El dato que sostiene que a causa de IBR y DVB la ganadería pierde más de $812 millones al año fue provisto por los médicos veterinarios Carlos Pacífico (profesor titular e investigador de la FCA de la UCA), Federico Santangelo (Magister en Agronegocios y consultor privado) y Diego Sabatini, a través de un estudio económico de pérdidas producidas en Argentina por la rinotraqueitis infecciosa bovina y el virus de la diarrea viral bovina.
El trabajo fue presentado en el Seminario de sustentabilidad y modernización de la ganadería, realizado -a fines de 2013- de manera conjunta entre el Programa de Agronegocios de la UBA, la Universidad de Lomas de Zamora y la Fundación Gestión y Estrategia Agraria (GEA).
«Se pierden $812 millones con un desvío probable de +/-150 a causa del impacto de DVB e IBR en el rodeo nacional. Un 40% del impacto se produce en el sector de la cría; un 33%, en el tambo; y otro 27%, en feedlot», sentenció Pacífico.
Por su parte, Sabatini explicó las dificultades que se presentaron a la hora de efectuar el trabajo ya que «en el país, no se dispone de información precisa y exacta acerca de la realidad analizada, que pudiera expresar con claridad los distintos valores de seroprevalencia para la DVB y la IBR en rodeos de bovinos de leche y carne en los distintos ambientes y regiones ganaderas».
Por eso mismo, construyeron modelos de simulación Monte Carlo que permitieran estimar las pérdidas económicas. Para ello, llevaron a cabo un relevamiento de estadísticas internacionales y nacionales, utilizando como base determinadas premisas.
En primer lugar, que las enfermedades infecciosas virales reproductivas impactan negativamente sobre los índices de procreo y son responsables del 8% de los abortos diagnosticados, teniendo en cuenta que -en Argentina- sólo se llega a diagnosticar entre el 45 y el 50% de los abortos.
Además, ambas enfermedades generadas por los virus HVB1 y vDVB producen trastornos reproductivos con síndromes, patogenicidad y eventos variables, como la repetición del celo, mortalidad embrionaria y/o fetal, entre otros.
Particularmente, vDVB genera un síndrome de inmunosupresión que da pie a que contaminantes secundarios puedan también expresarse.
Además, los individuos persistentemente infectados con el agente mencionado son la principal fuente de infección y tienen una prevalencia de menos del 1%.
Es preciso aclarar que se tomaron como referencia valores de julio de 2013.
Feedlot
Con una mortandad por IBR y DVB calculada en aproximadamente el 0,5 y una prevalencia del 14% en el rodeo, los expertos consideran que se pierden 140 gramos por día por cabeza, las cuales ingresarían al feedlot con aproximadamente 180 kilos. Con un valor de $11 por kilo, las mermas se ubican en $74 con un desvío probable de +/- $12 por cabeza. Y considerando que el 25% de los animales faenados provienen de feedlot, el número no es menor: las pérdidas totales nacionales serían de $213 millones +/- 47 millones anuales. «Esto implica que a mayor cantidad de faena proveniente de establecimientos de engorde a corral, más pérdidas habrá a nivel nacional. Y el factor clave es la prevalencia de la enfermedad, porque la mortalidad no afecta tanto como la disminución de la ganancia de peso de los animales enfermos», sentenció Santangelo.
Tambo
«Lograr mas proteinas depende de la tecnologia»
La adopción de tecnología fue un tema central en la charla de Pablo Giudice, director de Elanco para Sudamérica, cuya disertación se tituló «Producción de alimentos seguros, accesibles y abundantes para la nueva realidad global».
El incremento en la demanda de proteínas es inminente. En 2050, la población mundial será de 9 mil millones, de los cuales 3 mil millones pasarán a ser parte de la clase media urbana. A su vez, en la actualidad, de los 7 mil millones calculados, 2.6 pertenece a China e India, países con mayor déficit en proteínas.
Ante este panorama, se estima que en 2050 se necesitarán un 100% más.
«Los recursos de los que disponemos son limitados. El 70% sólo podrá ser alcanzado a través de la implementación de tecnologías ya existentes y la creación de otras nuevas. América Latina tiene una oportunidad muy importante. Tenemos que mejorar la productividad», sentenció Giudice.
