El rubro veterinario ligado al caballo es uno de los más afectados por el actual contexto, tanto en el ámbito de los laboratorios, como en sus canales de distribución, veterinarias, etc. Compartimos el pedido de Clamevet.
13 de mayo de 2020 - 10:39
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La Cámara de Laboratorios Argentinos Medicinales Veterinarios (Clamevet), miembro de la Confederación Argentina de la Mediana Empresa (CAME) expresó en un comunicado, su preocupación por los amplios sectores de la economía que están siendo seriamente afectados por las medidas de prevención del COVID-19.
La Industria de elaboración de medicamentos de uso veterinario, farmacéuticos y biológicos, necesarios para la prevención y mantenimiento de la salud animal, cumple con las exigentes normas GMP de fabricación, de bioseguridad, y actualmente con los protocolos de prevención del COVID19 que corresponden, contando con profesionales muy capacitados en la materia.
Específicamente, la producción de medicamentos destinados al caballo es el sector de la industria farmacéutica veterinaria, junto con sus canales de distribución, vendedores, veterinarias, etc. que está más afectado por la actual situación.
“Es la rama farmacéutica veterinaria que creció y se desarrolló junto al sector hípico, con más de 60 laboratorios medicinales veterinarios que elaboran productos para los equinos, la mayoría Pymes de capitales nacionales, integrantes de CLAMEVET, que han visto prácticamente anuladas las ventas en esta etapa”, dice el comunicado.
Frente a este marco, sigue: “Es por ello que nos queremos referir especialmente en esta ocasión al sector hípico en las múltiples actividades que lo caracterizan, sumamente arraigadas en amplios sectores de nuestra sociedad, como ser: equinoterapia, turf, equitación de carácter deportivo, fiestas regionales populares, exposiciones, subastas, polo, haras, juego del pato, etc., muchas de las cuales están prácticamente paralizadas, lo que pone en riesgo más de 150.000 puestos de trabajo, es decir casi medio millón de personas contando sus familias, que dependen de la actividad hípica.
En torno al caballo, informaron que se han desarrollado distintas industrias que conviven y se retroalimentan constantemente cuando se encuentran en un ámbito favorable.
Es el Turf el que genera numerosos puestos de trabajo directos e indirectos. Se trata de una mano de obra intensiva y especializada que va desde la cría del caballo pura sangre en el campo, hasta los cuidadores, serenos, vareadores, veterinarios, herradores, jinetes, peones, farmacéuticos, etc.
El sector equino en la Argentina
Para tomar dimensión de lo que la actividad hípica significa para Argentina, subrayaron que es el 5º productor mundial y primero en Sudamérica de caballos Sangre Pura de Carrera, con unos 6.500 nacimientos en 2019. El Turf sumando sus distintas etapas, genera nada menos que el 8,7% del producto nacional agropecuario y el 18,2% del pecuario.
En polo es primer productor mundial y exportador de caballos de esa especialidad, con producción de aproximadamente 7000 embriones de caballos al año, así como de equinos clonados, lo que demuestra la calidad técnica de nuestra industria veterinaria.
“Es el turf la actividad hípica que más seriamente se ha visto perjudicada en lo económico y que afecta a mayor número de personas ya que ha debido suspender todas las carreras de caballos desde mediados de marzo, por lo que se ha privado de la principal fuente de ingresos que son los premios en las carreras que provienen de las apuestas, con lo que se mantienen los equinos y puestos de trabajo; la guarda de un equino implica una erogación de entre 15 a 20 mil pesos mensuales”, expresó la Clamevet.
Pérdidas por COVID-19
La pérdida diaria de los hipódromos es de unos 20 millones de pesos diarios, de los que un 70 % aproximadamente se destinan a premios, que cubren gastos, y del 28 % que se retiene de las apuestas hay un 1 % que se destina a municipios, 1 % a gobernaciones y 1% al estado, lo que implica un lucro cesante también para esos estamentos públicos.
“Somos conscientes que evitar toda aglomeración constituye una medida eficaz para evitar la propagación de la pandemia, sin embargo, impacta de lleno en el turf, porque las reuniones hípicas son el principal sustento económico de la actividad. Sin las apuestas, la supervivencia y los puestos de trabajo están en serio riesgo”.
Y continúa: “Creemos que, mediante precisos protocolos, se podría volver a organizar carreras, por ejemplo, en horarios diurnos, sin público y con el ingreso permitido a trabajadores que son fundamentales, llámese preparadores, jinetes, cuidadores, herradores y personal autorizado, los que deben pasar todos los días por controles de ingreso y mantener un estricto distanciamiento”.
Los Hipódromos ya han redactado un protocolo sanitario de seguridad para poder proteger a todos los actores hípicos, y a la población en general el día que se reanuden las carreras.
“Otro de los sectores que consideramos de sensible importancia y que ha sido especialmente afectado por la cuarentena social y obligatoria son los Centros de Equinoterapia, método terapéutico que no debería ser discontinuado por la necesidad de contar con esta herramienta indispensable para el tratamiento de cientos de pacientes, especialmente niños, para su desarrollo físico, psíquico y social. No menor es la falta de ingresos de estos centros, necesario para la alimentación y mantenimiento de los equinos”
También la actividad del polo y todo lo relacionado sufrirá las consecuencias ya que si bien no es temporada en Argentina pronto lo será en Europa y la falta de exportación de caballos de polo no permitirá generar esa fuente de ingreso de divisas al país y por otra parte se suspenderá la temporada que habitualmente realizan nuestros jinetes y petiseros en el exterior.
“La exportación de productos veterinarios también sufre las dificultades derivadas de la actual situación lo que produce una importante disminución en el ingreso de divisas considerando que son productos de muy alto valor agregado llegando a valores de entre 15 a 20000 dólares la tonelada”, concluyó el comunicado.