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SUSCRIBITE Logramos una nueva recertificación de las normas GMP oficiales del Senasa que alcanzamos por primera vez en 2006, para la elaboración de líquidos y semisólidos estériles y no estériles, polvos de administración oral, excluyendo aquellos que en su formulación contengan principios activos hormonales y betalactámicos”.
Esta fue la primera de las novedades que Enrique Fischer, titular de Chinfield, compartió con MOTIVAR en una reunión de la cual también participaron el director técnico de la empresa, Juan Carlos Sosa y el veterinario Ramón Ferrer Reyes.
Ya desde fines de los ´90, el laboratorio en el cual trabajan hoy 45 personas y tiene su planta ubicada en Munro, Buenos Aires, se propuso invertir en normas de calidad que le permitieran exportar, tal como lo hace a más de 30 países alrededor del mundo.
Esta visión es la que le permite generar hoy más del 40% de sus ingresos por medio del negocio internacional, dato clave frente a un mercado interno de productos veterinarios para el segmento de equinos deportivos (uno de los que participa Chinfield) cayó en lo que va de este año entre un 20 y un 25% en unidades vendidas, frente a 2017.
“Los mercados han incrementado sus requerimientos con el paso del tiempo, llevándonos a realizar inversiones importantes para estar en condiciones, no sólo de cumplir con la normativa local, sino también de soportar una inspección de países que se rijan bajo normas del VICH o la Comunidad Europea”, le explicó a MOTIVAR el referente de la firma, Enrique Fischer. Y reforzó: “Nos interesa acceder a mercados como Turquía, Arabia Saudita, Japón, China y otros de la Unión Europea. Es allí donde verdaderamente podemos hacernos competitivos en base a la calidad de nuestros productos”.
Una tradición familiar
A su turno, fue el médico veterinario Juan Carlos Sosa, quien destacó otra de las ventajas de Chinfield en el mundo. “Seguimos disfrutando hoy del trabajo que realizaron hace años Susana y Enrique Fischer (padre), facilitándonos el ingreso a muchos países. Esto nos obliga a seguir trabajando en una mejora continua”.
A su vez, Sosa destacó que se ha complejizado el soporte documental que solicitan determinados países para registrar productos, aunque subrayó también que los servicios oficiales cada vez están más enfocados en inspeccionar las plantas y disponer de validaciones no sólo de los procesos productivos, sino de los equipamientos involucrados.
Comprendiendo esto, Chinfield comenzó hace dos años con un plan de inversiones por medio del cual destinó más de un millón de dólares a la incorporación de maquinaria y equipamiento preparado en origen para certificar normas internacionales.
A eso se sumó el aporte de las líneas crediticias FONTAR y FONAPYME para la construcción de un nuevo laboratorio de control e investigación y desarrollo.
“Buscamos generar el menor contacto posible entre las personas y los productos, tanto en la etapa de elaboración, como en las de envasado y cerrado. Para ello, renovamos máquinas (envasadoras, por ejemplo) calificadas en el exterior y cuya capacidad productiva se adecua a nuestra necesidad”, explicó Fischer. Y profundizó: “Hoy la clave está en poder validar los procesos. Ya el foco no está puesto en cómo se hace el producto, sino en validar el proceso concreto”.
Vale decir que el nuevo laboratorio cuenta con reactores de vidrio y cámaras climáticas para manejar distintas temperaturas. “Además de las clásicas HPLC, tenemos absorción atómica; es decir que las mediciones que efectuamos a nuestra línea de minerales son ultra exactas”, aseguró Sosa.
Ampliarse y tercerizar
Claro está que la línea más importante que ofrece Chinfield es aquella ligada a los caballos deportivos, más allá de lo cual está trabajando en la ampliación de una gama de fármacos para la ganadería que hoy incorpora únicamente mineralizantes, entre los cuales lógicamente se destaca el Yodacalcio.
“No podemos estar ajenos a ese mercado en un país ganadero como el nuestro.”, reforzaron nuestros entrevistados. Vale decir también que en la planta de la empresa se elaboran medicamentos específicos para camellos de carrera, los cuales se exportan hacia Medio Oriente hace años.
Culminando ya nuestra recorrida por las modernas instalaciones de Chinfield, en la cual pudimos ver las distintas líneas de producción de la empresa que ya están listas, inclusive, para ofrecer servicios a terceros, Fischer nos compartió su visión en relación a por qué siguen invirtiendo en el sector.
“Esta fue desde siempre la política del laboratorio. De cara al futuro, todo este esfuerzo sin dudas nos permitirá acceder a nuevos mercados, en los cuales podamos posicionarnos a través de la calidad reconocida de nuestros productos”.