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SUSCRIBITE El Colegio de Médicos Veterinarios de la provincia de Buenos Aires cuenta con aproximadamente 12.000 profesionales matriculados, de los cuales unos 8.500 lo están de forma activa. De este modo, la entidad aglutina casi al 40% de los veterinarios que se desempeñan laboralmente hoy en Argentina.
Con estos números en mente, resulta evidente la trascendencia que cobran las palabras del actual presidente de esta institución, el Dr. Osvaldo Rinaldi, quien recibió a MOTIVAR en la sede ubicada en la localidad de La Plata para evaluar la actualidad de los profesionales y los principales desafíos que plantea el futuro.
“Desde la gestión de Mario Carpi, nuestro Colegio se ha propuesto una gestión horizontal, en la cual nuestras distintas comisiones han crecido no solo en número, sino fundamentalmente en trascendencia”, nos comentó el Dr. Rinaldi.
MOTIVAR: ¿Cuáles son los principales cambios que perciben en el perfil de los médicos veterinarios matriculados en la provincia?
Osvaldo Rinaldi: Hace 10 o 15 años, cuando uno hablaba de la participación de los colegas en el segmento de los pequeños animales solía vincular esta actividad con los grandes centros urbanos. Mientras que hoy, en cada pueblo existe al menos un veterinario especializado en la salud de perros y gatos, por ejemplo. Al mismo tiempo y si bien generó una fuerte crisis en el rubro, el desplazamiento de la ganadería hacia otras regiones también propició nuevas oportunidades para aquellos colegas que se siguieron capacitando, por ejemplo en las técnicas de IATF. No todos se adaptaron al cambio de paradigma planteado por una herramienta que se usa masivamente en la provincia.
Otro dato interesante -que surge de los dos anteriores- es que ha quedado bien definido (entre colegas y para la sociedad en su conjunto) lo que es el veterinario de pequeños y el de grandes animales.
Este no es un tema menor.
Luego, sin dudas que entra en juego un tema que ha sido considerado estratégico por nuestro Colegio: el rol indelegable del veterinario como agente de Salud Pública.
Tal es así que hace ya cuatro años que estamos trabajando con un equipo periodístico para insistir en este tema, concientizando a la sociedad e incentivando a los colegas para que se posicionen en este aspecto.
Desde hace un tiempo, inclusive la OIE habla de una sola Salud.
Si bien este es un concepto nuevo, cuyos resultados no veremos en el corto plazo, sabemos que en el futuro no habrá una para perros, otra para bovinos y otra para las personas; serán todas ramas de una misma medicina.
¿Qué otras líneas de trabajo están llevando adelante?
Por ejemplo, estamos enfocados en la generación de un Manual de Denuncia Obligatoria para Enfermedades Zoonóticas, vinculado -en un primer momento- con los profesionales que trabajen en pequeños animales.
Entendemos que existe un vacío en cuanto a cómo los veterinarios debemos actuar ante, por ejemplo, ante un caso de leptospirosis detectado en nuestros consultorios. Entendiendo la importancia de este tema es que hace ya un tiempo empezamos a trabajar en el marco de la Comisión de Salud del Colegio junto con Zoonosis Urbana, la COINSO y los ministerios bonaerenses de Agroindustria y Salud.
Apuntamos a involucrar al veterinario privado en el sistema de Salud, claro que con mayores responsabilidades.
Por otro lado, hemos normalizado -vía resoluciones del Colegio- los aspectos ligados a las poblaciones caninas callejeras y su interacción con las protectoras.
En ese marco, ha quedado claramente definido, por ejemplo, qué es un Centro de Zoonosis; cuáles son las tareas que puede realizar y cuáles no. Estos ámbitos no pueden ser un hospital veterinario; y si quieren serlo, deberán cumplir con la normativa vigente en la provincia, contando –entre otras cosas- con un veterinario a cargo de su dirección, distinto al del Centro de Zoonosis.
También avanzamos en materia de castraciones masivas: exigiendo que quede claro quiénes son los responsables de las mismas y solicitando a las protectoras que se involucren en el tema ser reconocidas como una entidad con responsable legal. En todos los casos deberá existir un convenio firmado con el Municipio.
De este modo estamos avanzando en un reclamo de los colegas.
¿Qué otro tipo de reclamos reciben?
Nos preocupa la comercialización de zooterápicos por fuera del canal veterinario. Si bien es cierto que la situación hoy es mejor a la de años anteriores, seguimos teniendo mucho camino por recorrer, fundamentalmente tranqueras adentro de los establecimientos ganaderos, donde la transferencia de zooterápicos al productor es evidente.
Este es un tema trascendental, que seguimos con especial atención desde la Coordinadora Federal de Colegios y Consejos Veterinarios (Buenos Aires, Córdoba, Mendoza y Santiago del Estero), abordando la problemática desde la realización del Primer Taller de Comercialización de Zooterápicos que generamos en el año 2013.
¿Cómo? Estamos buscado salirnos del reclamo sectorial, focalizándonos sobre el riesgo que implica que un productor de alimentos (como lo es el ganadero) no cuente con asesoramiento veterinario en un tema tan sensible como éste. De allí surge también la necesidad de involucrar a laboratorios y distribuidoras como responsables de ofrecer zooterápicos para que los aplique directamente el productor.
Si queremos un alimento seguro, trazado y sin residuos medicamentosos, deberemos incluir al veterinario tanto en la producción misma, como en la comercialización de los zooterápicos que se aplican sobre los animales.
¿Y entre los profesionales dedicados a los animales de compañía?
Una de las problemáticas está dada por la relación laboral. Establecerla entre colegas es un tema complejo. De hecho, la única manera de que el contratante evite conflictos laborales es que el veterinario esté en relación de dependencia con el dueño de la veterinaria. Esto sin dudas que se contrapone con el concepto de libre ejercicio profesional, pero es la realidad del mercado en el cual nos movemos, no solo en Argentina sino en el resto de los países del mundo. Esta es la tendencia.
Es complejo porque al estar contratados laboralmente en relación de dependencia pasamos automáticamente a ser empleados de comercio. Hay otras profesiones también con este problema, cuya solución está ligada estrictamente a la generación de un nuevo marco legal.
¿Cómo percibe hoy la inserción laboral de los veterinarios jóvenes?
Todas las épocas fueron difíciles para empezar. A los colegas que recién se inician les cuesta, independientemente de que también se perciben cambios en este sentido. Por ejemplo, hace 25 o 30 años, aquellos que nos recibíamos abríamos una veterinaria y eso hoy no ocurre con tanta frecuencia.
Son varias las razones que se conjugan para que esto ocurra, pero sin dudas que no podemos perder de vista que en el pasado esto era económicamente más sencillo, ya que no necesitábamos, por ejemplo, el equipamiento que hoy la profesión exige. Más allá de esto, sí vemos que se abren Centros de Atención Veterinaria con la participación de varios profesionales, apostando por servicios integrales.
Por último y más allá de los cambios en las tendencias y las generaciones, como veterinarios deberemos reconocer siempre la importancia de seguir a cargo de la farmacia veterinaria. Su atención es otra de nuestras incumbencias, ni más, ni menos importante, que las orientadas más hacia nuestro perfil técnico.