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¿CUÁL ES LA PARTICIÓN DEL PRODUCTOR EN LA RENTA GENERADA?

Producción porcina: el desafío de comer en dólares y vender en pesos

Siendo el escenario estructural positivo, la crisis coyuntural que atraviesa el sector nacional se debe pensar como una posibilidad de cambiar las viejas tendencias y asumir una actitud empresarial.
Por VET MARÍA INÉS BIANCHI 1 de diciembre de 2018 - 00:01

La porcinocultura argentina atraviesa hoy por un momento de crisis, como otras producciones animales que basan su alimentación en el maíz y la soja.
Sin embargo, aún en la adversidad podemos avizorar un futuro promisorio, debido a la existencia de diferentes características estructurales positivas en el sector porcino nacional e internacional, confiando en poder superar las circunstancias actuales que nos han llevado a esta crisis.

Lo positivo aquí y en el mundo

La carne de cerdo es la fuente de proteína animal de mayor producción y consumo mundial, con 110 millones de toneladas producidas en 2017. La prestigiosa consultora holandesa Rabobank es totalmente optimistas para los próximos 10 años, con crecimiento sostenido.
China es el mayor productor, pero también el mayor consumidor e importador de carne porcina, ya que no puede autoabastecer su creciente población con un mejor nivel de vida que consume más proteína animal que en el pasado.
El fracaso de las negociaciones con Estados Unidos y el boicot comercial entre ellos, abre una puerta a nuevos proveedores, y así como ya se está exportando carne bovina argentina a China, se podría también exportar carne porcina.
El consumo interno de cerdo, triplicado en los últimos 15 años, ya pasó los 16 kg/hab/año y continúa en alza sostenida, con una proyección de 25 kg/hab/año para el 2025 según la Asociación Argentina de Productores Porcinos.
Según cifras oficiales de la hoy Secretaría de Agroindustria de la Nación, la producción local de carne porcina creció en forma sostenida un 355% en los últimos 25 años. Sin embargo, el país no se autoabastece, por el gran aumento en el consumo interno, un indicador positivo para el futuro de la producción.

«La mayor influencia la tiene el aumento de los costos de la alimentación, que representan un 70% del costo del capón”.

La difícil situación actual

Varias circunstancias de la coyuntura nacional coinciden para producir una crisis que se viene agudizando desde hace dos años:
• Aumento de gastos fijos (tarifas eléctricas, de gas, y el combustible), de gran influencia en producciones intensivas como la porcina.
• La reducción del IVA al 10,5% para la venta de capones en pie, que deja al productor con un saldo impositivo a favor y agrava las pérdidas.
• Las importaciones de carne porcina, que vienen en aumento desde 2015. Desde las entidades que agrupan a productores se han elevado quejas por permitir importaciones desde países que registran enfermedades porcinas de las cuales Argentina es libre, y que ingrese carne congelada que luego se vende descongelada al público, práctica prohibida y de competencia desleal.
• La mayor influencia la tiene el aumento de los costos de la alimentación, que representan un 70% del costo del capón. Si en enero de 2015 la relación kg de capón/ kg de maíz era de 10 a 1, en agosto de 2018 estamos en 5,5 a 1. Considerando que por debajo de 8 a 1 significa pérdida, los números hablan por sí solos, con el costo del capón superando su precio de venta. El aumento de los costos está influenciado por la devaluación del peso frente al dólar, ya que los granos cotizan en dólares mientras que el capón se vende en pesos.

¿Cómo encarar la crisis?

Siendo el escenario estructural positivo, esta crisis coyuntural se debe pensar como una posibilidad de cambiar las viejas tendencias y asumir una actitud empresarial. Llevar registros productivos claros y ordenados nos muestran las fortalezas y debilidades, permitiendo tomar decisiones estratégicas.
Dejar de verse como un eslabón suelto y pasar a ser la mano que agarra la cadena. Hoy el productor sólo participa del 20% de la cadena, asumiendo la mayor parte del riesgo; mientras que el intermediario y el comerciante se reparten el 80% del valor económico.
Encarar el negocio en conjunto, con objetivos claros a corto y largo plazo, es el camino para el negocio porcino actual y futuro.

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