“Parte de la venta de antibióticos no responde a fines terapéuticos”
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31 de mayo de 2015 - 23:48
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Agosto de 2013 – Edición Nº 128
“El uso de antibióticos en animales de producción por fuera del canal veterinario (sin supervisión profesional) aumenta las posibilidades de desarrollar una resistencia antimicrobiana capaz de generar complicaciones en la salud pública”.
Este fue uno de los conceptos vertidos por el Dr. Alejandro Soraci (especialista en fármaco – toxicología) a lo largo del Primer Taller de Comercialización de Zooterápicos realizado en la Ciudad Autónoma de Buenos Aires, a fines de mayo de 2013.
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A lo largo de su disertación, Alejandro Soraci compartió datos de la FDA en los cuales se demuestra que la mitad de la producción mundial de antibióticos se destina a la actividad agropecuaria.
“Cerca del 90% de ese total se emplea en bovinos, porcinos y aves; mientras que el porcentaje restante, en peces”, mencionó el profesional.
“Lo grave es que un 70% de esa comercialización no responde a fines terapéuticos y es quizás aquí donde la venta por fuera de un canal veterinario se hace sentir más fuerte”, remarcó. Además, el ex decano de la FCV de Tandil expresó: “Esto no tiene que ver con una defensa corporativa de la venta de medicamentos, sino con el bienestar de los animales y el resguardo de la Salud Pública”.
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En cuanto a los productores que adquieren antibióticos en lugares que no deberían hacerlo, Soraci sostuvo: “Esta compra suele realizase en connivencia con un profesional”.
Ya enfocándose sobre el veterinario, agregó: “es fundamental que explique que la equivalencia químico farmacéutica no implica necesariamente una equivalencia biológica. Esto es clave, sobre todo si tenemos en cuenta que muchos compradores sólo se rigen por el precio de los productos”.
Por su parte, explicó que “el Senasa debería establecer conjuntamente con los colegios profesionales y las facultades- el desarrollo de protocolos de farmacovigilancia que permitan alertar sobre efectos terapéuticos, malos usos, presencia de medicamentos por fuera del mercado veterinario, etc”.
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La posibilidad de que estas situaciones existan también toca a la industria, la cual -según el experto- además de asegurar productos de calidad y certificar la seguridad de su uso, “debería jerarquizar la información farmacológica en los prospectos disponibles en el mercado”.
En este sentido, llamó a tener prudencia y racionalidad en las publicaciones, sobre todo en aquellas ligadas a la indicación de un medicamento.
“Muchas veces los datos que se ofrecen son inductores de ventas o uso directo, sin supervisión. Existe folletería en relación al alcance de las concentraciones, promoviendo la idea de que todos los antibióticos tienen una gran eficacia frente a problemas pulmonares. Este enunciado es falso, pero los productores compran”, concluyó.