Chinfield marcó el inicio de la temporada de polo

El corredor vial que lleva el nombre de Gonzalo Tanoira entre los partidos bonaerenses de Pilar y General Rodríguez se constituyó en las últimas décadas como el epicentro del entrenamiento global de polo más exclusivo donde, en un radio de no más de 5 kilómetros, se pueden contar 50 canchas pertenecientes muchas de ellas a los equipos de más alto hándicap del mundo. Fue en este marco que el laboratorio de origen nacional Chinfield, de la familia Fischer, decidió convocar a médicos veterinarios y estudiantes ligados a la actividad equina y más especialmente al mundo del polo. Para hacerlo, se eligieron las canchas de la familia Heguy en Chapa Bar, el pasado 7 de septiembre.
El MV Ramón Ferrer Reyes, codirector técnico de Chinfield, ofició de anfitrión y recibió a MOTIVAR para adelantar lo que sería la participación especial del MV Blas Vaschetto, director del Hospital Equino de Venado Tuerto, Santa Fe, que disertó sobre claudicaciones oscuras, para alrededor de 30 profesionales, entre los que se encontraban los reconocidos especialistas Nora “Pichi” Taylor y Francisco “Frankie” Braun.

El momento del reencuentro

Para Ferrer Reyes, un avezado en la materia con 27 años de trayectoria en La Quebrada, el haras que fundó su abuelo, Hernán Ceriani Cernadas, donde antes había solo quintas y la Panamericana aún era apenas un proyecto y, ahora, con un lustro en la industria pharma, no quedan dudas que la zona donde se concretó el encuentro constituye la mayor concentración de caballos de alta performance del país.
“Convocamos a los especialistas y estudiantes de la Universidad del Salvador y la UBA ya iniciando una nueva temporada fuerte de polo, que empieza con el Abierto del Jockey Club y sigue con la Triple Corona: Abierto del Tortugas Country Club, Abierto del Hurlingham Club y Abierto Argentino de Polo”, repasa el codirector técnico de Chinfield.
A su turno, Vaschetto advierte que las claudicaciones oscuras insumen más tiempo, ciencia y tecnología para encontrarlas.
“Es un día a día, los colegas nos construimos personalmente e interpersonalmente, el camino es compartir información”, asegura el MV del hospital equino de Venado Tuerto.
“En el equino de polo la dedicación del veterinario es más específica debido a las problemáticas propias del deporte”, asegura Ferrer Reyes y sigue: “Un partido consta de ocho chukkers de siete minutos, donde en un juego de polo de alta competición se exacerban los músculos y tendones del animal y si no está bien entrenado, se le pasa factura. En ese sentido el laboratorio ofrece productos tanto para el pre, como pospartido”.
La línea equina de Chinfield es uno de sus caballitos de batalla no solo en el mercado interno. La firma tiene presencia en el resto de la región, Medio Oriente y países de África. “Desde los 90 el polo se ha profesionalizado, haciéndose visible que el caballo no solo necesitaba una cría extensiva, sino un mejor potencial genético y desarrollo tanto en nutrición como alimentación”, explica Ferrer Reyes en un mano a mano con MOTIVAR.
Y agrega: “A medida que los veterinarios se especializaron dándole importancia a su cría para alto rendimiento, los productos de Chinfield ganaron terreno porque ayudan a mejorarla y demostrar el máximo potencial genético en el momento de la competencia”.