Cronología de una lucha anunciada

El objetivo fue fijar fecha y lugar para realizar la correspondiente jornada de acreditación para los veterinarios de la actividad privada que quisiesen incorporarse como vacunadores y expendedores de vacuna antiaftosa, dentro del marco que establece la ya mencionada resolución.

Como consecuencia de lo propuesto por la autoridad sanitaria nacional, ya el 1 de febrero se lleva a cabo la primera acreditación en la ciudad de Paraná, mientras que -al día siguiente- se repite la misma jornada, pero esta vez en Villaguay.

Ya el 6 de ese mismo mes, se convoca a la primera reunión de Coprosa del año (es válido aclarar que las reuniones de la Comisión se retomaron el 20 de julio de 2011, luego de tres años y medio de «inactividad»), donde los representantes de las entidades ruralistas manifiestan que la aplicación de la Resolución Nº 368 en el Plan de Vacunación contra la Aftosa en Entre Ríos, traería aparejado una dificultad en la ejecución del mismo y que ya habían instruido a sus asesores letrados para que los mismos interpongan un recurso legal si la mencionada normativa se aplicase en la provincia.

Más adelante, el día 23, la Federación Veterinaria Argentina, a instancias del Colegio de Médicos Veterinarios de Entre Ríos, envía una nota al director nacional de Sanidad Animal, por aquel entonces el Dr. Jorge Dillon, para que arbitre las medidas conducentes a la aplicación de la Resolución Nº 368 en esta provincia.

Vale remarcar que Dillon participó del Primer Plenario de la FeVA, realizado en Jujuy durante el mes de marzo de 2012, manifestando personalmente que desde el Senasa harían lo posible para que en Entre Ríos se aplique la normativa.

La misma se realizó en Entre Ríos sin la participación de los médicos veterinarios recientemente acreditados por el Senasa, argumentándose que debido al inicio inminente de la primera campaña, no darían los tiempos para coordinar la incorporación de nuevos profesionales.

El Colegio aceptó estas manifestaciones, a pesar que si existía voluntad por parte de todos los sectores involucrados en el Plan, se podría haber llevado adelante la incorporación de los médicos veterinarios acreditados.

Ante la insistencia de numerosos colegas en cuanto al hecho de poder participar del Plan de Control y Erradicación de la Fiebre Aftosa, se organiza una nueva jornada de acreditación los días 14 de agosto en Paraná y el 15, en la ciudad de Villaguay.

Luego de esta segunda convocatoria, se logró acreditar a 180 colegas en la provincia que están habilitados para incorporarse al Plan como vacunadores y expendedores de vacuna antiaftosa, teniendo en cuenta el inicio de la próxima campaña de vacunación y respetando los tiempos establecidos por la resolución.

De esta manera, nuestro Colegio envía notas a la Fundación de Lucha contra la Fiebre Aftosa (Fucofa), a la Dirección de Ganadería de la provincia y a la Regional del Senasa en Entre Ríos, para que especifiquen cómo se realizará la incorporación de los veterinarios privados dentro del marco de la aplicación de la resolución, tanto para la aplicación del inmunógeno como también para la venta del mismo.

No hubo respuesta alguna a las notas enviadas oportunamente.

El día 5 de octubre de 2012 se realiza una nueva reunión de la Comisión, donde un representante de las entidades ruralistas y miembro del Directorio de Fucofa, manifiesta enfáticamente que «los veterinarios no están en condiciones de vacunar e incorporarse al Plan», planteando nuevamente la postura de «no innovar» en materia de la aplicación de la resolución del Senasa y propone una votación entre los presentes para que sea «la Coprosa» quien decida cómo seguiría adelante el Plan de vacunación en la provincia. Desde el Colegio, y sin salir aún del asombro, se manifiesta que no es correcto «someter a una votación a una disposición nacional», que las mismas deben acatarse tal cual se había hecho mientras estuvo vigente la Resolución Nº 624/2002 y que estaban dadas las condiciones para la incorporación de los profesionales al Plan.

