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Las innovaciones tecnológicas aplicadas a la ganadería de nuestro país posibilitan distintos tipos de mejoras en la eficiencia productiva. Por este motivo, MOTIVAR dialogó con los referentes de “Ganadería de Precisión”, un proyecto del INTA que surge de la oportunidad de generar un desarrollo innovador que abarque aquellas tecnologías que tienen que ver específicamente con la ganadería.
Cabe destacar que el INTA desde hace algunos años, viene trabajando en fortalecer líneas de investigación que apuntan a obtener desarrollos e implementaciones que pueden marcar un salto cualitativo en los modos de producir carne y leche vacuna.
Al describirlo en pocas palabras, se entiende a la ganadería de precisión como un conjunto de tecnologías que posibilitan medir, monitorear y controlar de manera autónoma, indicadores representativos de cada uno de los individuos -salud, comportamiento, bienestar, manejo, ambientales y demás- para generar información de calidad y ofrecer de modo constante ventajas competitivas al momento de la toma de decisiones.
“Este proyecto busca generar innovaciones que agreguen valor a partir de la incorporación de tecnología”, expresó Ricardo Garro, coordinador del Proyecto de Ganadería de Precisión en el INTA en distintas entrevistas realizadas recientemente.
Dentro de los principales desarrollos en curso, podemos encontrar sensores para aguadas y forrajes, geoposicionadores de partos, balanzas, suplementadores automáticos; monitores de actividad reproductiva para toros, tambo robótico y muchos más. En esta nota, nos centraremos en los más protagonistas hasta el momento.
El proyecto se sostiene en tres grandes pilares, lo cual hace que hoy tenga el grado de conocimiento y aceptación que tiene por parte de los productores.
Ellos son: “desarrollo e implementación”, donde el objetivo es la generación de tecnologías desde el momento inicial; “validación y adaptación” donde se busca determinar la factibilidad técnica de los desarrollos y en el caso de ser necesario, proponer alternativas de adaptación a las necesidades locales regionales.
Por último, “vinculación con el sector público privado”. Este es el eje articulador, dado que el concepto de innovación abierta solo es posible con la interacción público – privada.
El fundamento de los comederos inteligentes se basa en la medición del consumo individual de cada animal. Cada ejemplar tiene colocada una caravana electrónica (RFID), que permite que sea identificado en el momento que ingresa al comedero.
A su vez, cada comedero posee una balanza que pesa al alimento al momento de la entrada y a la salida. De esta manera, es posible determinar el consumo del individuo en ese ingreso y recolectar diferentes datos e información de valor – por ejemplo, la cantidad de veces que ingresa, cuánto, relación de kilos de alimentos y kilos del animal, consumos acumulados, etc-,.
El Ing. Agr. Ricardo Zapata -técnico responsable- comentó a MOTIVAR que el objetivo principal de los comederos es conocer el consumo residual de cada animal.
Es decir, cuál es la ganancia de peso en función de la cantidad de alimento que consume. “Conocer el consumo individual nos permite seleccionar animales en función de esta característica. Al ser una característica heredable, potencialmente podríamos utilizar este dato para seleccionar reproductores -toros o vacas- teniendo en cuenta que la progenie hace un “mejor uso” del alimento. En otras palabras, a futuro vamos a gastar menos plata en comprar alimento para engordar los novillos que descienden de estos reproductores”, declaró Zapata.
Pero ese no es el único beneficio. Otro aspecto es que los comederos inteligentes están relacionados con el comportamiento animal, lo cual nos brinda la posibilidad de armar lotes con animales de temperamento similar.
También permiten detectar en forma temprana aquellos que están enfermos o presentan una disminución del consumo drástica, ya sea por un cuadro temprano de acidosis u otro problema.
La Ing. Agr. Daniela Costamagna es la representante del proyecto tambo robótico del INTA.
Al inicio de la entrevista con MOTIVAR recalcó que se vinculó al ordeño robótico como reemplazo de la mano de obra, pero esto es totalmente falso.
“La incorporación del ordeño robótico tiene un impacto muy fuerte en el aspecto social, ya que esta tecnología permite solucionar varias de las grandes desventajas que tiene la actividad a la hora de hacerla atractiva a las nuevas generaciones, como ser la flexibilidad de los horarios, descansos y fines de semana para los operarios tamberos y la reducción sustancial del esfuerzo físico que demanda la rutina de ordeñe”, aclaró.
Dentro de los principales beneficios, podemos encontrar la automatización de las tareas -que impactan en una mayor producción y calidad de leche-; alimentación automática -permite un aumento de eficiencia en el uso de alimentos caros y ahorro de tiempo-; grandes impactos en reproducción; detección temprana de enfermedades y la obtención de altos niveles de productividad debido a un mayor bienestar animal.
“El robot lo que hace es estandarizar la rutina de ordeñe todos los días en todas las vacas, lo que le permite al operario liberar horarios para hacer las otras actividades que son también muy importantes en un sistema. Es decir, se incrementa la productividad de la mano de obra, porque mientras en un tambo convencional el 50 o 60% de su tiempo se destina al ordeño, acá ese tiempo se utiliza para analizar la información y gestionar”, aseguró Costamagna.
Por último, pero no menos importante, nos encontramos con el proyecto de balanzas de pesada al paso. Es un sistema que permite medir el peso de los animales de manera automática.
El sistema cuenta con una plataforma por la cual los animales pasan caminando para entrar a un corral donde está el agua. En el momento que el animal cruza sobre la plataforma es identificado y pesado, luego los datos son almacenados localmente y enviados a internet para su análisis.
Los grandes beneficios de esta tecnología son: el monitoreo de peso de manera continua, las alertas que brindan de los animales que no ingresan a tomar agua, y las inferencias de problemas ante cambios de peso.
El INTA avanza en la difusión de estas tecnologías, mediante un proyecto específico que busca impactar de lleno en el día a día de la producción ganadera.