Este mensaje se escuchó al unísono en la muestra sectorial realizada recientemente en el INTA Marcos Juárez. El riesgo que implica la apertura del mercado local a carnes porcinas de los Estados Unidos ocupó el centro de la escena.
En la jornada de apertura el clima fue benévolo, el número de stands record y la convocatoria contundente.
Sin embargo, una noticia, para muchos negativa, se apoderó de gran parte de lo que fue la 12° Expo Fericerdo, la mayor muestra de la industria porcina, llevada a cabo en la ciudad cordobesa de Marcos Juárez, los pasados 24 y 25 de agosto.
La posibilidad latente de que ingresen al país al menos 3.000 toneladas de carne porcina, equivalentes a unos US$ 10 millones, desde los Estados Unidos, encendió todas las alarmas. Las sensaciones que se pudieron apreciar en la primera jornada, en la que estuvo lógicamente presente MOTIVAR, eran de desconcierto, lamento y por qué no, algo de bronca.
Para el Dr. Jorge Brunori, del INTA Marcos Juárez, esta noticia genera desanimo entre los pequeños y medianos productores que ya habían sufrido un embate hace un año y medio, cuando el fin de las retenciones al maíz, dispararon los costos de la nutrición en el sector. “El último año se importaron 25.700 toneladas, un salto del 121% en tan solo dos años, y este primer semestre, creció otro 80%. Es un tema que preocupa porque atenta contra el débil equilibrio de la mesa de carnes”, analizó Brunori, ante un salón colmado y puso el acento sobre el rol de la sanidad en el intercambio comercial: “no podemos sacrificar nuestro status sanitario”.
“El incremento de las importaciones no sería lo grave, lo grave es que esa carne se descongele y llegue al consumidor, poniendo en riesgo la salud”. Jorge Brunori (INTA).
La muestra, que se realiza año por medio, desde 1998, es un encuentro obligado para un sector que factura más de $24.000 millones, cada año.
En esta oportunidad, las palabras de bienvenida estuvieron a cargo de Marcelo Tolchinsky, director de INTA Marcos Juárez y Amadeo Nicora, presidente del INTA.
“La producción animal es la actividad que mayor presencia genera del hombre en el ámbito rural y la industria porcina es un ejemplo de este proceso que logra afincar al hombre en el territorio donde nació a lo largo y ancho de todo el país”, rompió el hielo Nicora. Y advirtió: “si queremos vender alimentos al mundo hay que saber que se trata de un ida y vuelta. Además, en el caso puntual de las importaciones de carne desde los Estados Unidos, vale decir que deberán cumplir con los estándares de la OIE y el INTA monitoreará de cerca la situación”.
La sanidad no se negocia
La doble jornada reunió más de 14.000 asistentes, con fuerte presencia de pequeños y medianos productores. Ante ese público, Brunori explicó: “el gran pilar del sector es el consumo interno; hay que seguir estimulándolo ya que continuará siendo el pilar del negocio en los próximos 10 años. Pero hay otro mercado que Argentina debe desarrollar y es la exportación”.
El especialista del INTA Marcos Juárez se apoyó en los números para ratificar su posición. “Mientras que España exporta la mitad de los cerdos que produce, sin tener granos; Chile produce casi lo mismo que Argentina pero con un consumo per cápita mayor y exportando 173.000 toneladas. Por su parte, Brasil (cuarto exportador mundial) despacha más de 330.000 toneladas por año, un 10% de su producción”, analizó.
Y completó: “nosotros exportamos menos del 2% de lo que se produce y sobre un comercio internacional de 8 millones de toneladas, nuestro país apenas aporta un 0,14% de los despachos”.
En otro paso de la disertación, puso el foco sobre los aspectos sanitarios que envuelven la producción. Para Brunori, el peso de la carne importada por sobre el consumo ronda el 5% y puede llegar a fin de este año al 10%.
“El incremento de las importaciones no sería tan grave como que esa carne se descongele y llegue al consumidor, poniendo en riesgo la salud y por ende el impacto negativo que puede tener sobre todo el sector”, advirtió.
