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SUSCRIBITELa producción comercial del búfalo en el país cumplió en 2022 cuarenta y seis años.
En 1976 había solamente 1.300 búfalos mientras que el stock actual supera las 250.000 cabezas, habiendo presentado en los últimos 25 años, un crecimiento anual variable entre el 9 y el 13%.
La especie bubalina se integra fácilmente a los sistemas vacunos tradicionales de la región, conformando sistemas mixtos, potenciando el desarrollo de la actividad.
Fomentar la conformación de estos sistemas mixtos conlleva el poder visibilizar una oferta económica y productiva atractiva para los productores; cuya toma de decisiones en la inversión, la asignación de recursos o la incorporación de tecnología se basa en los resultados técnicos y económicos obtenidos.
Si se observa que los humedales brindan una gran variedad de bienes y servicios ecosistémicos: almacenaje y depuración de aguas, fijación de carbono en la vegetación y el suelo, oportunidades de caza y pesca, forraje natural para ganadería, el búfalo ha demostrado una excelente adaptación a las regiones con estos ambientes de extrema marginalidad.
El aumento de la demanda de carnes estará asociado a una diversidad de productos fuertemente relacionados con la salud de los consumidores, reservando al búfalo un lugar destacado, dentro del marco de las transformaciones que se están produciendo en los mercados mundiales. En tal sentido, entendemos que será necesario determinar y demostrar las ventajas competitivas y comparativas de nuestros sistemas de producción de búfalos para carne, a través de la obtención de datos para poder ser evaluados y analizados.
La propuesta de alternativas viables para el desarrollo ganadero de la región NEA está ligada estrechamente a la necesidad de ampliar la base de información disponible sobre el análisis de los sistemas a fin de contar con un espectro más completo de posibilidades para transferir y lograr cambios en las modalidades actuales de uso, tendientes a mejorar la rentabilidad y asegurar la sostenibilidad de los sistemas de producción.
En mi trabajo de tesis doctoral donde caracterizó la producción bubalina, la producción de carne se incrementa en los modelos bubalinos, este aumento de la productividad se basa en el aumento de bucerros logrados, lo que incrementa la mayor cantidad de kg y de cabezas al momento de la venta.
Si se mantiene una misma carga animal, teniendo en cuenta un incremento del 30% para cada categoría en relación al equivalente vaca (EV=1), para los búfalos seria de (EV=1,30) necesariamente deberá ser compensado por un número menor de vientres en servicio, y menos categorías en el establecimiento. Los kg de carne/ha producidos son significativos en los modelos de búfalos.
También se ha notado que la rentabilidad del modelo bubalino (4,29%) supera al modelo vacuno que presenta un 2,54%. Se puede apreciar la situación actual y su correspondiente creación de valor, indica cuánto vale hoy la actividad y la renta que generan los activos puestos en producción y la mejora en los resultados técnico-productivos y económicos.
El escenario a futuro resulta prometedor para la actividad, sobre todo si consideramos que -según datos oficiales- la población bubalina ronda el 9%, mientras que la proyección a 2030 es que Argentina alcance las 430.000 cabezas en el país.
El escenario futuro resulta promisorio si consideramos que según datos del Senasa el crecimiento de la población bubalina ronda el 9%, la proyección para el año 2030 nos da una cifra de alrededor de 430.000 cabezas en todo el país.
Determinar modelos y la incidencia de los resultados económicos financieros y la toma de decisiones en la gestión del establecimiento ante una igualdad de escalas y estructura productiva, en diferentes proporciones, la actividad de producción bubalina presenta indicadores productivos como porcentaje de preñez y de destete significativamente más alto, por lo que la producción de carne es mayor en esta especie con planteos de manejo y adopción poco intensiva de tecnologías de insumos y procesos en campos marginales y de menor valor económico.
La diversificada presencia de categorías en la composición de las ventas contribuye en elevada proporción a los ingresos del establecimiento, por lo que el análisis de los modelos determinados permite establecer que los de producción de búfalos superan a los de bovinos, tanto en resultados físicos, económicos y de sustentabilidad.
