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“La citotoxicidad mediada por células T juega un rol central”

Se describen estrategias inmunes de interés para el control la coccidiosis, una importante parasitosis aviar.
Por DRA_ LIDIA M_ GOGORZA 31 de mayo de 2015 - 23:01

La coccidiosis aviar es una enfermedad parasitaria causada por coccidios del Phylum Apicomplexa, familia Eimeriidae, de gran impacto económico en la producción avícola. Si bien las aves pueden ser portadoras de varios estadios del parásito por largos periodos, es clave saber que la infección se produce por ingestión de ooquistes esporulados de la cama, los cuales dan lugar a un proceso clínico o subclínico, caracterizado por diarreas y descenso productivo.

Cuando un animal susceptible ingiere el ooquiste esporulado, los esporozoitos se liberan e invaden la mucosa intestinal y continúan el ciclo biológico para formar esquizontes multinucleados. Cada núcleo forma un merozoito; éstos invaden otras células y repiten el proceso.

Tras varias generaciones asexuales, los merozoitos se pueden transformar en macrogametocitos hembra o macho, comenzando de esta manera el ciclo sexual, generando nuevos ooquistes, los que presentan paredes resistentes y son eliminados en las heces, continuando de esta manera con el ciclo biológico.

La infección con Eimeria spp en aves provoca la activación de mecanismos inmunes y la inmunidad protectora conferida es resultado de infecciones subsecuentes de una misma variedad de Eimeria: es extremadamente específica de especie.

El desarrollo de la inmunidad puede estimularse por la inoculación de oocistos o parásitos vivos (salvajes) o atenuados en vacunas.

La eficacia antigénica es variable, dependiendo de las especies de Eimerias y la respuesta inmune puede estimularse con una sola inyección de unos pocos cientos de oocistos o necesitar infecciones repetidas de varios miles de ellos.

“Considerar el rol de la inmunidad celular es esencial para el diseño de vacunas efectivas contra la coccidiosis aviar”.

Los esporozoitos son fundamentales para el desarrollo de la respuesta inmunitaria, ya que el sistema inmune puede inhibir el desarrollo parasitario dentro de la pared intestinal.

La respuesta innata responsable de la eliminación de parásitos involucra componentes inespecíficos de la inmunidad, tales como las células llamadas “asesinas naturales” (NK) o los macrófagos. De hecho, el número de células NK aumenta durante la etapa de eliminación del parásito.

Los animales infectados producen anticuerpos específicos presentes en la circulación y en las secreciones de las mucosas ante la primera infección con los parásitos.

 

La inmunidad específica

La inmunidad adaptativa a la coccidiosis involucra mecanismos que ayudan a reducir el número de esporozoitos intracelulares y además inhiben el desarrollo natural del parásito. Es posible que los anticuerpos prevengan la traslocación de los esporozoitos y merozoitos a la luz intestinal, y que reduzcan el grado de invasión en algunas especies de Eimeria.

Los anticuerpos actúan contra el desarrollo de estadios extracelulares, solos o en colaboración con las células inmunes. El rol de los anticuerpos en la protección es aún tema de debate, pero dado que la inmunidad celular recién se define luego de la infección secundaria, es necesario analizar la presencia de anticuerpos tanto circulantes como en superficies delas mucosas en respuesta a la infección primaria.

La localización intracelular de los parásitos de Eimeriaspp. da la clave de que la citotoxicidad mediada por células T juegue un rol central en el control de las coccidiosis. En las aves se ha observado que las células esplénicas y linfocitos sanguíneos de animales inmunes son capaces de transferir resistencia a las no inmunes. Los linfocitos T citotóxicos identifican las células infectadas, resultando en una muerte celular selectiva. Siendo el epitelio intestinal el tejido primario para la invasión de Eimeriaspp., es crucial el conocimiento de la interacción entre estas células T y coccidios en esas mucosas, donde las primeras eliminan continuamente al parásito: esta relación es importante para el diseño de vacunas efectivas.

Una de las linfoquinas más comprometidas en esta actividad es el interferón gamma. Trabajos futuros se requieren para delinear los roles exactos de los diferentes mecanismos de la respuesta inmune y la importancia en sostener, prevenir o eliminar las infecciones coccidianas en las aves.

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