A su turno el funcionario Lucas Balbi, flamante director del área porcina en representación del Ministerio de Agroindustria de la Nación, atajó las sucesivas
“Más del 85% de la carne de cerdo se produce en los países
donde se consume y acá no será distinto”. Lucas Balbi
(Ministerio de Agroindustria de la Nación).
preguntas que denotaban un claro malestar ante la reciente medida relacionada a las importaciones.
“Más del 85% de la carne de cerdo se produce en los países donde se consume y acá no será distinto, el motor de la industria seguirá siendo la producción y el consumo interno. Pero no creemos que para ello será necesario estar en contra de las importaciones”, se excusó. Y siguió: “creemos que el sector debe alcanzar una balanza comercial positiva como lo tienen las carnes bovina y avícola y por eso, hay que exportar más”.
Para el MV Horacio Gabosi, que también fue de la partida: “el ingreso de las carnes debe cumplir ciertos requisitos que incluyen una reglamentación denominada “riesgo insignificante” y entre los puntos que propone el trabajo realizado por el Senasa, contiene que esa carne venga de criaderos que no hayan tenido brote de PRRS, en los últimos seis meses, algo imposible de corroborar, es endeble”.
Ante la advertencia de Gabosi, el representante del Ministerio de Agroindustria retrucó que, hay medidas que si no se hacen en origen, debemos hacerlas acá y son numerosos los requisitos. “Lo que puede cumplir Estados Unidos es el control en el producto, cortes congelados desde hace más 60 días, allí se puede determinar que el “riesgo es insignificante” y con cumplir ese punto es suficiente para que esos cortes ingresen”, completó.
Los desafíos de cara a 2027
Aunque la coyuntura parece sombría, el futuro suena promisorio.
En la Argentina, el consumo podría trepar hasta los 25 kilos per cápita, según las cifras que se compartieron en la muestra y la demanda internacional, a partir de la continua expansión de la clase media, seguirá creciendo.
“Localmente seguimos hablando de pequeños, medianos y grandes productores, pero hay que empezar a hablar de eficientes e ineficientes, porque muchos de los pequeños productores hoy ya son muy eficientes. La conversión de alimentos 3 a 1 parecía imposible y hoy prácticamente todos lo hacen y más allá que nos corren el arco todo el tiempo, debemos seguir apuntando a obtener mejoras”, propuso Gabosi. Y siguió, “escuché decir que muchos productores generan 2.500 kilos por madre por año, bueno señores, les voy a decir que en el país hay muchos productores que ya generan 3.500 kilos”. En ese sentido, el funcionario nacional sostuvo que, el primer objetivo es lograr igualar las importaciones para lograr un equilibrio en la balanza comercial y eso representa unas 35.000 toneladas adicionales, cerca del 5% de la producción actual. “Me parece más productivo trabajar en cómo aumentar las exportaciones que pensar en las importaciones”, comentó Balbi.
“Los productos de EE. UU. ingresarán con un arancel del 10% y a su vez, se aumentarán los reintegros de las exportaciones de carne porcina hasta el 7%, es decir, una intervención del 17% del precio para hacer más competitivo al sector”, agregó para cerrar el tema importaciones.
Como desafío puertas adentro, Brunori disparó: “discutir la definición socio productiva del sector es fundamental para la continuidad de los pequeños y medianos productores, porque no podemos mantener la producción en un 90% de pequeños y solos, en ninguna parte del mundo se produce así”.
Para Gabosi, otra falencia muy importante que tiene el sector es la falta estadística, donde no se tiene certezas ni siquiera del nombre de algunas enfermedades, la cantidad de madres, el volumen producido y cuánto se consume por habitante por año con una ventana enorme que va de 12 a más de 16 kilos. “La única manera de contemplar esa última cifra es que tenemos cerca de un 30% del sector en negro y de ser así, con qué autoridad moral vamos a ir a ver a las autoridades para hacer planteos o demandar financiamiento”, concluyó.