Desde la Fucofa se sostiene que es inadmisible la posibilidad que los veterinarios vacunen a «sus clientes» y que se necesita de varias modificaciones a la resolución para que esto pueda producirse.

Además, aclaran que si el Plan actual es exitoso, no quieren que los veterinarios se incorporen al mismo, ya que cualquier cambio puede traer aparejado fracasos en el futuro. De hecho, cabe informar que la votación igualmente se realizó y que las entidades del campo, al tener votos individuales por cada una de ellas, ganaron la misma.

Es válido precisar que el Colegio de Médicos Veterinarios de Entre Ríos sostuvo en esa oportunidad que, desde el punto de vista legal, las resoluciones que se tomen dentro del seno de la Coprosa no tienen un carácter normativo y que éste es un espacio de aportes y sugerencias a las autoridades sanitarias provinciales y nacionales, donde se deben coordinar y aplicar las disposiciones que desde los organismos oficiales se emanen.

Parece que en Entre Ríos este concepto no funciona como tal y que en determinadas ocasiones la Coprosa puede tener atribuciones que no le corresponden.

Ya el día 15 de ese mismo mes, la FeVA recibe una nota del actual director de Sanidad Animal del Senasa, Dr. Rodolfo A. Bottini, quien contesta la solicitud que la Federación había hecho en el mes de febrero, afirmando que las normas referidas (Resolución Nº 368/11) resultan obligatorias para todos los sectores involucrados en la ejecución del Plan de Erradicación de Fiebre Aftosa, aunque también afirma, en su último párrafo que, «la parte que se considere afectada por la aplicación de las normas sanitarias, tendrá expedita la instancia judicial para hacer valer sus derechos».

Es obvio que los colegas que «pretenden incorporarse al Plan» lo que menos tienen es ganas de iniciar acciones legales contra el servicio sanitario nacional, sino que simplemente se pretende que, de acuerdo a los alcances de las legítimas incumbencias profesionales y de la propia formación profesional, puedan trabajar libremente.

El año 2012 concluye entonces con una última reunión de la Coprosa realizada el 7 de diciembre, donde se informa que ya se han vacunado a esa fecha el 90% del stock ganadero de la provincia, sin que se haya podido incorporar a la profesión privada en el Plan y con muchas cuestiones aún por resolver.

Nuestro Colegio ha mantenido, además, reuniones con el actual presidente del Senasa, Dr. Marcelo Miguez, durante el mes de noviembre y con el vicepresidente del mismo organismo, Dr. José M. Romero en concordancia con la Asamblea Anual de la FeVA, a quienes se les planteó formalmente la clara intención de esta institución para que se tomen las medidas necesarias y conducentes a la incorporación de los veterinarios privados al Plan. Es muy importante aclarar que la Fucofa ha contratado a muchos veterinarios en nuestra provincia y que este Colegio profesional no tiene ningún interés en que sus dignos trabajos se vean afectados por las acciones que la entidad lleve adelante. El reclamo es que se permita la incorporación de todos aquellos colegas que se encuentran acreditados por el Senasa para que cada uno de ellos pueda ejercer libremente la profesión, poder darle a la sanidad de nuestra provincia el valor agregado que pueden ofrecer nuestros profesionales y que no se limite esta posibilidad tal como ocurre actualmente.

No pretendemos de ninguna manera que la solicitud del Colegio signifique un enfrentamiento entre los colegas que están dentro de la Fundación y aquellos que no lo están; solamente procuramos que la posibilidad sea la misma para todos, y con la aparición de la Resolución Nº 368 nos pareció que esa oportunidad estaba muy cerca.

Nuestro mayor interés como Colegio Profesional es que todos los veterinarios puedan expresar su potencial y ofrecerle al productor, la provincia y la nación, aquellas herramientas necesarias que permitan alcanzar objetivos sanitarios más eficientes, eficaces y ambiciosos.

Estamos convencidos que la labor del profesional junto al productor, día a día, es la forma de obtener los resultados esperados para una mayor recompensa, no simplemente económica sino también moral, ética y fundamentalmente con visión de futuro.