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SUSCRIBITE Los cinco casos positivos a anemia infecciosa equina (AIE) detectados a mediados de septiembre en el hipódromo de San Isidro, Buenos Aires, no hicieron más que amplificar la difusión en cuanto al impacto concreto que esta enfermedad retroviral ha tenido a lo largo de 2015 en el entramado sanitario nacional.
“Interdictamos 233 caballos de polo para realizar los análisis serológicos correspondientes a la totalidad de los animales”, sostuvieron los agentes de la Dirección Nacional de Sanidad Animal del Senasa que participaron de éste y otros operativos similares a lo largo de los últimos meses.
De hecho, ya desde el pasado mayo comenzaron a sucederse las confirmaciones de casos positivos en establecimientos de la provincia de Buenos Aires (San Nicolás, Lobos, Pilar, Zárate, Campana, Ezeiza y San Vicente), así como también otros 14 entre las zonas de Laboulaye, Salvador María y alrededores, en Córdoba
Esta situación puso en alerta a diversas entidades y organismos vinculados a la actividad hípica nacional, entre los cuales ocupan un rol fundamental los colegios y consejos de médicos veterinarios, así como también la Asociación Argentina de Veterinaria Equina.
En este sentido, la AAVE ya ha realizado una serie de reuniones en las cuales surgieron interesantes debates y se lograron coordinar acciones conjuntas con el Estado para tratar de evitar la aparición de más casos, reforzar controles y asumir las responsabilidades que a cada una de las partes le corresponda.
“Entendemos que el esfuerzo de uno solo de los protagonistas nunca será suficiente para lograr algún cambio y que si no se hace de común acuerdo y coordinadamente, todo esfuerzo será infructuoso”, aseguraron desde la entidad.
Más allá de esto, desde MOTIVAR decidimos entrevistar al Dr. Arturo Baldini –referente en sanidad equina- quien nos dio su opinión respecto de los pasos que se deberían dar en el futuro inmediato teniendo en cuenta que -por la mayor presencia de tábanos, pero también de actividades ecuestres- el verano es un período crítico para la expansión de la enfermedad.
“Resulta ya imprescindible que se profundicen y lleven adelante los controles necesarios en el movimiento de los equinos, con fuerte presencia de la autoridad sanitaria nacional”, resaltó el Dr. Baldini.
Y agregó: “También se deberá trabajar para que los establecimientos donde se alojan caballos cuenten con responsables sanitarios y se controlen sus entradas y salidas”.
En este punto, el profesional explicó que tras los últimos acontecimientos, los hipódromos están exigiendo certificados de AIE no con una duración de 60 días como exige la normativa vigente, sino de 30.
“Además, ya es necesario que se hagan verdaderamente efectivas las legislaciones y reglamentos vigentes en materia del Senasa, siendo que en todos los casos los mismos cuentan con el respaldo científico y el apoyo de diversas entidades ligadas a la sanidad equina en general y a la anemia infecciosa, en particular”, agregó Baldini. Por otra parte, el médico veterinario indicó la necesidad de delimitar y supervisar una “responsable barrera sanitaria con las zonas endémicas (como pueden ser algunas provincias del Norte argentino)”.
Culminando su aporte, el experto destacó que “Los cuatro actores fundamentales para avanzar realmente en el avance de la anemia infecciosa equina son los mismos que venimos planteando desde hace un tiempo: activa participación del Senasa como policía sanitaria, los colegios y consejos de profesionales de todo el país, los laboratorios de análisis y los médicos veterinarios particulares”, tal como se destaca en el esquema difundido desde el Senasa y las entidades colegiadas en el último tiempo (Ver Imagen Nº 1).