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SUSCRIBITEEn representación de Jorge Grubissich, actualmente de licencia en su cargo como presidente de la Cámara de Laboratorios Argentinos Medicinales Veterinarios, el Dr. Juan Carlos Repetto disertó el pasado 23 de octubre en el Décimo Aniversario del Periódico MOTIVAR.
Allí, dio su punto de vista respecto de las condiciones necesarias para lograr el crecimiento del mercado de productos veterinarios en nuestro país.
«Formamos parte de una cadena productiva que transforma energía en alimentos de origen animal, generando productos sanos, nutritivos, en forma eficiente, rentable y competitiva. Debemos adoptar realmente este concepto y entender que lo que la industria veterinaria -en general- agrega es valor, aportando básicamente dos conceptos: sanidad y productividad», explicó.
En este sentido, Repetto sostuvo que históricamente y a nivel general, nuestro país ha manifestado una continua pérdida de competitividad y que el verdadero desafío de este moemtno radica en revertir una situación generada «en base a inestabilidad en las políticas públicas, un alto grado de incertidumbre, una baja tasa de inversión privada, alta tasa de inflación (histórica) y como se dijo, una baja competitividad de la economía: el agro, la industria automotriz y pocos rubros más escapan de este concepto general».
Más allá de esto, el disertante hizo hincapié en el Plan Estratégico Agroalimentario presentado hace dos años.
«Esta es una iniciativa positiva, puesto que -más allá de las cifras en particular-, se da algo que como integrantes de la cadena debemos aprovechar: las posibilidades de crecimiento para todos los sectores ligados a la producción de alimento de origen animal son altas de cara a 2020», explicó al tiempo que sostenía: «Será en vano que le agregamos valor a los productos que elaboramos, pretendiendo ser más eficientes y sumándole trazabilidad a los sistemas de comercialización, si al mismo tiempo no logramos generarle un plus a las producciones animales.
Sólo logrando esa transformación, podremos -como industria- recuperar el valor de los productos que ofrecemos».
Según el expositor, la demanda de alimentos es y seguirá siendo creciente a nivel global, al tiempo que la oferta ya manifiesta algunas restricciones en países que compiten Argentina.
«Por ejemplo Australia, con un gran desierto central, tiene limitantes de crecimiento; o Nueva Zelanda (principal productor de lácteos) también dispone de una superficie acotada que le establece un techo productivo», resaltó.
Por su parte y destacando que si bien durante muchos años se creyó lo contrario, hoy debe considerarse a la agricultura como un socio estratégico.
«Una serie de estudios comparativos entre países demuestran que el precio interno que pagan los productores argentinos por la soja o el maíz es el más bajo de América Latina.
Contamos con un muy bajo costo en relación al principal insumo que juega dentro de la nutrición de los animales, rubro que en los sistemas productivos intensivos logra cerca del 70% de participación. Debemos captar esa ventaja», sostuvo.
En este sentido y frente a las reales posibilidades argentinas como proveedor de alimentos, «debemos por fin entender que el crecimiento debe darse por una mayor productividad; aplicando tecnologías que están disponibles: ya no sirve producir más de la misma forma.
Debemos mirar fuertemente el concepto de productividad», remarcó.
Tomando como base el Gráfico N° 1, Repetto sostuvo que la incidencia del sector veterinario, por ejemplo en la actividad porcina no supera (al igual que en otros rubros) el 4% del costo total de producción, «tratándose claramente de una herramienta clave para agregarle valor a las mismas, a través de una mejora sanitaria que permite una mayor producción y productos finales confiables», agregó.
Por otra parte, el médico veterinario mostró datos en los cuales se percibe que en aquellos países en los cuales los productores de punta logran niveles altos de eficiencia, la clave pasa por la posibilidad de replicar ese «Know How» en los distintos estratos.
«Es sorprendente ver cómo países del estilo de Perú -donde estos sectores aún no son tan importantes- ya los productores de punta son casi tan eficientes como los chilenos y brasileños. En Argentina tenemos una gran diferencia entre los valores más altos y la media, en donde sin dudas existen muchas posibilidades de crecer», destacó.
Ya adentrándose en la producción bovina y tal cual se muestra en el Gráfico N° 2, Repetto comentó que, dividiendo la cantidad de kilos producidos por el stock animal en un ejercicio local que contemple el período 1958 – 2011, se aprecia cómo apenas se ha logrado un incremento de cinco kilos por animal en stock.
«En el caso de los lácteos, lo que se percibe es que los establecimientos más productivos están también muy por encima del promedio. Existe un potencial al que se debe apuntar, en base a una mayor productividad», explicó.
Por último, el disertante le dejó a los asistentes algunos conceptos centrales sobre los cuales el sector industrial debería trabajar. En primer lugar, remarcó la trascendencia de agregarles valor y calidad a los productos veterinarios, de la mano de un mayor acceso a los mercados externos.
A la vez, enfatizó en que durante momentos de baja competitividad, la productividad es la herramienta que se debe emplear para hacer frente a los contextos que se presenten y culminó: «El éxito depende de nosotros. Somos parte de una cadena productiva a la cual debemos agregarle valor para que sea más rentable y así captar la cuota parte que nos toca».
Acceda al audio completo de la disertación de Juan Carlos Repetto ingresando en la sección «Noticias», disponible en www.hablandodelonuestro.com.ar |