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EL DESAFÍO DE CONSOLIDAR VERDADERAS EMPRESAS ELABORADORAS DE ALIMENTOS

¿Cuáles son los retos del sector que más creció en materia sanitaria?

A continuación, se describen los principales inconvenientes que se plantean en el día a día de cada estrato productivo en nuestro país, destacando los principales desafíos puertas adentro de las granjas.
Por EUGENIO VALETTE 1 de junio de 2018 - 00:28

 

Estratos. En nuestro país conviven distintos tipos de granjas.

La producción porcina argentina moderna, si bien tiene una corta historia, se ha consolidado en base a determinados aciertos que destacaremos a continuación, con el objetivo de describir cómo se lleva adelante esta actividad en nuestro país.
Si bien en artículos anteriores publicado durante este 2018 en MOTIVAR hemos explicado cómo los veterinarios pueden o deben insertarse en el mercado porcino, ahora intentaremos comentar los principales problemas que se plantean en el día a día de cada estrato productivo, destacando los principales desafíos puertas adentro de las granjas.
En primer lugar, debe quedar en claro que la producción porcina ha encontrado tierra fértil en nuestro país debido a buenas condiciones internas que permitieron una fuerte expansión del mercado. En este caso, los principales puntos a destacar están ligados con la sanidad, los costos del alimento y las coyunturas de sus principales competidores internacionales: carne vacuna con alto precio y la de pollo al tope del consumo per cápita mundial y con saldo exportable.
Vale decir que durante los últimos años los costos nutricionales han tendido a la baja, estableciéndose criterios innegables en cuanto al uso de maíz, soja (extrusado o poroto) y afrechillo de trigo cómo los principales componentes de la ración.
La adición de núcleos minerales vitamínicos también llegó para quedarse.
Esto fue clave para el crecimiento.

Segmentar para ver en detalle
Si establecemos categorías de acuerdo con los procesos, podríamos dividir al universo de granjas en tres grandes grupos.
Pensando en el nivel más bajo, ubicaríamos a los establecimientos que, en cuanto a lo nutricional, trabajan con restos, dónde la función principal de la granja es ser una reserva de valor, y el cerdo un transformador de desechos en carne.
Este tipo de establecimientos tampoco cuenta con un plan sanitario prestablecido y posible de repetir camada tras camada. El recurso humano es la familia, que se ocupa de los animales en sus tiempos libres. A su vez, el manejo reproductivo es básico, monta natural o -en casos puntuales- se consigue semen de algún centro de inseminación.
La sanidad en este estrato tiene un papel irrelevante en cuanto a costos, pero sí es un nicho dónde podemos encontrar cierta fragilidad en torno a su posibilidad de controlar las epidemias.
Su falta de previsión y control es un gran riesgo si pensamos en enfermedades de alta tasa de trasmisión.
Otra de las limitantes que presenta este núcleo productivo es la comercialización, ya que en muchos casos, están por fuera del circuito formal mientras los que logran registrar su actividad, por su escala no pueden comercializar directamente con frigoríficos o matarifes, siendo clientes de los intermediarios.
Tampoco es de consumo masivo su principal producto, el lechón.
Este grupo ocupa un gran número de madres a nivel nacional, tiene como principal objetivo poder generar cierta previsibilidad a lo largo del año y su mayor inversión podría basarse en instalaciones y en genética, ya que las materias primas hoy son de fácil acceso, aunque con un valor diferencial por su escala mínima.
El grupo más representativo para toda la cadena de producción porcina, podríamos llamarlo franja media o grupo de productores medianos, que son los que se encuentran entre las 100 y 1.000 madres.
Es el más heterogéneo y por lo tanto cada subgrupo enfrenta desafíos diferentes, pero a grandes rasgos podríamos agruparlos en: pequeños, medianos y grandes.
Los pequeños incluyen a aquellos productores que no superan las 200 madres. Los medianos, van desde las 200 a las 500 madres. Los grandes hasta 1.000.
Este gran grupo, tiene como característica que se desarrollan en un sólo predio, también podríamos llamarlos productores mono sitio. O sea que dentro del establecimientos están todos los animales (y todos los problemas).

