El gigante frigorífico envuelto en casos de corrupción acaba de anunciar la venta de sus negocios en la Argentina, Paraguay y Uruguay a Minerva, otro grupo brasileño, por US$ 300 millones.
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SUSCRIBITEEl gigante frigorífico envuelto en casos de corrupción acaba de anunciar la venta de sus negocios en la Argentina, Paraguay y Uruguay a Minerva, otro grupo brasileño, por US$ 300 millones.
En un comunicado remitido a la Bolsa paulista el gigante JBS informa a sus accionistas y al mercado en general, en los términos de la Instrucción de la Comisión de Valores Mobiliarios nº 358, de 3 de enero de 2002, en su modificación, que, directamente y por medio de su controlada JBS Handels GmbH, celebró un acuerdo para la venta de la totalidad de las acciones de sus subsidiarias detentoras de las operaciones de carne bovina en Argentina, Paraguay y Uruguay para, respectivamente, Argentina Argentina, Frigomerc SA y Pulsa SA, sociedades controladas por Minerva SA, por el precio total de US$ 300 millones. El precio está sujeto a un ajuste en valor equivalente a la diferencia entre el capital circulante neto y el endeudamiento a largo plazo de las sociedades en la fecha de cierre, cuyo valor estimado el 31 de marzo de 2017 era positivo en aproximadamente US$ 40 millones.
La transacción fue aprobada por unanimidad por el Consejo de Administración de JBS y está condicionada a condiciones precedentes usuales en operaciones de esa naturaleza, incluyendo la aprobación por el Consejo Administrativo de Defensa Económica.
La compañía pretende utilizar los recursos obtenidos con la transacción para disminuir su apalancamiento financiero.
En crisis
JBS es la mayor grupo frigorífico del mundo, con ventas anuales estimadas en US$ 50.000 millones, perteneciente a la familia Batista. Uno de sus miembros, Joesley Batista, declaró en las últimas semanas haber pagado coimas a numerosos funcionarios en Brasil. JBS debe pagar una multa estimada inicialmente en US$ 3.150 millones.
En el país
La compañía brasileña llegó a la Argentina en 2005, cuando compró Swift Amour, segunda empresa del sector en ese momento, al empresario argentino Carlos Oliva Funes, a cambio de US$ 200 millones. Luego, se hizo con una planta de CEPA en Pontevedra por US$ 27,5 millones adicionales.
Fuente: JBS