El debate se da tanto en la Argentina como en el mundo y se centra en cuál debe ser el rol de los zoológicos en la actualidad. El Colegio de Veterinarios de la Provincia de Buenos Aires propone algunas líneas para reflexionar sobre esta problemática.
16 de marzo de 2016 - 10:43
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Un Jardín Zoológico es, según su definición, un parque público en el que se exhiben animales cautivos, principalmente para recreación y educación. Quizás esta definición no es suficiente para caracterizar a un zoológico hoy en día y lo que está claro es que es imprescindible repensar su función en la sociedad actual y rediseñarlos. Se percibe una tendencia general que, tal y como están, no deben seguir creciendo. En muchos casos, además de existir el mero exhibicionismo de los animales, la precariedad, la infraestructura y la higiene van en contra del bienestar animal, la sanidad y las normas de seguridad. Pero pensar en un nuevo paradigma de transformación del Zoológico, no debe tomarse a la ligera y basarse solo en deseos o ideales sin solidez técnica profesional.
El zoológico en el tiempo y sus fundamentos
Los zoológicos fueron cambiando conceptualmente con el tiempo, variaron sus instalaciones, incluyendo la organización de los predios, su arquitectura, la señalización, entre otras cuestiones. Se consideraban como un sitio de entretenimiento, argumento que fue evolucionando hasta llegar al actual, según el cual algunos zoológicos constituyen verdaderos centros recreativos, educativos y científicos. Sin embrago, es posible decir que la función recreativa, la educativa (que dio origen a la institución en la modernidad y que está íntimamente vinculada a la recreación) y la vinculada a la investigación científica, no pueden sustentarse y gestionarse en la actualidad como en su origen.
El propósito educativo es fundamental en el rediseño de estas instituciones, pero es factible preguntarse ¿qué es lo que se quiere enseñar acerca de los animales? ¿Su fisiología? ¿Su comportamiento? ¿Su reinserción en los nuevos ecosistemas? En vista a los avances tecnológicos y las condiciones en las que se encuentran varios zoológicos, hoy tenemos a disposición muchas herramientas para conocer infinidad de especies, sus hábitats, sus formas de organización, etc. En lo referido al argumento de la investigación científica, los que se dedican y realizan estos trabajos son pocos y menos aún son los que tienen científicos dedicados por completo a la investigación.
El único argumento que mantiene solidez es el de preservación de especies en peligro de extinción que en determinados casos, como el de los grandes mamíferos o las Aves, los programas de conservación en el medio natural no logran tener éxito. La existencia de zoológicos ha permitido imaginar estrategias variadas para salvar especies en riesgo de extinción para luego reintroducidas en sus hábitats naturales. Lamentablemente, en algunas instituciones reina la desidia, la falta de recursos y el maltrato animal.
La propuesta de los Ecoparques
Existe un proyecto de ley que propone la transformación del Zoológico de Mendoza en un Ecoparque, frente a un “cambio de paradigma en el modo en que los seres humanos se relacionan con los animales y el zoológico”. El proyecto propone “modificar el espíritu del predio llevando a cabo una transición gradual del modelo actual, basado en la exhibición animal con el sólo fin de recreación, hacia el de un activo rol en la protección de la diversidad biológica autóctona. Esto implica el desarrollo de actividades de rehabilitación, reintroducción, conservación de fauna y flora silvestre y generación de planes de investigación y materiales educativos acordes.”
Por definición, Ecoparque es lo que se considera un Punto Limpio, es decir, un lugar donde la chatarra y la basura que se produce en un domicilio y no puede depositarse en los sitios habituales, es llevada a contenedores habilitados para tal fin y, tras un proceso de tratamiento, sus componentes, son reutilizados como materia prima en la fabricación de nuevos productos. Pero más allá de definiciones, la iniciativa de transformar los zoológicos en Ecoparques ha resonado fuerte en los últimos años y si bien se parte de la certeza de que debe hallarse una nueva perspectiva, las propuestas deben estar a la altura de un nuevo paradigma, contemplando las medidas necesarias, no solo en términos de rediseño del espacio, la organización, la concepción de los animales, la naturaleza, los ecosistemas, la educación y la conservación, sino también en temas específicos y centrales para la implementación de cualquier proyecto de estas características en su diagnóstico, planificación y gestión: tiempos de ejecución, financiación, factibilidad, capacitación y de trabajo interdisciplinar que evalúe todas las variables para realizar un verdadero cambio.
Estos proyectos surgen de buenas intenciones, debemos considerarlos, pero se debe buscar con claridad el fin preciso del mismo y el de sus propósitos, de lo contrario las medidas propuestas carecen de objetivos específicos con los que trabajar. Mediante un criterio profesional, tal como se encuentra presentado actualmente, no puede percibirse cuál es el fin concreto, el propósito que se espera alcanzar, los resultados previos durante su ejecución y las actividades necesarias para ir logrando estos objetivos. Un proyecto de transformación de un zoológico debiera tener asentados sus cimientos en una sólida base de conocimiento científico‐técnico, de claridad en el marco legal e institucional para implementarlo, de relación con otras organizaciones, de participación firme del Estado y personal profesional capacitado. Se debe encontrar un equilibrio, ir por el desarrollo sustentable y sostenible en el tiempo.
El Estado debe tener una fuerte participación en el rediseño de los Zoológicos, estableciendo estrategias que impliquen repensar la concepción que se tiene de ellos, de las necesidades actuales en términos sociales y educativos, de preservación de ecosistemas, del bienestar animal y de la salud animal preservando siempre la salud pública. Pero para ello debe contar con un proyecto consensuado socialmente, profesionales capacitados, participación interdisciplinaria y la cooperación de todos los sectores: el privado, las organizaciones ambientalistas y proteccionistas. En el mundo actual, además de hacer, hay que pensar y evaluar muy bien los cambios a implementar, preservando la vida animal y del hombre en esta, nuestra casa.
El Colegio de Veterinarios de la Provincia de Buenos Aires es consciente de esta problemática y colegas de la especialidad están estudiando el tema para realizar el aporte desde la profesión.