“Durante la pandemia, los ingresos aumentaron un 35%”
En Río Cuarto, Córdoba, Mariela Varese dirige una clínica veterinaria que vivió una transformación en su estructura de ingresos.
Guadalupe Varelli
guadalupe@motivar.com.ar
Mariela Varese es médica veterinaria y tiene la especialidad en cirugía de tejidos blandos. Abrió su clínica en Río Cuarto, Córdoba, hace 12 años. Los primeros siete la gestionó sola y luego se sumó Mauricio Nicolino, médico veterinario, socio en la profesión y en la vida. Cuando hablamos con ella el año pasado, nos contó que el 50% de los ingresos de su clínica provenían del petshop.
Pandemia de por medio, quisimos saber si este modelo seguía funcionando y la respuesta nos sorprendió. La balanza se inclinó, los ingresos de la veterinaria aumentaron un 35% en la parte clínica, específicamente en internación. Esto, sin afectarse los ingresos del petshop: la ecuación de la clínica hoy está en 70/30.
“Hasta marzo teníamos otra compañera, con la especialidad en cirugía, pero cuando empezó la pandemia no pudo seguir trabajando. Realmente pensábamos que en este contexto íbamos a trabajar menos y ocurrió todo lo contrario”, le contó Mariela a la Revista 2+2.
¿Crecimiento en contexto de crisis?
La carta ganadora fue el tiempo. Mariela y su socio tienen su casa contigua a la clínica, lo que les permitió mantenerla abierta sin afectar los horarios de atención habituales, de 9 a 13 y de 17 a 21 de lunes a viernes, y los sábados de 9 a 13. Un detalle que, en este contexto, resultó crucial. “Eso fue una ventaja competitiva importante que nos permitió captar clientes que no eran nuestros”, señaló, y explicó que la mayoría de los veterinarios de la zona tuvieron que reducir los horarios de atención o incluso cerrar durante un tiempo debido a las limitaciones en el transporte, la movilidad y el cuidado de los pequeños y las personas mayores. Así es como muchos clientes, al no poder acudir a su veterinario habitual, llegaron a la clínica Varesse por primera vez.
Sonrisas con barbijo
Hacia adelante, el desafío que se les presenta es fidelizar a los nuevos clientes.
Ante este interrogante, Mariela responde que la estrategia es la misma que para con todos los demás: buena atención médica, trato personalizado, y un ambiente cálido y amable. “Incluso cuando usás el barbijo sonreír es clave, porque se ve en los ojos”, insistió, y señaló que el aspecto emocional tomó mucha relevancia durante la pandemia: “Noto que hay un estado nervioso de alerta permanente tanto del que viene a la consulta como del que los atiende, creo que hay que trabajar mucho en eso, hemos puesto mucho énfasis en contener a la gente porque los clientes vienen con mucha carga emocional, por lo que les pasa a sus mascotas y también por el miedo a la situación”.
Para sostener el trato personalizado durante la pandemia, se valieron de los mensajes por WhatsApp y llamados telefónicos. “Cuando un paciente se tiene que quedar internado les mandamos videítos cortos para que puedan ver cómo están, eso los tranquiliza mucho”, indicó Mariela.
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