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SUSCRIBITEUno de los ejes centrales que expuso Carlos Seggiaro a lo largo de su participación en un encuentro realizado por Brouwer Nutrición en la localidad bonaerense de Junín fue la necesidad de asociación entre los productores de menor escala para hacer más eficiente la cadena de valor porcina.
«Será clave lograr una integración vertical y horizontal en los contextos tanto actuales, como futuros», agregó el economista cuya disertación se transmitió desde la Radio en Vivo disponible en hablandodelonuestro.com.ar. Allí, Seggiaro planteó algunos temas centrales frente a los asistentes: crecimiento cercano al 20% para la producción y disminución en el poder adquisitivo.
En definitiva y según sus proyecciones, la demanda no acompañará a la oferta como en los últimos años.
Por eso, se enfatizó en que los productores deben aumentar su eficiencia frente a los resultados verdaderamente dispares que se perciben entre establecimientos.
«Hasta ahora los errores podían quedar ocultos y solventarse en base a los elevados márgenes de la actividad», ejemplificó. Además, sostuvo que se debe agregar valor a la producción primaria y aumentar la cartera de productos ofrecidos para encontrar nuevos mercados. «El negocio no cerrará en un futuro si nos dedicamos sólo a vender el animales en pie», sentenció.
A la hora de proponer un modelo a seguir, el especialista se detuvo en la relación con Brasil. «Al igual que nosotros y que otros países, hace tres años que el socio mayoritario del Mercosur sufre un proceso de desaceleración», adelantó. Y agregó: «Este no es un dato menor para un productor de cerdos en Argentina: si el mercado doméstico brasilero se debilita y no se percibe en el resto del mundo una salida interesante para su producción, la tentación será exportar hacia nuestro país, como ya ha sucedido».
A la disertación de Carlos Seggiaro y las entrevistas realizadas tanto al economista, como al gerente de Brouwer Sebastián Chedufau, podés volver a escucharlas ingresando al sitio Web de hablandodelonuestro.com.ar.
Frente a esto, el economista destacó que el gobierno argentino tomó posturas claramente de defensa para con el sector local, destacando la importancia de que eso no se modifique. Y profundizó: «En Brasil existen cooperativas cuyas actividades cubren desde la producción primaria hasta la góndola. Si los productores no se hubieran volcado hacia el asociativismo, no habrían sobrevivido. Ese es el camino para perdurar en el tiempo», sostuvo.
Durante el encuentro organizado por Brouwer Nutrición también se hizo mención a la última devaluación del Peso en enero, más allá de lo cual, y desde la visión de Seggiaro, los productores deben prestar especial atención al aumento de las tasas de interés.
«Esta medida (como estrategia antiinflacionaria) tiene como una consecuencias el enfriamiento del consumo. Si bien hoy esto no afecta a las carnes, sí nos obliga a tener cuidado con los plazos de pago y con las cobranzas para no perder rentabilidad», sostuvo.
Por otro lado, el economista opinó que la devaluación favorece a las industrias que se centran en el mercado exterior, perjudicando a las mayormente orientadas al consumo interno, como la porcina. Una de las amenazas que expuso apuntó a la baja en el poder adquisitivo, con el consiguiente riesgo de interferir en que la tasa de consumo pueda acompañar ese crecimiento del 20% anual que registra la producción en el país.
Considerando una inflación cercana al 35% para este 2014, el disertante aseveró que será un año en el que todos los costos subirán, siendo los combustibles los que en mayor medida superarán la expectativa inflacionaria. Otro insumo interesante para el análisis fue el maíz: con un precio tendiente al alza debido a condiciones climáticas tanto en los Estados Unidos, como en Canadá, y a la posibilidad de que los productores norteamericanos tomen la decisión de volcarse en mayor medida a la siembra de soja.
«Sin embargo y a pesar de que se produzca un proceso de aumentos en Chicago, estimo que Argentina no los convalidará en el mercado interno: un incremento de este tipo repercutiría en los costos de producción de carnes y lácteos. La lectura en torno a esta situación es tranquilizadora», sostuvo.
