El consultor Roberto Magnasco desarrolló esta temática en el marco de las séptimas Jornadas Taurus, compartiendo su visión ante una importante concurrencia de asesores veterinarios.
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SUSCRIBITEEl consultor Roberto Magnasco desarrolló esta temática en el marco de las séptimas Jornadas Taurus, compartiendo su visión ante una importante concurrencia de asesores veterinarios.
En las últimas Jornadas Taurus de Reproducción Bovina se llevaron adelante una serie de conferencias vinculadas a la temática propuesta por los organizadores. Allí, se destacó la participación de expositores entre los cuales se encontraron Gabriel Bo, Rodolfo Luzbel de la Sota, Julio Burges, Carlos Acuña, Raúl Sara, Giovanni Gnemmi y Roberto García Bouissou, cuyas disertaciones se encuentran ya disponibles en la sección «Charlas» de hablandodelonuestro.com.ar, portal Web que transmitió en vivo -por Internet- todo lo ocurrido en el evento concretado en la Ciudad Autónoma de Buenos Aires.
Más allá de esto, interesante fue la participación del médico veterinario, consultor y productor Roberto Magnasco, quien abordó la temática ligada al «impacto de las decisiones empresariales sobre la eficiencia reproductiva del tambo».
«Nada pone más feliz a un productor lechero que ver a sus vacas dar buena cantidad de leche y quedar preñadas: si sabemos manejar estas variables tenemos mucho para ganar», sostuvo uno de los propietarios del Estudio Magnasco, radicado en Canals, Córdoba, frente a los veterinarios asistentes.
Bajo esa premisa, se avanzó en una serie de conceptos que si bien están disponibles en hablandodelonuestro.com.ar, resumiremos en las próximas líneas.
En base a las palabras de Magnasco, una de las claves del trabajo de los veterinarios en los tambos tiene que ver con poder estabilizar la eficiencia reproductiva del rodeo. «Los serruchos en las curvas de estos indicadores son un mal síntoma que agota al personal del tambo y predispone de un modo negativo a los productores. La buena eficiencia reproductiva debe tener continuidad en el tiempo», explicó. Más allá de esto y destacando que «la vaca que se preñó tiene implícito un certificado de no rechazo al menos por un año», el disertante también se refirió a una serie de tendencias por medio de las cuales se sostiene que no sería importante el tiempo que se demore en preñar un vientres, mientras que el animal produzca leche. «Este es un error gravísimo en el cual no debemos incurrir; asegurarnos lo antes posible la preñez de las vacas, ayuda a su permanencia en el rodeo productivo», comentó.
Magnasco compartió con los asistentes un estudio realizado hace algún tiempo en Australia por medio del cual se demostraba que la falta de atención en detalles menores fue lo que muchas veces llevaba a no poder aumentar tasas de concepción y demorar la preñez de las vacas mediante prácticas reproductivas.
También en el marco de las séptimas Jornadas Taurus, tuvo lugar un simposio organizado por Syntex sobre «Evaluación, aportes y desafíos de la IATF en la ganadería regional».
Durante el mismo se concretaron las disertaciones de Ignacio Videla Dorna y Lucas Cutaia en representación de la firma organizadora, a quienes se sumaron Pietro Baruselli (1) y Eduardo Blasina, quienes disertaron en relación a: «¿Cuáles fueron los aportes más significativos de esta técnica en los últimos años?» y «La ganadería uruguaya: sus logros, tendencias y actuales desafíos», respectivamente.
Los interesados en escuchar los audios completos de estas disertaciones, podrán hacerlo ingresando el apellido de los expositores en el Buscador disponible en hablandodelonuestro.com.ar.
«El productor tiene que saber que hay conocimiento y tecnología suficiente para lograr una eficiencia reproductiva sustentable. Debemos dejarle en claro cuáles son las variables concretas que afectan su producción y cuánto tiempo podría demorar en revertirlas si se genera un impacto negativo», explicó Magnasco.
Y agregó: «Los problemas reproductivos de hoy, rara vez nos perjudican mañana; lo hacen en el futuro y esto muchas veces conspira con la atención que los productores pueden prestarle al asesor».
En base a lo expuesto, el disertante avanzó en la necesidad de que los veterinarios manifiesten una actitud de analistas de sistemas productivos, más allá de la reproducción en sí misma.
«En principio, tenemos que sacarnos la imagen de palpadores», resaltó. Y avanzó: «Debemos tomarnos el tiempo necesario para conocer los pormenores de la explotación, dialogar con el personal, con los encargados e inseminadores para evaluar sus planillas y prestar atención a su visión sobre la producción».
Otro aspecto destacado en la exposición tuvo que ver con el modo en que los veterinarios suelen mostrarle a su cliente los resultados que se van obteniendo.
«La eficiencia reproductiva se debe medir con parámetros claros y concretos. Solemos tener tendencia a mostrar mucho índice que termina confundiendo al productor. Debemos saber quién va a recibir la información e intentar ofrecérsela del modo más claro posible: no todos saben de qué hablamos al referirnos a «concepción», «detección de celo», o «tasa de preñez».
Hay casos en los cuales con sólo fijar la cantidad de vacas que habría que preñar por mes, alcanza».
Culminando ya su presentación, el consultor privado destacó la importancia que tiene en el trabajo de los veterinarios comprender las implicancias que tienen la personalidad del productor, el modelo de tambo y la estructura laboral de la explotación, a fin de poder realizar aportes concretos que mejoren la rentabilidad de la empresa. «Es imprescindible saber si estamos frente a un cliente cuyos hijos o familia no continuarán en la actividad; o a uno que lleva adelante su trabajo como un estilo de vida, valorando más cuestiones emocionales que económicas».
Frente a ello, el expositor dejó en claro que la tendencia global y también local es hacia tambos de mayor dimensión y escala, con problemáticas distintas a las que se han venido trabajando hasta el momento.
«También es clave conocer si en los establecimientos perdura la figura del tambero asociado (con la limitante de que muchas veces no podemos cambiar inseminadores, convivimos con una alta rotación del personal y demás complicaciones que afectan los resultados reproductivos) o con personal asalariado que responder a la empresa», explicó al tiempo que sugirió que este último irá siendo el modelo que se consolidará en el tiempo.
Por último, Magnasco subrayó que «el éxito de los programas reproductivos dependerá muchas veces de trabajar junto a empresarios con actitud de largo plazo y asesores veterinarios que puedan transmitir ese mensaje para así poder actuar sin demoras cuando se detectan las fallas. De esa manera los ´serruchos´ en los resultados serán una excepción y los esquemas funcionarán correctamente».