En el Sitio 1:
Aquí encontramos a los reproductores y lechones hasta el destete. En el Sitio 2, lechones desde el destete y hasta los 60 kilos. Y Sitio 3 es la etapa de terminación, en dónde los animales llegan hasta los 110 kg promedio de peso vivo.
En base a esta organización intentaré describir los problemas a los cuales se enfrentarán los productores de este estrato.
Los grandes inconvenientes del Sitio 1 en las granjas más pequeñas, son los porcentajes de preñez y la reposición.
A su vez las muertes de lechones periparto, que son provocadas por una rudimentaria calefacción, que potencia el efecto tóxico de la E. colli y de los coccidios.
Las medianas piensan cómo resolver los problemas de logística y la confiabilidad al momento de comprar dosis de semen a centros especializados y también se les presenta el desafío de resolver las muertes en maternidad por la noche.
Las grandes granjas, están lidiando con la inseminación post cervical y el armado de grupos de trabajo que hagan más eficiente el horario diurno, para no atender partos de noche sin que esto afecte los lechones destetados por hembra.

En el Sitio 2
Los pequeños, sufren principalmente problemas debidos al ambiente, ya que en muchas granjas utilizan sistemas tipo cajón, al aire libre o cama profunda.
Las neumonías bacterianas e Influenza se presentan frecuentemente y con respecto las diarreas en muchos casos son causadas por un factor nutricional.
Las de tamaño medio, en general presentan problemas de diarreas por situaciones de mal manejo de la sala (mala regulación de cortinas o mal manejo de las estufas), principalmente los primeros días del invierno. La tos, en esos establecimientos proviene de los agentes secundarios del Complejo Respiratorio Porcino.
En las granjas grandes, se hace foco en la inmunización de los lechones y en programas de medicación, principalmente para controlar los efectos del Circovirus e Influenza.
En cuanto a bacterias, las “Suis” (Streptococcus, Staphilococcus, Haemophilus) son las que predominan.
También se aplica el concepto Todo Dentro – Todo Fuera, como herramienta para bajar el contagio de enfermedades.

En el Sitio 3
Para todos los grupos, el principal agente causal de diarrea es la Lawsonia (Ileitis), mientras que, en algunos establecimientos, afectan otro tipo de bacterias como Salmonella, o disentería porcina (Brachyspira hyodysenteriae).
La diferencia entre los grupos radica en las instalaciones y la posibilidad de medicar correctamente.
Respecto a las neumonías, en los estratos bajo y medio, la Pleuroneumonía se controla principalmente con medicación mientras que, en las granjas grandes, se utiliza la vacunación y de forma más estratégica los tratamientos con antibióticos. Respecto a la Neumonía Enzoótica (Mycoplasma), todos vacunan a los lechones, pero en algunas granjas, se ve disminuida la protección por errores al momento de la vacunación.
Aquí es dónde las de mayor escala, acceden a análisis que mejoran la efectivad del plan sanitario. Otra enfermedad, la cual habíamos dejado de lado por mucho tiempo, es la Rinitis Atrófica. Esta es causada por dos bacterias que actúan sinérgicamente y que en los últimos años ha cobrado mucha importancia ya que se han podido medir las pérdidas económicas directas de sus efectos.

¿Qué pasa en las granjas con más de 1.000 madres?

Sanidad. Hay que invertir y medir.

Estas unidades enfrentan las enfermedades causadas por los mismos agentes que las descriptas en el artículo, pero tanto los efectos como los tratamientos son distintos, lo que exige por parte de la organización, planes de control y de acción mucho más profesionalizados.
Este grupo de empresas están preocupadas por la Bioseguridad, por la calidad de los productos que ofrecen y por los costos que le generan sus animales enfermos.
A modo de reflexión, siempre es importante situarse en el contexto y los desafíos que afronta el sector productivo porcino.
Teniendo en cuenta que las condiciones sanitarias son muy buenas en nuestro medio por tener el estado libre de PRRS (Síndrome Respiratorio y Reproductivo Porcino), Peste Porcina Clásica y Africana, PED (Diarrea Epidémica Porcina), muchos productores pequeños y medianos no son conscientes de esta condición.
Esto queda demostrado porque durante estos años de bonanza han adoptado innumerables tecnologías tanto en instalaciones cómo en productos y procesos, pero todavía no pueden tomar medidas para generar previsibilidad y solidez en cuanto a la bioseguridad y mucho menos poder valorar su impacto económico. Lo mismo ocurre al momento de diseñar e implementar los planes sanitarios, incluso muchos productores que superan las 500 madres y que ya rompieron el techo de los 3.000 Kg de carne/hembra/año, aún cuestionan los protocolos de vigilancia y gestión de la sanidad.
Entonces creo que nuestros esfuerzos como profesionales veterinarios deben enfocarse en demostrar, día a día, a los propietarios de las granjas que existe una estrecha relación entre sus acciones preventivas y de planificación, con el impacto productivo y económico de las enfermedades en la granja.

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