Para el disertante y si bien la «foto» de un pasado cercano retrata una excelente rentabilidad para la actividad porcina, en la actualidad se observan amenazas que sin dudas estimularán determinados cambios. «No es el mejor año para desarrollar el consumo interno. La solución para equiparar la demanda a la creciente oferta sería aumentar la cantidad y ampliar la oferta de productos que podrían destinarse al exterior», explicó Seggiaro. Y agregó: «El problema reside en que el resto de la cadena no ha realizado los esfuerzos que evidencia la producción primaria».
Siguiendo esta lógica, el «cuello de botella» estaría a la vista, con una producción que supere a la demanda, deteriorando así la rentabilidad.
A modo de graficar el tema, Seggiaro destacó la cadena de valor avícola en base a la estructura que pudo concretar y a su fuerte apuesta por ubicar saldos en la exportación.
«Si bien no todos los productores aviares manejan el mismo nivel de eficiencia, el pollo es utilizado casi en su totalidad, sin desperdicios. Mientras que en rubro de los cerdos, por ejemplo, estamos dejando de lado productos como caretas, orejas y vergas, de buena inserción en los supermercados chinos y que en nuestro país terminan en el digestor del matadero».
Desde la visión del experto, esto sigue ocurriendo «porque la rentabilidad actual, percibida a partir de los productos existentes es sumamente satisfactoria».
«Con la desaceleración del ritmo de crecimiento actual, se deberían promover acciones reales para lograr una mejor productividad, sin perder de vista los costos y el manejo financiero de las empresa», propuso Seggiaro para luego comenzar a compartir sus conclusiones.
«Los excelentes resultados logrados por el negocio generaron el ingreso masivo de jugadores, los cuales llevaron adelante un proceso de inversión desorganizado. Es clave que se geste un proceso de integración vertical y horizontal en la cadena para lograr una exportación sólida que permita encontrarle mercados a la creciente producción», mencionó el profesional para luego dejar una idea fuerza sobre la cual debatieron los asistentes: «Los productores más chicos son los que menos actitud tienen para asociarse y son los que más lo necesitan. No importa si nos gusta o no el cooperativismo, hoy es una necesidad».
EL ROL DE LOS ASESORES VETERINARIOS
M.V. JORGE PORCARO
Departamento técnico de Teknal
Considerando el contexto en que se desenvuelve actualmente la producción porcina nacional, el asociativismo es necesario para que los productores medianos y chicos logren los niveles de sustentabilidad que les permitan permanecer dentro del negocio en los próximos años. Si bien hoy las explotaciones con más de 500 madres en producción podrían acceder a nuevas tecnologías, créditos y asesoramiento, es clave que los más pequeños alcancen una mayor eficiencia.
Si bien es difícil agrupar a los productores de estas escalas, unirse para la compra de ciertos insumos, adoptar inseminación artificial para un rápido mejoramiento genético y vender la producción a frigoríficos confiables -sin grandes impactos en los fletes- serían algunos de los puntos que se pueden resolver en lo inmediato.
Además, se necesita de un buen asesoramiento técnico para lograr un manejo adecuado, y poder así coordinar la prioridad de las tareas a realizar.
Para dar los primeros pasos en la cadena de integración, el manejo es tan importante como la inversión.
Es clave entender que la rentabilidad no sólo pasa por agregarle valor a la producción -como podría ser la faena y elaboración de chacinados- sino que también apunta a mejorar la productividad por madre instalada, logrando mayores parámetros productivos y reproductivos. Que quede claro: no todos los productores tienen que ser industriales.
Y es acá en donde el veterinario asesor juega un rol importante: si bien la mayoría de las explotaciones tiene un técnico, el enfoque para con los productores pequeños debería orientarse más hacia el asociativismo.
El desafío para los veterinarios es de suma importancia porque nos encontramos con falta de recursos de parte de los clientes.
De allí la necesidad del armado de asociaciones o cooperativas que permitan la obtención de recursos (por medio de subsidios o créditos) acorde a las necesidades, y con plazos relacionados a la producción. Para ello se necesita la elaboración de un proyecto que contemple las prioridades de la mayoría de los productores involucrados, que sea confiable y con metas alcanzables.
La capacitación de los nuevos técnicos, las ganas de enfrentar desafíos y el compromiso con que se los aborde, serán esenciales para que esto suceda.