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VETERINARIA VILLA MINETTI CUMPLIÓ 50 AÑOS

“A lo largo del tiempo, la atención clínica le dio paso a la prevención”

El MV. Federico Berger sostiene que la ganadería extensiva mutó a intensiva de la mano del corrimiento de la frontera agrícola en Villa Minetti (Santa Fe) y en las zonas limítrofes con Santiago del Estero y Chaco.
Motivar | Facundo Sonatti
Por Facundo Sonatti 29 de agosto de 2022 - 09:00
Juntos. Los MV. Federico Berger, padre e hijo, celebrando los 50 años de Veterinaria Villa Minetti, en un encuentro al que asistieron clientes, familiares, amigos y proveedores.

En 1972 cuando el veterinario Federico Santiago Berger (73) se asentó en Villa Minetti, por entonces un pequeño poblado en el extremo noroeste de la bota santafesina, era uno de los pocos profesionales del lugar junto al doctor del pueblo y el único escribano. Hoy, 50 años más tarde, su hijo, también en la profesión, destaca que son al menos 17 los veterinarios afincados en esta ciudad de 10.000 habitantes que late al calor del campo.
En ese medio siglo, la producción ganadera mutó de la mano del corrimiento de la frontera agrícola, donde los planteos extensivos le dieron lugar a la producción intensiva con el desarrollo de la actividad sobre mejores suelos.
En diálogo con MOTIVAR y en el marco de la celebración de los 50 años de Veterinaria Villa Minetti, Federico Berger, a cargo de la firma que fundó su padre, repasa pasado, presente y futuro de esta empresa al servicio de la producción ganadera.
“Si mi padre trabajaba muy fuerte en la atención clínica, hoy hacemos foco en la prevención”, sentencia Berger. Y agrega: “Somos un equipo de cuatro miembros y atendemos 25.000 vientres por año, incluidas seis cabañas entre Santa Fe y Santiago del Estero donde el foco está puesto en la planificación”.

Una transición virtuosa

“Somos un equipo de cuatro miembros y atendemos 25.000 vientres por año, incluidas seis cabañas entre Santa Fe y Santiago del Estero donde el foco está puesto en la planificación”.

“Hay que trasladarse hasta el norte de Santa Fe y remontarnos 50 años hacia el pasado para tomar dimensión del lugar con el que se encontró mi padre al mudarse a Villa Minetti”, propone Berger y aporta algunos detalles: “No había luz o se cortaba a las seis de la tarde y si aún tenemos problemas de agua, imaginen lo que era en aquel entonces, donde se colectaba en aljibes. Es allí, donde empieza a trabajar como uno de los primeros profesionales de la zona”.
El padre de Federico había nacido en Villa Ángela, Chaco, pero una pasantía en Tostado, Santa Fe, mientras cursaba la carrera de veterinaria en Esperanza, lo cruzó con un amigo y colega que vendía su pequeño local de zooterápicos en Villa Minetti y esa fue la apuesta que hizo en 1972. Solo un año más tarde, nació quien hoy lidera el negocio, Federico Berger hijo.
“En todos esos años mi padre trabajó muchísimo en la atención de casos clínicos, desde animales enfermos, partos y hasta había una pequeña cuenca lechera que también atendida”, asegura el también presidente de la Federación Veterinaria Argentina (FEVA). “Había una cooperativa que acopiaba 10.000 litros de leche por día a pesar de ser una zona marginal en cuanto al clima con extremas lluvias y prolongadas sequías”, señala nuestro entrevistado.
Y sigue: “A su vez, la farmacia veterinaria funcionaba bien, se trabajaba mucho el tema de garrapata y papá cuenta que llegó a hacer 20.000 tactos en un año. Con el tiempo la zona fue creciendo, sobre todo a partir de la década del ‘80, cuando el avance de la agricultura generó un progresivo corrimiento de la ganadería hacia el oeste de Villa Minetti y en Santiago del Estero”.

A campo. La conformación de equipos de trabajo es una premisa en la empresa.

El ingreso de Berger hijo se concreta en el cierre del siglo pasado, hace 23 años, trabajando codo a codo con el fundador viven el mayor proceso de transformación donde la ganadería extensiva le da lugar a la actividad más intensiva sobre suelos de mayor calidad.
“La presencia de cabañas que atiendo personalmente también tienen un rol central en el desarrollo de nuestra empresa. Solo en Villa Minetti, en un radio de 20 kilómetros, trabajamos con El Amargo (Braford) y Los Guasunchos (Braford y Brangus), firmas muy prestigiosas”, señala Berger (h).

