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SUSCRIBITEJunto con la Academia Nacional de Agronomía y Veterinaria, Biogénesis Bagó entregó el premio a la edición 2013 del mejor trabajo sobre “Adopción de tecnología para una producción eficiente en ganadería intensiva y extensiva -carne y leche-, que aborde aspectos sanitarios, reproductivos o de manejo”.
«Más allá de la temática propuesta, en cada versión de esta iniciativa, recordamos a dos grandes colegas y amigos: Javier Margueritte y Leandro Elordi», le comentó Esteban Turic, gerente de Innovación del laboratorio, a este Periódico MOTIVAR.
En este marco, Turic formó parte también del jurado integrado por Eduardo Palma, Bernardo Carrillo, Jorge Errecalde y Ramón Noseda, que eligió ganador del Premio al proyecto «Nueva vacuna marcadora contra Herpes Virus Bovino 1», presentado por Alejandra Romera, Ana María Sadir, Mariana Puntel, Patricia Zamorano, Valeria Quatrocchi, Paula Del Médico y Javier Blanco Viera; todos del INTA Castelar.
Además, se entregaron dos menciones a los Dres. Laura Madoz y Luis Fazzio, por los trabajos de «Endometritis subclínica en vacas de tambo: diagnóstico, prevalencia e impacto sobre la eficiencia productiva» y «Consecuencias reproductivas de la hipocuprosis bovina: un avance hacia su diagnóstico y prevención en rodeos de Argentina».
El objetivo del trabajo ganador consistió en desarrollar una cepa viral recombinante de herpes virus bovino 1. «Es el primer virus que llega a convertirse en una vacuna recombinante en el país y con su uso será posible diferenciar entre animales vacunados e infectados», comentó Mariana Puntel, precursora de este desarrollo.
Asimismo, la encargada de presentar el proyecto en el auditorio de la Academia, fue Alejandra Romera, quien explicó: «Comenzamos a trabajar en este sentido porque se pensaba que, para 2011, la Unión Europea erradicaría el herpes virus bovino 1 de sus países. Creímos que era necesario contar con una herramienta que le permitiera a nuestro país avanzar también en ese sentido, en base al desarrollo de una cepa recombinante». Sin embargo y a la luz de los resultados, varios países de aquella organización político – económica no han alcanzado aún su objetivo. Por lo tanto, la prevalencia de la enfermedad en Argentina no representa aún un impedimento para el comercio de sus carnes hacia el exterior.
Existen países europeos que sí han eliminado esta enfermedad: Finlandia, Suecia, Dinamarca, Suiza, Austria y Noruega.
Actualmente, las acciones llevadas a cabo en lugares considerados de «baja prevalencia» consisten en detectar animales infectados y eliminarlos. Por su parte, en aquellos con «alta prevalencia» (Argentina) se emplea el tipo de vacunas marcadoras, como la desarrollada en esta oportunidad: se puede identificar a los animales vacunados de los infectados y bajar la infección en los rodeos bovinos.
Las vacunas que se comercializan en el país contienen el virus completo: no puede establecerse la diferenciación.
Consultada sobre los pasos a seguir para lograr la erradicación, Puntel explicó: «Hay que plasmar la idea en la legislación. Las condiciones están dadas: tenemos la vacuna y estamos desarrollando el kit de diagnóstico. Falta la ley».
Por otro lado, se refirió al papel de los productores en el proceso: «No llegan a comprender las pérdidas que genera la enfermedad porque los animales infectados no caen muertos, sino que las mermas económicas se producen en base a pérdidas de peso, muertes en neonatos, o -para el caso de las vacas lecheras- producen una menor cantidad de leche». Y agregó: «El rol del INTA es recomendar las vacunaciones».
«Es clave que el Senasa concientice a los productores en torno a que el rodeo libre de IBR es un avance hacia la calidad de las carnes. Si bien en Europa no se erradicó el virus y no existe la restricción comercial, en un futuro tendremos que eliminar la prevalencia en el país», concluyó Romera.