Durante las 11° Jornadas Lecheras realizadas en Villa María, Córdoba, Jorge Giraudo ejemplificó las razones por las cuales el sector debe esforzarse por acortar las brechas productivas en el futuro inmediato.
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SUSCRIBITEDurante las 11° Jornadas Lecheras realizadas en Villa María, Córdoba, Jorge Giraudo ejemplificó las razones por las cuales el sector debe esforzarse por acortar las brechas productivas en el futuro inmediato.
Uno de los sectores más golpeados del campo argentino no parece darse por vencido. La lechería vive años de zozobra a partir de una sucesión de hechos como la caída en los precios internacionales, suba de costos en los principales insumos locales, pocas fuentes de financiamiento, pérdida de competitividad y contratiempos climáticos que, en conjunto, conformaron una situación crítica de cara a la viabilidad de los establecimientos productivos.
Sin embargo y al proyectar el futuro inmediato, analistas, técnicos y productores coinciden en que la salida a esta situación se dará produciendo más y mejor, tal como quedó claro en las 11° Jornadas Lecheras Nacionales, organizadas por el medio TodoAgro y el Instituto de Ciencias Básicas Aplicadas de la Universidad Nacional de Villa María, localidad cordobesa hacia donde se dirigió MOTIVAR para compartir con más de 600 personas un nutrido despliegue de conferencias.
Hablaron los números
A su turno, fue Jorge Giraudo (coordinador del Observatorio de la Cadena Láctea Argentina) quien sostuvo que -desde fines de 2014- se generó alrededor de la lechería mundial una “tormenta perfecta”, en cuya conformación impactaron diversas variables de la macroeconomía global, generando un combo que significó el aumento de la producción en un contexto de retracción de la demanda.
“Este complejo cuadro global está cesando y comienza a rebotar hacia una situación favorable, aunque no con la fuerza que la cadena lechera necesita; la volatilidad seguirá siendo alta para el sector lácteo mundial”, aseguró Giraudo.
Claro está que a nivel local también se sumaron otras cuestiones. “Es clara la retracción del mercado doméstico, situación que se vio agravada con la devaluación de la moneda nacional a fines de 2015, a partir del cambio de gobierno y el alto índice inflacionario que viene arrastrando el país”, sostuvo el disertante. Y agregó: “En la crisis también influyó la eliminación de retenciones, que hizo llegar a 1,25 a la relación maíz/leche, el menor valor desde enero de 2002”.
No podemos pasar por alto que estas situaciones, sumadas a las inclemencias climáticas que azotaron a las principales regiones lecheras del país, llevaron a que la producción local cayera un 12,5% y llegara a 9.895 millones de litros en 2016.
“Lamentablemente el nivel de cierre de tambos será de entre el 5 y el 10% anual (versus el 1,9% promedio de la década anterior)”, explicó Giraudo, quien explicó que esta situación quedará más clara cuando “bajen las aguas”.
Asimismo, el consultor sotuvo que si bien el consumo cayó un 6% (a 201 litros por habitante/año) “estaría estabilizándose”, del mismo modo que la producción primaria, la cual tras 11 meses consecutivos de caída comienza a dar señales positivas, las cuales se suman a una buena relación maíz/leche (2,20) y soja/leche (1,36) y las mejoras en el clima. Al referirse a los desafíos de la producción, Giraudo fue contundente: “Es necesario acortar la brecha tecnológica: hoy en el país, 650 tambos producen lo mismo que los 7.600 más pequeños”.
Asimismo, el representante del Observatorio indicó que la clave en el corto plazo estará en observar cómo se comporta la oferta. “Se prevé una recuperación de precios, impulsados por la menor producción, una demanda mundial saludable, y un leve crecimiento de las importaciones de China (+1,9%)”, adelantó. Más allá de esto, Giraudo destacó la importancia de que la cadena local avance en acuerdos sectoriales y enumeró una serie de asignaturas pendientes, entre las que citó obras de infraestructura, la lucha contra la informalidad, la reducción de costos logísticos y una mayor inversión en tecnologías durante la producción primaria.
Alternativas esperanzadoras
De las Jornadas participó además el referente del INTA Rafaela, Miguel Taverna, quien presentó ante los productores una serie de alternativas para reducir el consumo de energía eléctrica en tambos.
También lo hizo Viviana Parreño (INTA Castelar), presentando un nuevo producto biológico, con cuyo uso se podrá reducir a la mitad el número de muertes de terneros por diarrea neonatal, una enfermedad endémica que es responsable del 57% de las muertes de esos animales hasta el año de vida.
“Se trata del primer tratamiento biológico basado en inmunoglobulinas elaborado en el país de la mano de Bioinnovo, alianza público – privada conformada entre el INTA y el laboratorio Vetanco”, aseguró la profesional.
El cierre del encuentro organizado por TodoAgro estuvo a cargo de Cristian Chiavassa, miembro de la familia propietaria de un tambo de producción intensiva de leche que cuenta con 1.200 vacas y produce 40.000 litros por día.
“Uno de los reclamos recurrentes es la mejora en el precio que recibe el productor, pero tenemos que dejar de pensar tanto en el precio y lograr ser más competitivos a partir de la implementación de mejoras en cada explotación”, alentó el referente a los más de 600 productores, técnicos y analistas que se dieron cita en Villa María con el objetivo de seguir mejorando la realidad del sector lácteo argentino.