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Asociación Argentina de Inmunología

Dinámica de la respuesta inmune frente a la infección por el Virus de la AIE

1 de agosto de 2018 - 00:35
En equinos. Un problema persistente.

a Anemia Infecciosa Equina (AIE) es una enfermedad infectocontagiosa, persistente de por vida.
El agente etiológico es un lentivirus transmitido naturalmente con escasa eficiencia por insectos hematófagos infectados y/o por vía iatrogénica, siendo el hombre el vector más eficiente.
Dos glicoproteínas superficiales, gp90 y gp45, constituyen la envoltura y son las que penetran en las células dianas mediante su receptor lentiviral ELR1. Conformando el núcleo se encuentran las proteínas estructurales p15 y p26, que encapsulan el ARN doble cadena en su interior, junto con la enzima Retrotranscriptasa Reversa y las nucleoproteínas p9 y p11.
El curso de esta patología dependerá tanto de la genética del hospedero como de la cepa y carga viral. Así algunos animales evolucionan desde una fase aguda con picos febriles, virémicos y plaquetopenia, hacia una fase de portador inaparente, asintomáticos. Otros cursan directamente un periodo asintomático y solo presentan fases agudas de estar deprimido su sistema inmune. Así, la AIE transcurre en delicado equilibrio entre las sucesivas replicaciones virales y los mecanismos celulares y humorales capaces de limitarlas, pero sin lograr eliminar totalmente al VAIE. Confirman este fenómeno la recurrencia de periodos agudos en equinos persistentemente infectados e inmunosuprimidos, y caballos con síndrome de inmunodeficiencia severa combinada e infectados, que logran controlar la viremia al restablecer su sistema inmune.
Durante la fase aguda, el virus penetra mediante el ELR1, en monocitos, macrófagos y células dendríticas, transcribiendo su ARN viral, mediante la enzima retrotranscriptasa reversa, en ADN que se integra, como pro-virus, en el núcleo.
Allí permanecerá latente, sin replicación y sin ser expuesto al sistema inmune al no haber expresión proteica. De este modo perverso, cual mecanismo de “caballo de Troya”, se disemina por todos los órganos, principalmente en bazo, ganglios y medula ósea. En tejido, los monocitos circulantes infectados se diferencian en macrófagos, permitiendo que el virus se replique y exprese sus proteínas.
Al interactuar los ácidos nucleicos virales, en mayor cuantía, con receptores endógenos celulares, generan la producción de IFNαβ, citoquina antiviral, pero como mecanismo de evasión, cuanto mas patogénicas sean las cepas, menor será su producción. Esta activación macrofágica conducirá a la liberación de quimoquinas y citoquinas proinflamatorias, responsables de las manifestaciones clínicas típicas de fase aguda, pirexia, trombocitopenia e inicio de la anemia. Además, reclutaran linfocitos y células dendríticas hacia los órganos linfoideos secundarios, favoreciendo el encuentro de linfocitos vírgenes con las células dendríticas (CD). Si bien se ha observado que el VAIE puede infectar estas células y replicarse en ellas, no logra que pierdan su capacidad de procesamiento y presentación antigénica hacia los LT vírgenes, CD4+ y CD8+, en el contexto de las moléculas del complejo mayor de histocompatibilidad clase II y I, respectivamente. Tanto los macrófagos como CD activadas producirán citoquinas, IL-12 e IL-18, que favorecen la diferenciación hacia una respuesta inmune celular especifica tipo 1, asociada a la producción de IFNγ. Este es el verdadero mecanismo efector que logra disminuir la carga viral, induciendo la muerte, por apoptosis, de las células infectadas, siendo fagocitadas por macrófagos antiinflamatorios, productores de TGFβ y de IL-10. Gracias a ello, habrá un brusco descenso de la primera viremia, conjuntamente con todos los síntomas asociados al perfil inflamatorio de la fase aguda, proceso que se sucede durante el primer mes de infección.
Por otra parte, los epitopes presentes en las proteínas se expondrán al receptor de los linfocitos B que, en asociación a los linfocitos T cooperadores foliculares, conducirá a una activa expansión clonal. Dada la mayor capacidad inmunogénica de las proteínas de superficie respecto de las nucleares, los primeros anticuerpos producidos reconocerán a las proteínas gp90 y gp45. Es por este motivo que los anticuerpos anti- p26, detectados por el Test de Coggins son evidentes (21- 84 dpi) luego del primer pico febril, etapa de mayor infectividad. Por el contrario, es posible detectar anticuerpos anti gp90 y gp45, mediante ELISAgp90/gp45, según nuestra experiencia. No obstante, es factible que hubiera equinos infectados, con presencia del ADNv en células mononucleares de sangre periférica, pero sin anticuerpos específicos durante al menos dos años, evaluados por Test de Coggins, ELISAgp90/gp45 y Western Blot (p26; gp90; gp45), según resultados publicados por nuestro grupo de trabajo.
Durante la fase crónica, la resolución de las sucesivas viremias estará a cargo de anticuerpos neutralizantes y linfocitos T citotóxicos CD8+. Sin embargo, el virus evade esta respuesta, mutando en las sucesivas replicaciones, principalmente en la proteína gp90, logrando que el sistema inmune sea efectivo solo frente a las cuasiespecies virales aisladas en anteriores picos febriles. A su vez, la presencia de inmunocomplejos Ag-Ac microagregados, asociados a anticuerpos fijadores del sistema complemento, serán responsables de los fenómenos inmunopatogénicos, acentuándose el cuadro anémico por hemoaglutinación y/o hemólisis y las glomerulonefritis y vasculitis, por deposito en tejidos.
Finalmente, en la fase de portador asintomático, se logra un equilibrio entre las cuasiespecies virales y el sistema inmune, logrando disminuir al mínimo la carga viral y eliminar las cepas de los primeros ciclos febriles, sin dejar de permanecer acantonado en tejidos esplénicos y hepáticos, principalmente. Seguramente, el sistema inmune humoral y celular efector mas efectivo sea el que logre reconocer con elevada avidez epitopes inmunodominantes y conservados, especialmente localizados en las glicoproteínas gp90 y gp45.
De allí que nuestro grupo de trabajo y ha logrado seleccionar en ellas epitopes conservados como candidatos a vacuna, por sus propiedades antigénicas e inmunogénicas, asociadas a la producción de IFNγ, siendo sus regiones codificantes incluidas en una vacuna génica sintética, actualmente en evaluación en especie murina. De observarse una respuesta protectora asociada al tipo 1 y producción de anticuerpos, será ensayada en la especie equina.

SE REALIZARÁN EL 22 Y 23 DE NOVIEMBRE EN LA CIUDAD DE SALTA

XI Jornadas y Reunión Anual de la Asociación Argentina de Inmunología Veterinaria

Las próximas jornadas de la Asociación Argentina de Inmunología Veterinaria tendrán lugar los días 22 y 23 de noviembre en la Universidad Católica, de la ciudad de Salta. Durante las mismas se llevarán adelante conferencias centrales y mesas redondas en las cuales participarán el Dr. Matheus Dias Cordeiro, de la Universidad Federal de Río de Janeiro, Brasil, quien expondrá sobre “Zoonosis transimitidas por garrapatas en América del Sur”. Se llevará adelante la presentación de pósters en las siguientes áreas temáticas: Respuesta inmune en Infecciones; Diagnóstico Inmunológico e Inmunología Clínica; Inmunointervención y Vacunas y Enseñanza de la Inmunología Veterinaria.
Para más información: [email protected].

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