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SUSCRIBITEA mediados de agosto, el Dr. Branko Alva -gerente Global de Producto de Ceva Santé Animale- visitó nuestro país a fin de recorrer establecimientos avícolas y difundir el nuevo posicionamiento que desde la empresa se está generando para su complejo Transmune en la lucha contra la enfermedad de Gumboro.
En ese marco -y desde este Periódico MOTIVAR– dialogamos con el médico veterinario graduado en la Escuela de Veterinaria San Marcos de la Universidad de Lima, Perú, analizando aspectos vinculados no sólo a la problemática, sino también a las tecnologías que existen para su control.
«En América del Sur la enfermedad de Gumboro ha manifestado variantes con muy alta morbilidad y mortandad, a excepción de países como Argentina y Chile, donde las infecciones suelen producirse de manera subclínica, generando importantes pérdidas desde la producción», nos comentó el responsable global de marketing y apoyo técnico para la gama de vacunas destinadas al control de enfermedades inmunosupresoras de Ceva.
Además y dejando en claro que la enfermedad se debe controlar desde la vacunación en las reproductoras, destacó que -tras la realización de diversos estudios epidemiológicos por parte de la empresa- la circulante en nuestro país es una variante local.
Destacando la importancia de lograr resultados uniformes y altas coberturas vacunales contra Gumboro, Branko Alva llamó a avanzar en el uso de nuevas tecnologías que permiten inmunizar a las aves directamente en la planta de incubación. «Esto no se puede hacer con los productos convencionales, sino con las nuevas tecnologías vinculadas a los complejos inmunes (Transmune) y las vacunas vectorizadas, como las de Marek, por ejemplo», explicó.
En ese marco, resaltó que el manejo ambiental es clave para este tipo de problemáticas, sosteniendo que una vez ingresado el virus en los galpones, puede convivir con las aves más de 160 días en el ambiente.
«Bajar la contaminación ambiental es clave para controlar el problema», agregó.
MOTIVAR: ¿Y cuál es la realidad en el uso de estas tecnologías?
Branko Alva: La tendencia es clara en cuanto a dejar atrás las vacunas convencionales y moverse hacia las aplicaciones en las plantas de incubación. Claro que existen diferencias aun entre países en cuanto a su adopción: por ejemplo, en Argentina ya casi no se utilizan las vacunaciones a campo, percibiéndose una equivalencia entre complejos inmune y vectorizadas para el caso de los pollos de engorde.
La región que más rápido ha adoptado estas nuevas tecnologías es América Latina, donde podríamos decir que cerca de un 70% de todos los pollos (desde México hasta Argentina) son inmunizados en plantas de incubación.
En otras regiones todavía el uso es menor. Por ejemplo, en África no supera el 10%; en Europa, el 20% y en Asia, un 40%. En definitiva y si tomamos en cuenta las tecnologías vinculadas a complejos inmunes y vacunas vectorizadas para las distintas enfermedades (a nivel global), veremos que su uso alcanza ya al 50% del total, con un crecimiento sostenido en los últimos años.
¿De qué depende que se incrementen esos niveles?
Entre otras cosas, podríamos mencionar los niveles de intensificación de las producciones en algunos países; y la mayor integración de la actividad, en otros.
En Europa, por ejemplo, y si bien se percibe una concentración de las producciones, el modelo de crianza aún no está integrado en una forma vertical como sí lo están las empresas en América Latina (abarcan desde el trabajo con las reproductores, hasta la comercialización). Esto permite invertir en la tecnología que se requiere para vacunar en las plantas de incubación, situación poco probable en lugares como Francia, donde muchas de las empresas están constituidas por pequeños productores de manera aislada.