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DIALOGAMOS CON UN GRUPO DE REFERENTES DEL SECTOR: COMPARTIERON SU VISIÓN A FUTURO

Distribuidoras: “2020 tiene que ser un año de crecimiento”

Las definiciones de la nueva política económica a nivel nacional serán determinantes para satisfacer los deseos del sector que une comercialmente a laboratorios y veterinarios. ¿Llegó el momento de volver a crecer en unidades?
Motivar | Facundo Sonatti
Por Facundo Sonatti 20 de febrero de 2020 - 10:00
Expectativas. La mayor rotación de productos a lo largo del año es uno de los grandes desafíos a abordar por la cadena comercial veterinaria.

El estimado de ingresos que anotó la industria argentina de laboratorios veterinarios en 2019 asciende a $15.000 millones, un número que apenas refleja la expansión inflacionaria del período. A esa cifra, los distribuidores le añaden otro porcentaje para hacerse cargo de la logística que permite unir los vínculos entre los laboratorios y el canal veterinario, para así llegar a los consumidores.
El último año no mostró grandes satisfacciones entre los actores de la cadena de distribución local.
Los testimonios vertidos por algunos referentes de empresas con alcance nacional que reunió MOTIVAR en esta nota realizada hacia fines de 2019, reflejan dónde se sintió más la crisis, cuáles fueron los segmentos que eludieron el mal trago y qué expectativas tienen de cara a este 2020.
“Normalmente iniciamos el año ilusionados con que sea el mejor de la historia, creemos que el optimismo es también un motor generador de positividad. La capacidad de adaptarnos; la confianza generada en nuestros clientes y proveedores, nos hace ser absolutamente realistas y nos permite soñar con un 2020 de crecimiento”, analiza Eduardo Irasola, referente de Veterinarias Integradas de Argentina o simplemente VIA, como se conoce en el mercado a la firma asentada en General Villegas, provincia de Buenos Aires. Misma ilusión comparte Martín Dilucca, gerente de la rosarina Drovet: “Soy optimista y considero que la sanidad animal tiene un potencial de desarrollo aún muy grande”.

“La estrategia de crecimiento estará ligada directamente a la eficiencia en todos los órdenes y aspectos de nuestras unidades comerciales”. Eduardo Irasola, VIA.

Sin embargo, Daniel Otamendi, presidente de la Cámara Argentina de Distribuidores de Productos Veterinarios y socio en la distribuidora Krönen, modera las expectativas y adelanta que no será un año sencillo.
“Los presupuestos seguirán siendo conservadores y tendremos que estar muy cerca de los clientes veterinarios, trabajando sobre sus necesidades, sin olvidar la importancia de seguir capacitando a nuestro personal para lograr que sea un año próspero”, señala ante la consulta de MOTIVAR por las expectativas puestas en 2020.
Pero más allá de los pronósticos para el año en curso, la bisagra que separa un ejercicio del siguiente abre la posibilidad de hacer un balance y analizar qué pasó en los distintos segmentos de la industria veterinaria en los últimos 12 meses.

¿Un lustro para el olvido?

“En 2019 se vendió mucho en Pesos, pero en unidades se redujo entre un 10 y 20% la comercialización de productos”, dispara Mario Caminos, también en diálogo con MOTIVAR, desde sus oficinas en Villa Ballester (GBA).
En un radio de 200 kilómetros a la redonda se encuentra el campo de juego de Caminos Distribuciones, compañía que apeló a eficientizar costos y captar nuevas bocas de expendio como estrategias para sobrellevar el año 2019.

“El mercado de zooterápicos para mascotas está en expansión, frente a una cultura de consumo que se encuentra en crecimiento”. Roberto Dughetti, Panacea.

“La mayor caída la sentimos en el segmento de ganadería de leche debido a que se siguieron cerrando muchos tambos, sobre todo chicos. En equinos el costo de mantenimiento creció y se resintió el consumo, mientras que en el caso de pequeños animales notamos que los consumidores optaron por segundas líneas”, detalla Caminos, presente en el sector desde 1989.
Para Roberto Dughetti, referente comercial en Panacea, durante las crisis como las que atravesamos, el impacto mayor se percibe en los productos de venta al público y de alta rotación. En ese marco, las categorías de antiparasitarios externos e internos para los animales de compañía, tal vez, hayan sido las más afectados.
La crisis también se ve reflejada en la tasa de vacunación y también allí los productos de alto valor pudieron haberse visto afectados.
Sin embargo, Roberto Dughetti resalta la otra cara de la moneda.
“Aunque con crecimientos moderados, las nuevas categorías de productos que se instalan en el mercado mostraron una evolución ascendente. Tal es el caso, por ejemplo, de algunos nutracéuticos. Nuevas soluciones, con aportes distintivos: la novedad y/o la satisfacción de una necesidad hasta ahora no contemplada, son los motivos más evidentes”.
En el caso de Drovet, Dilucca asegura que, al menos hasta octubre pasado, la empresa lograba crecer en unidades y por encima de la inflación.

“Se seguirán sumando nuevos negocios y veterinarias, incluso en las mismas localidades donde ya operamos. Nuestro servicio está al pie del cañón para abastecer a esos nuevos actores”. Mario Caminos, Caminos Distribuciones.

