Desde INTA Informa, dieron a conocer esta colaboración internacional sin precedentes. Científicos de todo el mundo avanzan en una carrera cuyo principal punto de llegada es la obtención de una vacuna.
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SUSCRIBITEDesde INTA Informa, dieron a conocer esta colaboración internacional sin precedentes. Científicos de todo el mundo avanzan en una carrera cuyo principal punto de llegada es la obtención de una vacuna.
Esta es una de las iniciativas –seleccionadas por una comisión Ad Hoc– que será financiada por la Agencia de Promoción de la Investigación, el Desarrollo Tecnológico y la Innovación (Agencia I+D+i), dependiente del Ministerio de Ciencia, Tecnología e Innovación de la Nación.
“Trabajamos sin descanso para aportar un granito de arena que ayude a salvar la vida de las personas”, afirmó Viviana Parreño, responsable del Laboratorio de Virus Gastroentéricos del Instituto de Virología y coordinadora científica de INCUINTA del INTA, quien desde hace 13 años se dedica al estudio de los virus que causan la diarrea neonatal en diferentes especies de animales y en el desarrollo de nanoanticuerpos monoclonales recombinantes derivados de llamas, también conocidos como nanobodies.
Con una larga trayectoria en el ámbito de la investigación de virus, en 2005 Parreño y su equipo iniciaron en el INTA la línea de investigación en nanobodies, unas moléculas muy pequeñas derivadas de los anticuerpos de cadena pesada que poseen las diferentes clases de camélidos –camellos, llamas, alpacas, vicuñas y guanacos–. Los nanobodies son las moléculas más pequeñas que existen en la naturaleza y que poseen la capacidad de reconocer a otra y de neutralizarla.
“La capa superficial de un virus, contra la cual suelen generarse las vacunas, cambia constantemente y de especie a especie. Por ejemplo, las cepas de Rotavirus A detectadas hasta el momento poseen 35 variantes en su capa externa”, señaló Parreño.
Por su pequeñez y capacidad de escabullirse, los nanobodies reconocen la parte interna del virus. A esta característica extraordinaria se suma que, a diferencia de otras moléculas –que expuestas a altas temperaturas o a cambios en el pH suelen modificar su estructura–, los nanobodies mantienen sus propiedades funcionales en pH extremos y resisten altas temperaturas. Además, pueden administrarse por vía oral, nasal y también humanizarse y administrarse por vías sistémicas. Así, se presentan como una opción rápida y confiable.
“Sabemos que se trata de una herramienta que tiene mucho potencial, por eso queremos aportar nuestro conocimiento y experiencia”, aseguró Parreño y agregó: “Vamos a hacer todo lo que esté a nuestro alcance para colaborar con los tratamientos que buscan hacerle frente a la pandemia”.
El virus SARS-CoV-2 pertenece al grupo de los betacoronavirus que, si bien es diferente al sublinaje del coronavirus bovino –virus estudiado por la doctora Marina Bok, especialista que integra el equipo de Parreño–, es posible que puedan encontrar nanobodies neutralizantes para una terapia. “Creemos que vale la pena intentar la búsqueda porque es la estrategia más rápida y, seguramente, encontraremos anticuerpos cruzados para fines diagnósticos”, consideró Parreño.
“Gracias a la experiencia de INCUINTA, sumado a la sinergia lograda con el grupo de Itatí Ibañez –del Instituto de Ciencia y Tecnología “Dr. Cesar Milstein”–, con la participación de un consorcio de investigadores de la Facultad de Ciencias Exactas y de la Facultad de Farmacia y Bioquímica de la UBA, y de Elsa Baumeister –del Servicio de Virosis Respiratorias del Instituto Nacional de Enfermedades Infecciosas (INEI) de la ANLIS-Malbrán–, hace que este equipo pueda tener una respuesta excepcionalmente rápida frente a situaciones de emergencia, como es la actual pandemia de SARS-CoV-2”, destacó Parreño y agregó: “Contar con un anticuerpo monoclonal, de fácil producción y purificación, sería una herramienta clave para el tratamiento de pacientes en estado avanzado y/o con enfermedades de base”.
En articulación permanente con Itatí Ibañez (Milstein) y con Karin Bok (NIH), los investigadores argentinos buscan la manera de neutralizar la infección viral. “En el laboratorio, Itatí se concentra en expresar la proteína externa del virus –llamada spike– que servirá para inmunizar una llama”, explicó Parreño y añadió: “El animal genera una respuesta inmune contra esa proteína y, a partir de eso, obtenemos los nanobodies que servirán para desarrollar un tratamiento preventivo”.
Por último, las opciones no terminan en los camélidos. El equipo que lidera Parreño también se enfoca en el desarrollo de inmunoglobulinas de yema de huevo de gallinas (IgY). Se trata de anticuerpos que se forman como respuesta a la inoculación de antígenos seleccionados –pueden ser bacterias, virus, parásitos o proteínas– y se producen en gallinas hiperinmunizadas que transfieren en forma activa las Ig séricas a las yemas de los huevos donde se acumulan en gran cantidad –hasta 100 mg por huevo– y son de fácil extracción y purificación.
Fuente: INTA Informa