Profundizar en el análisis de una innovación en las actividades del negocio ganadero, se entiende en sentido amplio como un cambio de paradigma, y atraviesa entornos tales como el institucional, organizacional y tecnológico, con fuerte sesgo comercial: acceso a mercados y a cubrir demandas del cliente potencial.
Es importante para poder lograr el cambio estructural de los establecimientos, ofrecer al mercado una masa crítica de ganados y carnes de búfalos que puedan demostrar fehacientemente los procesos productivos realizados, el origen y la calidad del producto, esto es vender carne más información acorde con las demandas actuales.
De esta forma se podrá participar más activamente en la formación de precios, revirtiendo en parte el poder del mercado actual, focalizando en agregar valor y recibir un plus de precio por lo realizado, generando ingresos extras en los sistemas de producción de búfalos.
Desde la producción primaria se observa no sólo una intensificación de los sistemas en busca de mejores índices productivos, sino también un aumento de las inversiones en nuevas actividades complementarias que contribuyan al mix de ingresos de los establecimientos.
Esto obliga a prestar atención a la mejora en el comportamiento emergente de los sistemas bubalinos pastoriles de regiones subtropicales con humedales donde se necesitará conocer el potencial de intensificación de los agro-ecosistemas y la intensidad de uso de los recursos como agenda de la investigación de los sistemas productivos.
Esto incluye el desarrollo de modelos de negocios, instrumentos financieros y de mercado para una economía circular y baja en carbono que se enfoca en las soluciones basadas en la naturaleza en la búsqueda de un desarrollo integral y sostenible.
La producción de búfalos en el país y principalmente en la región NEA, presenta condiciones y ventajas competitivas para conformar un entramado o clúster productivo exitoso, ya que cuenta en su territorio con el ecosistema adecuado, también con el socio-sistema, es decir los productores dedicados a la actividad bubalina, y como tercer componente, existen instituciones de generación de tecnología como facultades de veterinaria y agencias del INTA, muchas de las cuales vienen dedicándose desde tiempo atrás a la investigación de temáticas referidas a la producción e innovación tecnológica para la producción bubalina, articulando y coordinando acciones con organismos provinciales y nacionales.
Compatibilizar la producción con la conservación, obteniendo una mejora en la producción, ingreso económico, desempeño ambiental y en biodiversidad de sistemas productivos en ambientes de humedales será un desafío a alcanzar, provincias como la de Corrientes han iniciado este camino, promoviendo investigaciones fundadas y un plan de trabajo en conjunto con los productores para establecer acciones concretas que contribuyan a reducir estas emisiones, y lograr la captura de carbono en el suelo en los próximos años demostrable científicamente.
Estimando el impacto de nuestra ganadería bubalina pastoril extensiva sobre la emisión de gases de efecto invernadero GEI y sus posibilidades de certificar bonos de carbono como mecanismos para compensar las emisiones de gases clasificados como perjudiciales para el ambiente o causantes del calentamiento global contribuiría y mucho al desarrollo de nuestras economías regionales.
Las perspectivas de crecimiento de la demanda de carne son las siguientes: en el mercado interno como sustituto natural de la carne bovina, en un escenario probable de demanda insatisfecha del mercado internacional. Dentro de este análisis la carne de búfalo corre con ventajas comparativas en seguridad, condiciones de producción en relación a bienestar animal y calidad de los alimentos ya que estos serán definitorios en una cada vez más integrada cadena alimentaria.
Los alimentos sanos y la ingesta de carne en relación con la salud humana, las enfermedades crónicas, el envejecimiento y su impacto en la vida, serán factores claves en la industria ganadera en un futuro. Será un verdadero reto que deberá priorizar una visión compartida para la producción de búfalos en el NEA y el país, posicionando a los actores como un espacio propenso a la competitividad y a la innovación.