En este caso, el rubro de mayor aumento fue el ligado al sector porcino, seguido por bovinos, y se notó un estancamiento en los productos de primeras marcas para animales de compañía (salvo algunas excepciones), donde ganaron terreno marcas más económicas, similar a lo ocurrido en el país en consumo masivo.
A su vez, nuestro entrevistado señala lo siguiente: “Tuvimos un fuerte crecimiento en packs reproductivos (IATF) en bovinos. Los precios de referencia para los productores y el aumento en la exportación de carne explican parte de esta performance”.
Este mismo escenario fue compartido desde la distribuidora VIA.
“Reproducción bovina volvió a tener un repunte importante: los productos ligados a la técnica de IATF volvieron a manifestarse con un muy buen desempeño”, asegura Irasola.
A su turno, Otamendi analiza el desarrollo del sector a partir del rol del médico veterinario.
“Aquella veterinaria o pet shop que trabajó durante todo el año y se ocupó de su imagen y del servicio, que está presente con el dueño de la mascota, lo llama y está al frente de la veterinaria reinventándose, sigue trabajando. Mientras que los más pequeños son los que se resintieron con la crisis de consumo”, explica. Y agrega: “Alimento balanceado fue uno de los ítems que recorrió el camino inverso a la crisis, tras la caída de los Súper Premium, se generó el aumento de los Premium. En ese sentido, crecimos con respecto a otros años. Las empresas nacionales ahí también han podido desenvolverse de mejor manera, por tener otra cintura a la hora de negociar con respecto a las multinacionales”.

Lo que viene

En el plano de las hipótesis, 2020 presenta expectativas ambivalentes sobre el derrotero que tendrá la economía argentina. Sin embargo, los distribuidores del sector veterinario parecen inclinarse por el optimismo y afilan las estrategias para volver a crecer durante este ejercicio.

“Los distribuidores tenemos una gran oportunidad de trabajar más colaborativamente, potenciando el mercado y cuidando juntos el negocio”. Martín Dilucca, Drovet.

Irasola no deja lugar a la duda: “La estrategia de crecimiento estará ligada directamente a la eficiencia en todos los órdenes y aspectos de nuestra unidad de negocio. Queremos ser mejores puertas adentro y que nuestros clientes lo perciban a diario. Seguiremos con la mirada puesta solo en el canal veterinario, queremos brindar un servicio cada día más eficiente, queremos seguir distribuyendo confianza. Nos ilusiona que nos elijan porque tenemos trayectoria y porque somos la mejor opción. Para eso debemos esforzarnos y mejorar todos los procesos”.
En el caso de Panacea, Dughetti asegura que se desempeñan en el mercado de zooterápicos para mascotas, un sector en expansión y cuya cultura de consumo se encuentra en crecimiento.
“Desde luego que las coyunturas favorables o desfavorables influyen en los resultados esperados. Sin embargo, aun en situaciones de bonanza económica o de retroceso y, aunque las mismas acompañen los vaivenes de la economía, tales cambios en nuestro mercado suelen ser menos ostensibles que en otros sectores”, analiza uno de los líderes del segmento.
“Entendemos que se seguirán sumando nuevos negocios. Es decir, veterinarias, incluso en las mismas localidades donde ya operamos y nuestro servicio está al pie del cañón para abastecer esos nuevos actores”, agrega Caminos.

“Los presupuestos seguirán siendo conservadores”. Daniel Otamendi, Krönen.

A su turno, Otamendi adelanta que trabajarán más sobre telemarketing y la difusión de su App Kronenvet. “Pensamos planificar con los laboratorios estrategias en los puntos de los clientes”, precisa desde Krönen.
Con una visión más a futuro, Dilucca analiza lo que puede llegar a generar modificaciones en el sector: la concentración del mercado. “Es una tendencia en todas las industrias, a nivel laboratorios ya lo estamos viendo, pero tal vez en distribución sea más difícil que se realicen fusiones”, señala. Y cierra: “Creo que los distribuidores tenemos una gran oportunidad de trabajar más colaborativamente potenciando el mercado y cuidando juntos nuestro negocio”.

La cadena de pagos, una cuenta pendiente

Ya lo dijo alguna vez Max Weber, “el tiempo es oro”, y en la Argentina de tasas de interés disparatadas, los plazos de giro juegan un papel central a la hora de alcanzar los objetivos. ¿Qué opinan los distribuidores?
“La cadena de pago sigue siendo un tema difícil, complejo, y seguramente a resolver por muchos de los actores de este mercado”, afirma sin medias tintas Eduardo Irasola, de la distribuidora VIA. “Hay dos variables que perjudican mucho el accionar de las distribuidoras. La primera tiene que ver con que los laboratorios acortaron sus plazos, siendo más estrictos en sus negociaciones. La segunda se relaciona con el veterinario que está con dificultades para cobrar insumos y honorarios en tiempo y forma. Esta combinación complica el escenario crediticio y nos hace ser menos eficientes a la hora de negociar”, analizaba el empresario hacia finales de 2019.
En esa misma línea de pensamiento se ubica Daniel Otamendi, de Krönen. “Las cadenas de pagos no se cortaron, pero a diferencia de otros años el veterinario es más cuidadoso y se han extendido hasta 30 días en los pagos, sobre todo en el interior que, hoy, oscilan entre 75 a 90 días, y en el Gran Buenos Aires, que llegan a 45 días”, precisa.
Y sigue: “Las veterinarias cumplieron con sus mínimos con respecto a los planes sanitarios en 2019, pero a diferencia de otros años, el veterinario trata de invertir capacitando a sus empleados para seguir trabajando”.
Roberto Dughetti, de Panacea, aporta la óptica en el sector de animales de compañía donde la cadena de pagos también sufre dilación en los plazos. “Hay un incremento de la morosidad que se contabiliza con una mayor cantidad de días en la calle, que trae consigo la depreciación monetaria de la recaudación”, sostiene.
Y agrega: “Como denominador común, podría decirse que las existencias debieron adecuarse a la menor demanda, pero, por otra parte, el stock ha sido la manera de defender el patrimonio de cada organización frente al ajuste de precios”.

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