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SUSCRIBITE Es actualmente Director Cono Sur (Argentina, Chile, Paraguay, Bolivia y Uruguay) de Ceva Salud Animal, laboratorio veterinario de origen francés, que se encuentra presente en más de 110 países de todo el mundo.
La empresa participa activamente del mercado global ofreciendo biológicos para avicultura, porcinos y rumiantes.
La filial local cuenta con 63 empleados.
Para más información: ceva.com.ar.
Evaluando las posibilidades concretas del rubro veterinario local y en coincidencia con la experiencia que Ceva plantea a nivel global de cara al futuro, resulta imprescindible que las empresas nos integremos a las cadenas productivas con un mayor dinamismo y dejando en claro que en el centro de la escena se encuentran siempre nuestros clientes.
Debemos escucharlos y ofrecer las soluciones que necesitan.
En ese marco, se hace evidente hoy una apertura no imaginada hace algunos años en el mercado veterinario argentino, con una clara vocación de cambio.
Los laboratorios lentamente van comprendiendo que aquellos que no se pongan a disposición de las nuevas reglas de juego quedarán en el camino.
Así lo vivimos desde Ceva, compañía que ha multiplicado sus resultados cinco veces en los últimos ocho años, consolidando una facturación superior a los mil millones de Euros desde su nacimiento.
Siempre pensando en los clientes.
En base a la experiencia avícola, es indudable la necesidad de abordar los distintos negocios (bovinos y cerdos, por ejemplo) en base a planteos netamente económicos. Con pasión, pero no sólo por la actividad en sí misma sino también por los números y los resultados que en ésta se logren.
Claro que cada segmento tiene sus particularidades, encontrándonos con una avicultura dinámica, que entiende rápidamente estos conceptos y modifica metodologías en función de la productividad, por ejemplo.
Si bien con ciclos algo más extensos, la producción de cerdos avanza también en este sentido. De hecho, pocos apostaban por una inmunocastración que hoy no se discute y se ha instalado como herramienta estratégica en la cual seguramente irán surgiendo nuevos oferentes.
Ya al referirnos al segmento de los rumiantes y destacando algunos avances puntuales en el caso de la producción de leche, es evidente que sigue faltando una correcta interpretación del impacto de las tecnologías sanitarias a campo.
Ha llegado el momento de que todos los involucrados nos sentemos a definir cómo hacer una ganadería más eficiente, pensando en la edad y peso de faena, así como también en sus niveles productivos.
Claro que para concretar estas revoluciones no solo se necesita la tecnología, sino también que todos los actores asuman su rol específico.
La realidad indica que en los últimos años todos los eslabones han logrado los resultados económicos suficientes como para intentar no alterar demasiado sus movimientos. Se percibe una suerte de status quo o zona de confort que debemos dejar atrás. Es el momento de las oportunidades: América Latina no puede no ser el futuro proveedor de proteínas del mundo.
A nivel sectorial, muchos de aquellos que nos encontramos al frente de las compañías también deberemos avanzar en este sentido.
Somos de una generación que se encuentra dentro de esa zona de confort, con preconceptos y dificultades para modificar la forma de evaluar y avanzar en los desafíos que se vienen. Tendremos que mirar y aprender de otras producciones, empresarios e industriales, analizando cómo constantemente actualizan sus productos y servicios, agregando valor en cada eslabón y empleando herramientas tecnológicas disponibles, como puede ser en materia de comunicación; rubro en el cual sin dudas deberemos seguir creciendo.
Más allá de esto, comienza a consolidarse una nueva generación de profesionales de entre 30 y 40 años volcados al canal distribuidor, que apuestan por la diversificación de sus servicios, incorporando técnicos para dar soporte a los productores. Sin embargo, este valor agregado se consolida principalmente en el rubro porcino, sin llegar aún a la producción bovina.
Sin dudas que en este segmento los asesores veterinarios ocupan el rol de extensionistas por naturaleza, fundamentalmente en aquellos productos, como las vacunas, que garantizan altas tasas de retorno sobre la inversión realizada.
Será clave que del mismo modo en que los profesionales apuntalaron la introducción de técnicas como la IATF en los campos, rompan sus prejuicios sobre las claras ventajas de apostar por planes sanitarios preventivos que nos permitan avanzar en una mayor utilización de biológicos para contrarrestar el carbunclo, diarreas o neumonías, temas sobre cuya inversión no se discute ya en ninguna otra parte del mundo.
Paulatinamente iremos dejando en el pasado la trilogía Plazo, Precio y Disponibilidad, aunque comprendiendo las características propias de cada actividad.
Por ejemplo, el productor avícola sin dudas que evalúa situaciones ligadas a las inversiones que realiza, pero siempre privilegiando cuestiones técnicas. Algo similar ocurre en la actividad porcina, aunque quizás con más foco en lo que hace al asesoramiento y valor de los productos.
Sin embargo y en materia ganadera, el 60% de la decisión de compra de los biológicos que se utilizan (y muchas veces del antiparasitario) está en manos de veterinarios que deberán jugar un rol diferente al actual, profesionalizando y separando las decisiones comerciales, de las técnicas. Claro está que para que todas las oportunidades que se vislumbran puedan concretarse, las estrategias comerciales de los laboratorios deberán consolidar una mayor coherencia y previsibilidad, proyectando acciones más allá de los «cierres de mes».
En definitiva, deberemos comprender que todo aquel que agregue valor a la cadena merece ser remunerado por hacerlo, independientemente que se trate de un distribuidor, un mayorista, un veterinario o un asesor técnico.
El mundo tiende a integrarse, al igual que las producciones de alimento y sus distintos eslabones. Esta tendencia se hará realidad y terminará por satisfacer las necesidades de todos los jugadores. Tal vez lleve tiempo, pero no hay dudas de hacia dónde vamos: somos parte de una cadena.