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SUSCRIBITECon clima, suelo y precios a favor, Fertilizar proyectó para la implantación un incremento en la aplicación de nutrientes, más producción y calidad del trigo.
Trigo. La Asociación Civil Fertilizar estimó que este año el consumo de fertilizantes podría crecer entre un 10% a 11% respecto del año pasado.
Con mejores precios de los granos, menor valor de la urea y un buen perfil de humedad en el suelo, Fertilizar proyectó para el inicio de la siembra de trigo, a mediados de este mes, un incremento en la aplicación de nutrientes para lograr una mayor productividad del cultivo que redunde a su vez en alimentos de mayor calidad.
La Asociación Civil, que este año celebra su 30° aniversario, presentó las perspectivas para la campaña de trigo 2024/25 con una mirada optimista en cuanto a la inversión para la aplicación de nutrientes, apuntando a una mayor producción del cereal y a una mejor calidad del grano.
La gerente ejecutiva de la entidad, María Fernanda González Sanjuan, observó que la producción primaria suele enfocarse en alcanzar un alto volumen de cosecha “olvidando que la forma en que trabaja sus cultivos hoy impacta en los alimentos de mañana. Para producir, importa tanto la cantidad como la calidad”.
En cuanto a las perspectivas para la campaña próxima a iniciarse, el presidente de Fertilizar, Roberto Rotondaro, confirmó que están dadas las condiciones favorables para la siembra de trigo, gracias a “las lluvias abundantes de abril que dejaron un muy buen perfil de humedad en los suelos y que van a asegurar un piso de rendimiento. Por eso afirmamos que si hay agua, hay mayor oportunidad”.
Otro factor beneficioso que se presenta este año es el económico: “Hay un mejor precio del grano y una baja importante del valor de la urea, principal fuente de nitrógeno, el nutriente clave para los cereales de invierno. Y el nitrógeno tiene un valor menor del promedio de los últimos 10 años”, señaló el directivo.
En tanto, el segundo nutriente en importancia para el trigo, el fósforo, presenta una relación insumo-producto (kilos de granos que se necesita para comprar 1 kilo de fertilizante) que obligará al productor a realizar análisis de suelo para “ajustar muy bien la dosis a aplicar”, añadió Rotondaro.
Si bien las evaluaciones económicas las tiene que hacer el productor en cada región y según su situación, Rotondaro comentó que los márgenes agrícolas son favorables en esta próxima campaña, para la secuencia trigo-soja.
Además, el directivo se refirió a las proyecciones de la industria, indicando que, según las primeras estimaciones de la asociación, el consumo de fertilizantes podría crecer este año entre un 10% a 11%, llegando a 5,2 millones de toneladas, más de 500.000 toneladas más que 2023.
El nuevo responsable técnico de Fertilizar, Esteban Ciarlo, profesor de Edafología de la FAUBA, habló sobre las recomendaciones para el manejo de la nutrición en el cultivo de trigo, poniendo foco en las eficiencias del uso del agua y del nitrógeno.
El especialista aseguró que “la productividad del trigo requiere de la aplicación de nutrientes”, y propuso a los productores “mirar más allá del volumen de producción” para enfocarse en la “eficiencia en el uso de los recursos”.
Al respecto, Ciarlo advirtió que, por la pérdida de nutrientes del suelo, la producción argentina de trigo tiene una brecha de rendimientos de hasta 2 toneladas por hectárea. “Eso representa un lucro cesante de 2 de cada 3 camiones”, graficó.
El principal nutriente del cereal es el nitrógeno, seguido por el fósforo, pero también hay respuestas a las aplicaciones de azufre y zinc. “Para achicar la brecha faltaría aplicar 72 kilos más de nitrógeno, 10 más de fósforo y 20 más de azufre”, indicó. “El suelo ya no puede poner la diferencia de brecha”, advirtió.
Ciarlo aseguró que “la fertilización también estabiliza los rendimientos” y hace más eficiente el uso del agua. “Se piensa que cuando no llueve no hay que fertilizar, pero sí, porque dosis crecientes de nitrógeno contribuyen a aumentar el uso eficiente del agua”.
Por último, el especialista sostuvo que la fertilización colabora en la sostenibilidad del sistema porque contribuye al secuestro de carbono; disminuye la presión de la agricultura sobre ambientes marginales y es clave en la reposición de nutrientes.
Por su parte, la Dra. Gabriela Abeledo, de la cátedra de Cereales de la FAUBA y del Conicet, habló sobre la importancia de realizar un cultivo de calidad para las diferentes etapas de la elaboración de alimentos: calidad para la producción de grano, para la comercialización y para la industrialización.
“Decir proteína en grano es sinónimo de nitrógeno y tiene dos moduladores: genética de la semilla y el ambiente”. Sobre este último, señaló que “la disponibilidad de nitrógeno que tendrá el cultivo es un gran regulador de la cantidad de proteína que tendrá el grano”.
Abeledo señaló que la industria panadera demanda altos porcentajes de proteína” y que la bonifica con sobreprecios de 2% (cuando el grano contiene más de 11%) o la penaliza (cuando mide menos de 10%).
Finalmente, la profesional enfatizó que la secuencia de altos rindes y alta proteína en grano “se logra siempre con alta disponibilidad de nitrógeno en suelo, ya sea nativo o como fertilizante”.
