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SUSCRIBITEPrograma de Agronegocios y Alimentos |
Lic. Facundo Neyra |
Para analizar un sistema agroalimentario es importante tener en cuenta el contexto en que el mismo se encuentra inmerso. Como primera aproximación y siendo ella la más general, se debe tener en cuenta un escenario global que presenta ciertas oportunidades y determinadas amenazas a ser resueltas por la multiplicidad de actores que intervienen en los diferentes sistemas agroalimentarios.
Por un lado, hoy existe un incremento sostenido en la demanda de alimentos a nivel global y fuertes restricciones en la oferta de los mismos, lo cual genera nuevos desafíos y oportunidades para la República Argentina.
Por otro lado, se vislumbran perturbaciones que hacen a los mercados cada vez más exigentes y competitivos.
De esta manera, las empresas quedan expuestas a la alta turbulencia en el mundo de los negocios tanto en el escenario global, como local.
Para entender la estructura y funcionamiento del sistema de ganados y carnes de la Argentina se introduce la conceptualización de Agronegocios, como una aproximación sistémica que delimita sistemas abiertos construidos verticalmente. Dicho sistema constituye un conjunto de relaciones entre esas unidades organizacionales, las cuales deberían también tener un propósito común y trabajar colectivamente en la búsqueda de competitividad.
En el contexto local del sistema de ganados y carnes se observa la imposibilidad de alinear el ambiente institucional a las estrategias de negocios.
Esta desalineación provoca altos costos de transacción dentro del sistema, imposibilitando crear ventajas competitivas genuinas y sustentables.
La competitividad es resultado de un fenómeno sistémico complejo cuyo protagonista principal son las empresas, pero que se hace posible o no en la medida que exista una verdadera red de actores tanto públicos, como privados que genere un entorno propicio para la construcción colectiva.
El sistema de ganados y carnes en la Argentina presenta varios puntos de conflicto que dificultan el desarrollo competitivo. Tal vez el más importante sea la falta de coordinación y articulación, a partir de la cual se genera una pobre interrelación entre los actores, afectando la eficacia y eficiencia en las transacciones del sistema.
No existe una compleja red de contratos que coordine y sostenga la cadena de ganados y carnes, y cuando existe algún tipo de compromiso, el nivel de cumplimiento es muy bajo.
También se destaca la falta de productividad tanto en la etapa productiva, industrial y comercial, falta de calidad en los procesos y en los productos (excepto casos particulares), falta de innovación y desarrollo de nuevos productos.
El desafío, para las organizaciones del sistema, apunta a lograr plantear alternativas de reingeniería, de innovación, de cambio de paradigma con el objeto de promover diseños más eficientes a partir de la construcción de ventajas competitivas sustentables.
Para la construcción de ventajas competitivas es necesario intervenir innovadoramente en los tres entornos: institucional, organizacional y tecnológico con el objeto de aumentar la productividad reduciendo los costos y diferenciar los productos a través de la mejora continua en la calidad de procesos y productos.
Los actores del sistema de ganados y carnes han demostrado una percepción diferente de la realidad; por lo tanto, no les fue posible delinear estrategias y acciones comunes.
En el desarrollo de la competitividad sistémica es clave la acción colectiva consensuada, situación no esperable cuando los distintos grupos de interés perciben la realidad y el abordaje de la misma de manera tan dispersa. De esta manera, el sistema no pudo resolver los cambios organizacionales y tecnológicos para fortalecerse en el mercado local y enfrentar el mercado global.
El gran desafío es mejorar la coordinación del sistema y sobre eso trabajar en la mejora de todos los procesos, de las tecnologías aplicadas al sistema en su conjunto; es decir, generar innovaciones apuntando a coordinar las transacciones, aumentar la productividad y reducir los costos.
En este sentido es clave la innovación organizacional, la cual constituye los cambios en la gestión de los procesos dentro de las organizaciones y entre las mismas que habilitan la incorporación de las innovaciones tecnológicas.
La innovación organizacional va más allá de cada organización y apunta a rediseñar y optimizar las relaciones y las transacciones en la red de actores.
La innovación organizacional aumenta la eficiencia de todo el sistema.
En síntesis, hacer más competitiva la cadena de valor focalizada en el cliente.
La clave para superar intereses opuestos es la propuesta de una nueva regla de juego: la cooperación y los compromisos creíbles. A partir de ambos conceptos se llevan adelante acciones cooperativas, «juegos suma positiva» -todos ganan- en vez de las viejas reglas de juego predatorias presentes en nuestra realidad de negocios; definiendo y coordinando la alianza estratégica entre el Estado, productores, industriales, comerciantes y consumidores.