevención de enfermedades sobre los rodeos?
Grafico Con valores de terneros de más de $6.000/cabeza y de $8.000 por vaca gorda, la consecuente suba de los vientres y costos más altos, no tengo duda que los productores volverán a implementar tecnologías conocidas y probadas, en función de incrementar la productividad. Este hecho se vio con claridad cuando -a partir de la recuperación de los precios de los terneros en 2010- la marcación de terneros subió del 58% al 63% en 2011 al 2013. En general, lo primero que dispara es la retención para incrementar el número de cabezas, luego la producción y ajuste de la oferta forrajera para este crecimiento y en tercer lugar la implementación/ajuste de tecnologías que permitan incrementar la productividad.
Dentro de estas, la aplicación de planes sanitarios es sin duda una de las más sencillas, probadas y de excelente relación costo/beneficio. En mi opinión, todavía buena parte de los productores tienen más a actuar cuando tienen los problemas que en aplicar planes de vacunación para prevenirlas.
Piensan que -si no es necesario- “¿para que “gastar en vacunas”? y apuestan a “zafar” del costo de compra de los medicamentos y de llevar a la manga los animales.
Es en este punto adonde la comunicación y la extensión deberán explicar con claridad a los productores para que se comprendan los beneficios de la prevención.
El impacto a nivel país es muy significativo. Basta mencionar que para alcanzar el magro 60% de marcación sobre vientres entorados, durante la etapa de gestación se pierden el 10% de preñeces ya detectadas a menos de 6 meses de parir, mayoritariamente por abortos, pérdidas neonatales o de terneros al pie de la madre. El salto cualitativo de reducir esta pérdida es tal que, con los actuales niveles de marcación, cada punto recuperado de esta pérdida implicaría, 140 terneros más por año que -proyectados a peso de faena- equivaldrían a 0,8 kg de carne/habitante año.

¿Cuál es la expectativa en cuanto a los modelos productivos?
Claramente todos los modelos deberán ajustarse para afrontar cambios en las relaciones de costos/precios y las oportunidades que ofrece el cambio de políticas.
tapa CDVet Para definir de mayor a menor los cambios, el más significativo es la vuelta de las exportaciones y con ello el cambio edad y peso de animales a la faena, pasando de faenar el 70% de los machos como terneros y novillitos y 30% de novillos a la relación histórica de 40% de los livianos y 60% de novillos.
Esto implica volver a las recrías, básicamente pastoriles, con o sin suplementación que implicará que una fracción de los criadores incorporará las recrías de machos en su esquema productivo de modo de agregarle 100 a 120 kg a sus terneros y venderle novillitos a los engordadores. También se sumarán invernadores que agregarán a su esquema esquemas de recría o que incluso se especialicen en esta etapa del proceso productivo. En cualquier caso, continuarán los actuales esquemas de destete y engorde a corral y se desarrollarán esquemas de recrías a corral y, sobre todo, terminaciones de animales de mayor peso.
En la actividad de cría, la mejora de la rentabilidad pero sobre todo las buenas expectativas de largo plazo, incrementarán la implementación de tecnologías que permitirán mejorar las tasas de marcación, disminuir las pérdidas mencionadas de abortos y mortandad y generar mayores pesos por ternero destetado y vaca de refugo a faena.
En todos los casos se intensificará la aplicación de adecuados planes sanitarios, sobre la base de prevención más que de atención de enfermos, ajustes de oferta forrajera a la demanda de cada categoría de animal, utilización de genética superior ya sea con IA o servicios naturales, ajustes de períodos de servicio y control de sanidad reproductiva, destete precoz o anticipado, suplementación proteica invernal, etc, etc.
Así como aparecen las oportunidades, también el sistema deberá ajustar esquemas de intensificación con la utilización de granos que, ahora sin subsidios, deberá ajustar los procesos para mejorar la eficiencia de conversión porque ahora el alimento tendrá un costo mucho más significativo que hasta el cambio de retenciones y la unificación del tipo de cambio. Paralelamente, el costo neto de reposición en la invernada (precio ternero invernada/precio gordo notos de gastos en ambas puntas) será un escollo importante para los engordes a corral que, además con el incremento del costo de alimentos, enfrentará una situación más compleja al menos durante los próximos 2 años de fuerte retención.

¿Cuáles serán los drivers del negocio para los próximos dos años?
La actividad de cría es la que ofrece simultáneamente el mayor atraso en eficiencia y productividad y la mayor oportunidad de potenciar la aplicación de tecnologías. Aquí los drivers pasarán por una parte por la disminución de oferta de terneros que dejará insatisfecha a la demanda y con ello mantendrá precios firmes y por otra por la demanda de vacas gordas con destino a la exportación (potenciada con el ingreso de nuestras carnes a EEUU/Canadá) que estimulará el engorde de las vacas refugo de cría que representan al menos 1/3 del total de kilos vendidos en la actividad de cría.
Para la recría el driver será el fuerte crecimiento en la demanda de novillos para exportación, con oferta insuficiente por lo menos por los próximos 3 a 4 años, que a su vez será el driver que detonará las recrías a partir de la revalorización del valor de los novillos y como consecuencia del valor de los novillitos recriados (290-330 kg) listos para ir a terminación en feed lots.
Finalmente la aplicación de tecnologías que permitan explotar el potencial productivo en cada etapa será, sin duda el driver que modificará a la cadena ganadera. La buena noticia es que en todos los casos la relación costo/beneficio es claramente positiva. El desafío será poder reducir la todavía importante brecha entre la tecnología disponible y su utilización. El precio y las expectativas definen un escenario positivo, habrá que trabajar en comunicación y en extensión para acelerar su adopción.

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