Ahora bien, a medida que nos alejamos de esta región productiva, es común ver incrementar el porcentaje de toros en los rodeos, alcanzándose cifras que a veces supera el 8 o 10% en zonas marginales, de extensos potreros (monte o sierra).
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SUSCRIBITEAhora bien, a medida que nos alejamos de esta región productiva, es común ver incrementar el porcentaje de toros en los rodeos, alcanzándose cifras que a veces supera el 8 o 10% en zonas marginales, de extensos potreros (monte o sierra).
Desde 1985 en nuestro país se implementa la Prueba de Capacidad de Servicio (CS) en los toros, lográndose reducir el porcentaje de los mismos en SN. El tiempo transcurrido y las cifras recogidas muestran una técnica que permite dilucidar -con un 90% de exactitud- si ese toro seleccionado fenotípica y genotípicamente, está capacitado para cubrir con eficiencia 50, 60 u 80 vacas en servicio natural campo.
La práctica no molesta interrumpiendo en el servicio a los otros machos activos.
Que quede claro: la evaluación de un toro en su CS no debe ser la que prime en la elección del mismo, habiendo éste superado el Examen de Fertilidad.
El conocimiento y la utilización de la CS constituyen una herramienta esencial en el sistema de cría y en la producción de toros.
Es una prueba funcional que permite asegurar que todas las cualidades que vemos en ese toro podrán ser transmitidas a gran cantidad de hijos: un toro de muy alta CS podrá llegar a cubrir con eficiencia hasta 80 vacas (1,2%).
Utilizando toros de alta y muy alta CS, trabajamos con el 2% de reproductores.
En una recopilación propia y de otros colegas sobre 148.300 vacas evaluadas, con servicios estacionados (entre 60 y 100 días) y porcentajes de toros que oscilaron entre el 1,7 y 2,4% en 51 establecimientos de siete provincias argentinas, el resultado final de preñez fue del 94%.
Los más de 3.000 toros que participaron de la evaluación eran aptos físicamente, sanitariamente controlados y de alta CS. En ningún caso se analizó el semen. No obstante, el Dr. Albert Barth (canadiense) considera necesario incluir en la evaluación de los reproductores un análisis de semen. Según su teoría, entre un 15 a 20% de los que superan los exámenes mencionados, tienen una calidad seminal no satisfactoria (bajo esta denominación incluye reproductores estériles, infértiles y subfértiles).
Este criterio es compartido por Coulter, quién sostiene que estos toros deprimirían la fertilidad del rodeo. En cambio, Mike Blockey (veterinario australiano) considera que, si la circunferencia escrotal y el tono testicular no son limitantes, el porcentaje de toros que podrían afectar la fertilidad del rodeo no debería superar el 2%. En campos con montes, quebrados, o con potreros grandes (2.000 a 4.000 has.) con toros de alta CS no sería necesario utilizar más del 4%, según datos de un establecimiento ubicado en Mayor Buratovich, Villarino, Buenos Aires. A su vez, en un rodeo en San Rafael, Mendoza, en un potrero de 7.000 has. se realizó un ensayo con 300 vacas y 9 toros (3%) de alta CS con una preñez del 90%. En esa zona es común utilizar entre el 6 y 14% de toros.
Desde 1985, me he dedicado a difundir esta tecnología intermedia entre colegas, estudiantes y productores, destacando la necesidad de «usar menos toros y de mejor calidad». Aquí, una experiencia de las tantas realizadas en estos 30 años.
En el Establecimiento «El Rastrojo» de la familia Arieu, ubicado entre Azul y Tandil, se desarrolló un servicio estacionado durante 75 días, del 20 de octubre de 2003 al 5 de enero de 2004. Se entoraron 92 vaquillonas Angus de 15 meses de edad, que pesaron en el momento de comenzar el servicio 260/270 kilos promedio, fueron seleccionadas por tipo y desarrollo de un lote de 300. Esta selección se realizó visualmente: no hubo un tacto previo para determinar ciclicidad, ni área pélvica.
Estas 92 vaquillonas se entoraron con un toro Angus negro de 3 años, con una CE de 36 cm. y de alta CS, negativo a enfermedades venéreas y brucelosis; apto clínicamente y con buena condición corporal. No se le analizó el semen previo al servicio.
El porcentaje de toros en este rodeo era del 1,08%. El recorredor observaba el rodeo una vez a la mañana y una vez a la tarde, casi todos los días. El 27 de febrero de 2004 se realizó el tacto rectal para diagnóstico de preñez y el resultado fue que 87 vaquillonas fueron preñadas y 5 vaquillonas vacías: un excelente 94,56 % de preñez.
Un criador «eficiente» hubiera utilizado el 3% de toros; uno «promedio», el 4% y uno «conservador» (los hay), el 5%.
Un simple análisis demuestra que, disminuyendo el porcentaje de toros, por ejemplo del 3 al 2% (es decir, un 33%), lo que dejamos de invertir en toros nos permite abonar los honorarios de un veterinario (sin costos de laboratorio y movilidad); del tacto rectal y sangrado de todas las vacas; de la revisación completa con doble raspaje y la prueba de CS de todos los animales durante cinco años. Nada mal, ¿no?