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SUSCRIBITE Los lechones recién nacidos dependen del calostro materno para obtener los nutrientes necesarios y mantener su sobrevida. Debido a que las inmunoglobulinas (Igs) no pueden atravesar la estructura placentaria de la cerda, los lechones nacen agamaglobulinémicos con poco o ningún valor cuantificable de inmunoglobulina G (IgG), IgM o IgA circulante. Por lo tanto, la toma y absorción exitosa de calostro es esencial para la prevención de enfermedades y el crecimiento eficiente de cerdos sanos. La captación de anticuerpos por los enterocitos de tipo fetal y transporte de IgG a la circulación cesa entre las 18 – 24 h de vida.
Este proceso, denominado cierre del intestino, evita la absorción de moléculas de IgG intactas y otras macromoléculas.
El calostro es la primera leche que la cerda produce y es energéticamente denso y rico en anticuerpos y factores de crecimiento. Sin embargo, solo se concentra antes del parto en la glándula mamaria y se secreta durante las primeras horas después del nacimiento. Específicamente, el calostro tiene una alta concentración de IgG que proviene de una intensa concentración desde la sangre a la glándula mamaria a través de un mecanismo dependiente de receptores.
Además, en comparación con la leche, posee un mayor contenido de lípidos, lactosa, otras proteínas y sólidos totales. Desde el punto de vista de las defensas, además de los anticuerpos, el calostro posee factores inmunomoduladores, antimicrobianos y células.
La inmunidad mediada por células es un componente fundamental en la respuesta inmune contra la enfermedad, pero la contribución celular al calostro se ha pasado por alto tradicionalmente a favor de factores no celulares como las Igs. La iniciación de la lactancia y la capacidad de mamar de los lechones recién nacidos son dos factores que pueden influir en la mortalidad predestete.
Por lo tanto, la medición de Igs en el suero de los lechones se emplea como un indicador, tanto de la producción de calostro de la madre como de la capacidad de mamar de los lechones. El número de lechones destetados por cerda por año es un indicador clave del rendimiento en los sistemas de producción porcina. La selección genética ha aumentado el tamaño de la camada, sin embargo, con un mayor tamaño de la camada, hay un aumento asociado en la mortalidad del lechón antes del destete.
Los lechones neonatos que no ingieren calostro, tienen poca supervivencia debido a las reservas de energía bajas y la falta de defensa contra agentes patógenos. Esta disminución en la supervivencia ocasiona problemas tanto de producción como de bienestar.
Las técnicas para medir las Igs séricas son relativamente complejas, lentas, costosas y, por lo general, requieren de equipos y servicios especializados.
Novedades
Recientemente se ha desarrollado el “inmunocrito” que puede evaluar al inicio de la lactancia neonatal la transferencia pasiva de IgG de la cerda al lechón.
Es un método simple, rápido y económico para medir la IgG sérica, diferente de los ensayos que con el mismo fin fueron desarrollados previamente.
La técnica requiere solo un equipamiento mínimo y su nombre deriva del uso de un microcapilar de hematocrito para medir la IgG precipitada en el suero del lechón, por el agregado de un precipitante de proteínas como el sulfato de amonio. Se realizaron experiencias empleando la técnica del inmunocrito, que lo validaron no solo para medir las Igs sérica en lechones al día uno de nacido y examinar la relación entre las concentraciones individuales de Igs de lechones y la supervivencia predestete, sino también para evaluar el crecimiento posterior, la edad a la pubertad, fallas en la pubertad, tamaño de la camada y rendimiento de la lactancia.
Esta técnica se ha empleado para medir la calidad del calostro en cuanto al contenido de Igs. Varios estudios avalan el uso y establecen una buena correlación con la densitometría y otras técnicas más sofisticadas como el ELISA y la Inmunodifusión radial, no solo en porcinas sino también en bovinos. Los valores del inmunocrito de los lechones se correlacionaron con contenido estomacal a las 24 h, lo que indica que el inmunocrito podría emplearse para medir la transferencia pasiva de la inmunidad y la capacidad de mamar de lechones.
Las cerdas de 2 o más partos tuvieron valores de inmunocrito promedio de camada mayor, en comparación con las cerdas de primera paridad. Estos resultados indican que el inmunocrito es una herramienta útil para controlar la ingesta de calostro en lechones, su facilidad y bajo costo hacen de esta técnica una herramienta ideal que podría ser utilizado en un entorno comercial en nuestro país.