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SUSCRIBITELa importancia de la resistencia antimicrobiana radica no sólo en que disminuye la eficacia de los productos antimicrobianos (o directamente los vuelve inútiles para su uso en animales) sino que -además- tiene lugar en el hombre: en oportunidades, bacterias multirresistentes atacan a pacientes inmunodeprimidos, dejándolos sin posibilidad de tratamiento.
Uno de los aspectos a considerar en este sentido, es que las resistencias son transferibles entre géneros bacterianos e incluso que esas bacterias -o sus determinantes de resistencia- pueden saltar entre especies, desde los animales al hombre o viceversa.
Refiriéndonos a lo ocurrido en la última Conferencia Global realizada por la OIE en París respecto de este tema, destacamos que incluyó capítulos sobre caracterización de la resistencia microbiana, así como la situación actual del uso de estos agentes en las diferentes especies animales y vegetales -incluyendo al hombre-, la necesidad de armonización en la recolección de datos y la propuesta de estándares y guías para el uso prudente de los mismos. Se debatieron nuevas alternativas de tratamiento, presentaron novedades en investigación y se dispuso de un cierre con una discusión final de la que surgieron recomendaciones tanto para la OIE, como para sus miembros.
Participaron alrededor de 400 personas y las presentaciones generaron una buena imagen del estado del tema, considerando que los asistentes no eran mayoritariamente investigadores, sino fundamentalmente personas involucradas en el registro y control de productos veterinarios, en la industria y en otras actividades regulatorias.
Las recomendaciones abordaron la importancia de los agentes antimicrobianos como herramientas esenciales para proteger la salud y bienestar de los animales y el hombre, a la vez de destacar su importancia para satisfacer una demanda creciente de alimentos en el mundo, lo que constituye un hecho insoslayable.
Se hizo hincapié en la importancia de las buenas prácticas en todos los niveles de producción, distribución, control y uso de los productos y también de los buenos servicios veterinarios. Se reconoció la necesidad de implementar sistemas de análisis de brechas, así como de incrementar las capacidades para monitorear cantidades de antimicrobianos usados en diferentes partes del mundo. Además se remarcó la necesidad de solidaridad internacional para ayudar a todos los países en la implementación del uso prudente, lo que necesariamente implica formación de recursos humanos y fondos para llevarlo a cabo; y la cooperación entre las diferentes partes interesadas para la promoción del uso prudente de estos fármacos en animales.
Por otra parte y en lo que hace a los distintos países que forman parte de la Organización Mundial de Sanidad Animal, se sugirió que desarrollen sistemas oficiales para la colecta de datos sobre resistencia en patógenos relevantes y cantidades de antimicrobianos usados en animales, así como también legislación apropiada para la importación, marketing, producción, ventas, distribución y uso de productos de calidad.
Además, se recomendó asegurar el desarrollo e implementación de las buenas prácticas, con especial énfasis en uso de antimicrobianos y se propuso la inclusión en la currícula de los estudios veterinarios conocimientos sobre resistencia y uso prudente de antibióticos (propiciando la educación continua para los profesionales).
Por último, también se hizo hincapié en la promoción de buenas prácticas agrícolas y de acuicultura, incluyendo el uso de vacunas cuando eso fuere posible, y en el apoyo de investigación relevante para mejorar la comprensión de la eficacia de los antimicrobianos disponibles para prolongar su uso y, a su vez, minimizar la emergencia de resistencias.
Claro está, sería positivo también el desarrollo de nuevas moléculas y buscar alternativas para la sustitución de antimicrobianos en producción animal.
En definitiva, esta Conferencia Global debe considerarse un éxito, dado que no solamente clarificó una cuestión de importancia primordial en el ámbito de la medicina veterinaria, sino que llamó la atención general sobre el tema, poniéndolo en el centro de la escena, cuando efectivamente -y en el marco de la iniciativa de «Una Salud»-, se trata de uno de los temas sanitarios más trascendentes del planeta.