Al igual que en el anterior sistema de producción, el eje del problema no es el aborto en sí, sino la disminución en la producción futura de leche. «Un aborto en el día 120, implica un retraso de esa misma cantidad de días en la futura parición y son días que no se produce leche», explicó el magíster en Agronegocios.
Estimaron un retraso de un mes en el 20% de las vaquillonas de primera lactancia en reposición (calculan un 30% como tasa de reposición), una disminución de la producción de leche en las transitoriamente afectadas y una caída del 20% de producción (3 semanas) en las infectadas. Con respecto a la tasa de abortos, se considera que la más probable es del 8%, siendo el 10% de esa proporción causado por estas enfermedades. El resultado es una pérdida de $156 con un desvío probable de +/- $51, 49 por vaca lechera en su ciclo anual reproductivo.
A nivel nacional, representaría una merma de $282 millones +/- 92 millones por la pérdida de $128 millones de litros +/- 42 millones (tomaron como valor un litro de leche a $2.10). «A mayor nivel productivo de las vacas, se incrementarán las mermas económicas. También cuanto más tardío sea el aborto, mayor será el impacto en la producción», aclaró.
Cría
Tomaron un destete nacional del 60% y calcularon 23 millones de vientres en Argentina. En un esquema similar a los anteriores, consideraron que el 10% de estas vacas aborta y que el 10% de esa proporción se debe a DVB e IBR. Además, afirmaron que los toros persistentemente infectados (PI) por vDVB pueden provocar una perdida estimada de la preñez futura de 50%.
«Si un tambo tiene un 80% de preñez, tendrá un 40% si trabaja con toros PI», explicó Santángelo. «Hicimos un trabajo de cuantificación de toros en distintas regiones. En cada una determinamos un potencial de entore. En el NEA o en la pampeana, lo más probable es un 4% (un toro cada 25 vacas) y en otras, un 5%», especificó.
La cantidad de terneros perdidos por causa de abortos y utilización de toros PI a nivel nacional se calculó en un promedio de 168 mil cabezas con un desvío probable de +/- 50.700. En términos económicos, $317 millones +/- 115 millones.
«En esta actividad, la incidencia de la tasa de abortos es central», concluyó.
Construcción de una agenda
«Ponerle un número a las pérdidas es laborioso. Fuimos muy conservadores con los porcentajes de tasas que hemos tomado y no hemos cuantificado la totalidad de las mermas. Establecimos un piso, el número es mayor en la realidad. Por ejemplo, cualquier tipo de gasto que sea realizado para producir un animal que finalmente es abortado, no está incluido», aclaró Pacífico.
Tampoco contemplaron económicamente la inmunosupresión que genera la DVB, que se convierte en la puerta de entrada a otras enfermedades.
Finalmente, consideraron que a partir de lo analizado, se debe fijar una agenda de suma importancia a nivel país. En primer lugar, consideran que en Argentina se debe contar con un sistema de información epidemiológica pertinente y de buena calidad para el control de estas enfermedades que deberá estar basado en una gestión público-privada que asegure eficiencia y sostenibilidad.
Por otro lado, se deben desarrollar programas de control efectivos para estas enfermedades y disponer de herramientas de prevención y métodos de diagnóstico eficientes y accesibles a nivel monetario y geográfico para los productores, tal como ya ocurre en la actualidad. Además, la identificación y eliminación de los individuos PI son estratégicas para el control de la DVB.
Y por último, resaltaron que se debe sensibilizar y demostrar la eficacia de dichas herramientas a productores y profesionales para lograr una alta adopción de las mismas. «A partir de un trabajo sobre adopción de tecnología que hicimos, llegamos conclusiones importantes. En relación a la sanidad, comprobamos que los productores y su relación con la adquisición de tecnología no está estrechamente vinculada al número de vientres de su establecimiento, sino al perfil de las personas que los llevan adelante. Y, a su vez, según ese perfil, tenemos que aplicar una estrategia acorde para demostrarle el beneficio concreto que le traerá determinada tecnología», concluyó Pacífico.