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SUSCRIBITE «Ahora llegó el momento de recorrer el mismo camino que los polleros”.
La frase no tiene ni un gramo de humor, fue destacada en varias oportunidades a lo largo de la jornada Todo Cerdos llevada adelante en Pozo del Molle, Córdoba, e intenta graficar el futuro que recorrerá la producción porcina en Argentina.
En ese contexto, MOTIVAR asistió a una serie de disertaciones en las cuales por ejemplo, los representantes de la Cámara de Productores Porcinos de Córdoba (CAPPCOR), Marcos Torre y Alfonso Aguilera, compartieron opiniones con el presidente de la Cooperativa de Porcicultores del Centro de la República, Dr. Fernando Garófalo, respecto del duro golpe que significaron determinadas medidas tomadas por el Gobierno nacional en materia de tipo de cambio, retenciones al maíz y liberación de importaciones.
Por su parte, los técnicos Fernando Cané, Jorge Labala, Guillermo Lloveras y Claudio Kvolek se sumaron al referente del INTA Marcos Juárez, Jorge Brunori, aportando ideas y propuestas para sortear la coyuntura y volver a pensar en el mediano y largo plazo.
“El negocio del cerdo sigue igual en nuestro país, lo que cambiaron fueron algunas de sus variables”, sentenció Brunori ante un salón colmado de productores en el cierre de la jornada organizada por Todo Agro.
Y alentó: “El consumo de carne fresca seguirá creciendo y nos permitirá aspirar a los 20 kilos per cápita en 2020”.
Más allá de esto, fue Marcos Torre quien explicó que “cuando comenzábamos a conformar nuestra cámara, los productores seguíamos en una zona de confort, pero ya percibiendo algunos problemas a futuro, situación que se hizo realidad a partir del 10 de diciembre de 2015”. Frente a esta descripción, Alfonso Aguilera agregó: “Esas situaciones tienen que ver con un incremento en el precio del maíz, el cual pasó de $700 a $2.400 en seis meses, más allá de que se alejó de los $3.000 que tocó en mayo y las expectativas auguran futuras bajas en el corto plazo debido al aumento en la intención de siembra de este cereal a partir de la próxima campaña”. Según el productor cordobés, esta potencial caída en el valor de uno de los principales insumos de la actividad “permitirá ir recuperando el poder de compra relativo de la carne de cerdo”.
Por su parte y trazando un paralelismo con la crisis que vivió el sector en los ´90, Brunori afirmó: “Son situaciones que no se pueden comparar. Para empezar, en aquellos años el consumo era ínfimo y los niveles de importación fueron sostenidos en torno a las 60.000 toneladas anuales durante casi toda la década”. Y profundizó: “En cambio y a pesar de la quita en las retenciones al maíz y un incremento en las importaciones, vemos que la realidad de estos meses es un hecho coyuntural que, a mediano plazo, traerá beneficios; sin olvidar que el consumo per cápita hoy es casi tres veces al que tenía el país hace 20 años”.
Interesantes fueron estos comentarios, tanto como el pronóstico compartido con los asistentes por parte de Aguilera: “En la última década, el consumidor argentino adoptó la carne de cerdo como parte de su dieta y somos optimistas en cuanto al futuro de esta situación. Además, seguramente podremos ir ganando terreno en materia de precios finales, a pesar de la coyuntura”.
Sin dudas, en la eficiencia que puedan demostrar las explotaciones está la clave para seguir dentro del negocio. Según estimaciones reveladas por el especialista del INTA Marcos Juárez, el costo anual por madre ronda los $12.000 y debe generar al menos 1.500 kilos de producción; es decir, unos $26.000 de facturación anual para ser
El consumo global de carne de cerdo ronda las 110 millones de toneladas anuales; algo así como 16 kilos per cápita por año, siendo la más consumida del mundo. Sin embargo, solo cerca de 7 millones de toneladas se transan en el comercio internacional.
“La Argentina tiene un peso insignificante en materia exportadora, con poco más de 8.000 toneladas el último año. Es decir, el 0,12% mundial. Mientras tanto, por ejemplo Chile, es el cuarto exportador global sin tener nuestras ventajas competitivas y alimentando a sus cerdos -en gran parte- con nuestros granos”, sostuvo Jorge Brunori, del INTA Marcos Juárez. Y culminó: “En la última década faltó desarrollar la exportación, aspecto que sin dudas deberemos potenciar de aquí en adelante”.
viable. Sin embargo, el costo por kilo vivo de cerdo se encuentra hoy por encima de los $21, cuando los productores no reciben más de $17,50. “Entre las medidas paliativas para sobrellevar esta realidad podemos mencionar la revisión periódica de los comederos (para no desperdiciar alimentos); el mayor esfuerzo en mantener la sanidad de las madres (para que cumplan con los períodos reproductivos) y un mayor hincapié en la mejora genética permanente”, expresaron los especialistas durante la jornada, a fin de elevar la producción por madre y así afrontar la variación manifiesta en los costos.
Sin desconocer la realidad que viven los pequeños productores de cerdo en distintas regiones de nuestro país, las cifras compartidas a lo largo de Todo Cerdos se mostraron alentadoras para el futuro de una actividad que faena cerca de 6 millones de cabezas al año.
“Se calcula que para el 2025, el consumo local de carne de cerdo rondará las 800.000 toneladas. Por ende, el consumo de maíz forrajero para alimentar a los animales se elevará hasta las 2,5 millones de toneladas”, sostuvo Brunori. Y concluyó: “Lo único que resta definir es quién se queda y quién se va del negocio después de esta crisis”.