Si bien los primeros reportes en cuanto a la presencia de mosca de los cuernos en nuestro país son del año 1991 (Misiones), la problemática sanitaria no demoró más de dos años en difundirse sobre en todo el territorio nacional. Interesante es mencionar que la distribución geográfica de la H. Irritans es controlada por factores ambientales: temperatura y humedad. Este dato cobra especial relevancia con la llegada de la primavera y los primeros calores, que predisponen la mayor incidencia de estos insectos sobre la producción. En este contexto, compartimos datos de un trabajo realizado por Ignacio Ripani y José Maciel con el objetivo de optar al título de especialista en reproducción bovina, presentado en la Facultad de Ciencias Agropecuarias, de la Universidad Nacional de Córdoba.
Allí, se deja en claro que la ectoparasitosis producida por la mosca de los cuernos se ha constituido en una plaga de interés económico en la ganadería Argentina, y es considerada una de las limitantes de la producción bovina.
Impacto económico
El daño directo es por la acción de succión de sangre e indirectamente por el gasto de energía y pérdida de tiempo del animal en la rumia y en su alimentación por espantar las moscas. La irritación e intranquilidad en los bovinos provoca en ellos una disminución en la eficiencia productiva.
Las pérdidas económicas generadas por H. Irritans no sólo se relacionan con su acción hematófaga sino también por la transmisión de enfermedades infecciosas como queratoconjuntivitis, brucelosis, clostridiosis, anaplasmosis, carbunclo, salmonelosis y estomatitis vesicular, entre otras.
Más allá de esto, la principal consecuencia del parasitismo por este agente es la pérdida de peso.
LA PROBLEMATICA, TAMBIEN EN EL TAMBO
INTA Lechero. Oscar Anziani.
El INTA Lechero sigue difundiendo contenidos técnicos a través de «micros» informativos. En esta oportunidad haremos referencia a los dichos de Oscar Anziani (Rafaela) sobre el impacto de la mosca de los cuernos sobre los bovinos de leche del área central de la Argentina. «Genera severas formas de estrés en los bovinos, produciendo una deficiencia en la ganancia de peso o en la conversión del alimento», explicó el profesional veterinario.
«Afortunadamente, los hábitos de alimentación que tienen estas moscas y su permanencia constante sobre bovinos hace que la aplicación de químicos resulte efectiva para combatirlas», sostuvo Anziani.
Y agregó: «Si bien el insecto ha desarrollado resistencia a algunos de los insecticidas, como los piretroides, aún contamos con herramientas, como los fosforados o el imidapropil, que son efectivas para su control».
En forma práctica, se estima que a nivel productivo se pueden perder 10 kilos de peso por animal y por año. A su vez, se disminuye la eficiencia alimenticia, reduciendo la ganancia de peso, dando de 7 a 8 kilos menos de ternero al destete, según datos del INTA Colonia Benítez.
En terneros, por su parte, se ha determinado entre un 3 a 16% de pérdidas dependiendo su condición. «En Canadá un nivel de sólo 50 o 60 H. Irritans por animal puede reducir la ganancia de peso en un 17 a 22% y llega al 45% cuando el número de moscas llega a 200», se sostiene en la tesis mencionada.
En lo que hace a la producción láctea, se estima que infestaciones no controladas de la mosca de los cuernos llegan a provocar alteraciones digestivas que reducen la utilización del forraje y el alimento consumido, pudiendo originar pérdidas de hasta un litro de leche al día (Ver recuadro).
Cueros y reproducción
Un estudio de 58 semanas realizado en el INTA Rafaela con bovinos sometidos a infestaciones disímiles de H. Irritans mostró que los vacunos nunca tratados con insecticidas tenían un 47% del área afectada por picaduras de este parásito.
En este caso el deterioro de los cueros aparenta estar asociado al nivel de inflamación de la piel por las picaduras.
Según la investigación, a los parásitos externos -como H. Irritans- también pueden atribuírseles efectos sobre la reproducción bovina, asociados a efectos negativos sobre la nutrición, producidos por la irritación y nerviosismo, disminuyendo la eficiencia alimenticia; generando en el animal un menor desarrollo corporal y, por ende, menores pesos al destete y menor ganancia de peso para llegar a la edad de la pubertad y al primer parto.
En los toros (categoría más afectada por las moscas), el malestar que ocasionan produce una baja de la libido, disminuyendo su eficiencia reproductiva.