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SUSCRIBITE El sistema inmunitario de las aves tiene una serie de características particulares. A diferencia del de los mamíferos, la presencia de un órgano como la Bolsa de Fabricio está comprometido principalmente con la inmunidad humoral; es decir, en la producción de anticuerpos por parte de las células B.
Otro órgano, como lo es el timo, favorece el desarrollo de la inmunidad celular mediada a través de los distintos grupos de células T. Dichos órganos están separados, se atrofian en las aves adultas y son el blanco de diferentes virus.
Este agente fue descripto por primera vez en Japón en 1979 cuando se investigaba un accidente ocurrido en el campo donde se encontraban implicados otros dos virus inmunosupresores de las aves: el de reticuloendoteliosis y una vacuna de enfermedad de Marek contaminada.
El AIPV crece en ciertas líneas celulares linfoblásticas de ave e in vivo; su replicación ocurre primariamente en los hemocitoblastos de la médula ósea y también en las células T precursoras de la corteza del timo.
La enfermedad que produce se conoce -además- como ala azul, síndrome hemorrágico, síndrome de la anemia y dermatitis. Se caracteriza por anemia aplasia, depleción linfoidea en todos los tejidos linfo y hemopoyéticos, hemorragias subcutáneas e intramusculares y un incremento en la mortalidad.
Vale decir que la inmunosupresión inducida por el AIPV puede resultar en depresión de la inmunidad vacunal. Por ello se la considera, entre otras cosas, como una de las principales causas de los inexplicables brotes de enfermedad de Marek a campo de aves vacunadas.
Al ser una enfermedad inmunosupresora, consecuentemente, la AIP se complica con infecciones secundarias producidas por hongos, bacterias u otros virus como por ejemplo el de la hepatitis vírica a cuerpos de inclusión, dermatitis gangrenosa o aspergilosis.
La AIP cumple un papel importante en la etiología de las enfermedades multifactoriales que están asociadas con la anemia aplasia, síndrome hemorrágico, dermatitis gangrenosa, y signos aparentes de inmunosupresión.
La mortalidad en lotes de parrilleros afectados oscila entre 10 y 20%, pero puede ser de hasta 60%. ¿Otro dato? Las aves afectadas se encuentran decaídas, sufren retardo en el crecimiento, reducción temporal de la ganancia de peso, anorexia, inmunosupresión y anemia. La atrofia del timo se observa en forma consistente pero la atrofia de la médula ósea es la lesión más característica.
El pollo es el único hospedador natural y experimental de este virus siendo susceptible en todas las edades. La trasmisión vertical es la más importante y puede ocurrir entre las 3 a 6 semanas.
Cuando los planteles reproductores han seroconvertido, la progenie está protegida y la trasmisión a través del huevo aparentemente no se produce.
Las estrategias de vacunación se basan en prevención de trasmisión vertical inmunizando los reproductores entre las 13 y 15 semanas, reduciendo la incidencia de anemia.
* La autora es profesora de la Escuela Superior de Ciencias de la Salud de la UNCPBA e integrante de la Comisión de Investigaciones Científicas.