La seca golpeó fuerte

A Federico Berger (h) la profesión le corre por las venas, no solo su padre es médico veterinario, también su abuelo materno, Rosendo Vergara, egresado de la Universidad de La Plata, tuvo un rol destacado en la profesión, como docente fundador de la facultad de Ciencias Veterinarias en Esperanza y primer presidente del Colegio Veterinario de Santa Fe. Incluso su madre cursó un par de años la carrera y trabajó a la par de Berger padre, su marido, en los inicios de la clínica montada en Villa Minetti.
El rol institucional de Federico no se reduce a la FeVA, también presidió en dos oportunidades el Colegio Veterinario de Santa Fe. “Es una manera de devolverle todo lo que la profesión me dio”, sintetiza el médico veterinario en diálogo con MOTIVAR.

Para adelante. Los festejos por el aniversario contaron con un slogan principal: “Cumplimos 50 años y nos seguimos transformando”.

A partir de 2006 una condición climática adversa puso a prueba la sapiencia y tenacidad de la familia Berger al afrontar la sequía más extensa y dañina de cual se tenga memoria. En tan solo cuatro años, el departamento 9 de Julio (tercero en número de cabezas en la provincia) perdió un 30% de su stock estimado en el inicio en cerca de 800.000 bovinos. “Se perdieron 240.000 cabezas y a nosotros nos pegó de lleno”, afirma sin eufemismos Berger.
Y grafica: “En ese periodo, tengo registro que previo al 2006 llegué a vacunar con antiaftosa 40.000 cabezas en un año y finalizada la seca, solo tenía 16.500. Muchos campos no recuperaron jamás el stock, pero nosotros con un colega que acaba de sumar al equipo, César Rodríguez, empezamos a crecer nuevamente con el foco puesto en Santiago del Estero”.
En ese sentido, el actual propietario de Veterinaria Villa Minetti, señala que la forma de desempeñarse al sumar un colaborador mejoró al punto tal que, “multiplicamos los trabajos mucho más de dos veces, porque nos complementamos”. Asimismo, representó toda una apuesta en el medio de la situación extrema que vivía la región por aquel entonces. A su vez, Berger destaca que en los últimos 10 años incorporaron las IATF, a partir de una especialización en materia de reproducción que hizo con su padre.

Las cuentas pendientes

“Hay nuevos productores que vienen de la agricultura y están invirtiendo en ganadería, son los productores del siglo XXI que llegaron para diversificar y hacen todo de la mano del asesoramiento e invierten mucho en planes sanitarios y tecnología”.

Veterinaria Villa Minetti hoy asesora productores que suman un universo de 25.000 vientres. Solo con IATF, insemina 8.000 animales por año y hay margen para crecer. “Sabemos que podemos ofrecerles más servicios a los productores con los que ya trabajamos. De hecho, las cabañas nos demandan mucho trabajo con las particularidades del caso”, aclara Berger. Y sigue: “A su vez, seguimos trabajando en los campos de cría de los bajos submeridionales con suelos más duros donde es más difícil lograr cultivos para la ganadería y se aprovechan los pastos naturales con cargas bajas”.
En el año de la pandemia, el fundador de Veterinaria Villa Minetti cedió el mando a su hijo y colega. “En enero de 2021, me hago cargo y hacia fines de ese año decido incorporar otro colaborador, el MV Ignacio Garavaglia. A su vez, hice un convenio con Zoovet con exclusividad de exhibición y remodelamos todo el local en el marco de los 50 años de la veterinaria”, señala la cara visible de la firma que celebró el aniversario redondo con la presencia de clientes y amigos. “Participaron tres de los primeros clientes de mi padre y, hoy, hay muchos herederos de esos clientes que él asesoró sumado a nuevos productores que vienen de la agricultura y están invirtiendo en ganadería, son los productores del siglo XXI que llegaron para diversificar y hacen todo de la mano del asesoramiento e invierten mucho en planes sanitarios y tecnología”, confiesa Berger (h). Y agrega: “Soy un agradecido de la vida por ser veterinario que es lo que quise siempre, más allá que lo vi trabajar muchísimo a mi viejo, tengo la fortuna de trabajar con él, hacer lo que me gusta y me pagan por eso”.

El rol de Berger (h) no se reduce a su negocio, también dedica horas de su tiempo a la dirigencia institucional. “Hay mucho camino aún por recorrer para lograr mayor reconocimiento por todo lo que hacemos por una sola salud”, sentencia. Y cierra: “La ganadería del Norte también aún tiene mucho por hacer, porque con una baja inversión el impacto positivo es enorme, como por ejemplo la presupuestación forrajera anual para establecimientos de cría, algo que no se hace y, hoy, solo se atajan los penales. Creo que tenemos que seguir capacitando y aplicando tecnologías para lograr cambios radicales”.

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