Para continuar, suscribite a Motivar. Si ya sos un usuario suscripto, iniciá sesión.
SUSCRIBITE Con más de 200 años de historia, la actividad hípica del Turf ha sabido combinar sus dos caras fundacionales: el deporte y la industria que se genera en torno al caballo.
El sector argentino es reconocido internacionalmente, contando con una condición de privilegio como cuarto productor mundial, líder indiscutido en América del Sur y responsable de casi un 10% del parque caballar global.
Más allá de esto, la actividad atraviesa un período de transición similar al que se vive en Estados Unidos, Inglaterra o Japón, respecto de la caída no solo en la cantidad y valor de los premios, sino también en la necesidad de modernizarse.
Vale decir que en esos países los gobiernos apoyan a la actividad por ser sustento de mano de obra irremplazable por máquinas, entre otras tantas virtudes, situación que ocurría también en Argentina hasta que la gobernadora María Eugenia Vidal decidió recortar en un 25% el Fondo de Reparación que recibía la industria hípica provincial, algo así como unos $300 millones.
Claro que esto no fue todo, ya que la dirigente anunció el envío de un proyecto de Ley para eliminar un “subsidio”, tal como Vidal lo definió, que en este 2018 hubiera sido de un total de $1.300 millones.
En contraposición, desde la actividad privada explican que el Fondo de Reparación no es un subsidio, sino que es un mecanismo compensatorio basado en fondos generados por los “tragamonedas” que también funcionan en Hipódromos, Casinos y Bingos de la provincia.
Para ser más gráficos: previo a la intervención de la gobernadora Vidal, estos “tragamonedas” generaban una facturación de $15.000 millones al mes, suma que deja un porcentaje a manos de los apostadores, en concepto de premios, y otro (inferior) se destinaba exclusivamente al Premio Hípico. Para darnos una idea de la importancia de esto, vale con graficar que si una Carrera entregaba $100 mil (aportados por los Hipódromos), el Premio llegaba a los $200 mil con el ingreso por el mencionada Fondo para unos y “subsidio” para otros.
La preocupación
Validando que son los Premios el instrumento que derrama ingresos a los propietarios de los caballos y a todos los profesionales y trabajadores vinculados con la actividad, es lógico entender el reclamo de quienes ven en esta decisión un duro golpe a la actividad. “Cuanto mayores son los premios, mayor será la inversión que se realice en toda esta industria”, suelen explicarnos los veterinarios privados que también forman parte del sector y que siguen con preocupación las decisiones que se puedan llegar a tomar en el corto plazo.
Más aún cuando el pasado 25 de abril se presentara un proyecto de Ley por parte del oficialismo para generar una nueva Ley de Turf, derogando la 13.253 vigente con el fin de “adecuar y modernizar la normativa”.
“Se prevé también la eliminación progresiva de subvenciones, teniendo en cuenta que el Estado provincial debe procurar un equilibrio en cuanto al cumplimiento de sus roles asistencialistas, ya que los ingresos generados por el juego se destinan a fondos sociales como la educación, salud y seguridad, entre otras”, se asegura en la propuesta.
Allí también se insta a que sea el Instituto Provincial de Lotería y Casinos “el que asigne hasta el mes de diciembre de 2019 fondos provenientes del porcentaje previstos para el Fondo Provincial de Juego (FO.PRO.JUE) a transferencias destinadas a atender las erogaciones que demanden actividades hípicas y afines, atendiendo a razones de mérito, conveniencia y oportunidad”.
Vale decir que, inicialmente se asignaría 9 puntos del Fondo Provincial y se reducirá a un punto del aludido porcentaje de manera bimensual.
Más allá de la mala noticia que representó este Proyecto de Ley entre los actores de la actividad hípica, el documento también propicia que “para mejorar los ingresos y las bolsas de los premios de los hipódromos de la provincia de Buenos Aires y de los dueños de los caballos de carrera, se propone la implementación de un cobro de inscripción a las Carreras de Clásicos de Grupo y Listado de los Caballos Sangre Pura de Carrera”. Asimismo, se propone otorgar exenciones impositivas a toda la red de ventas de apuestas y se invita a los municipios a acompañarlos con el fin de promover el deporte.
¿Una curiosidad? El proyecto oficial sostiene que “los subsidios a entidades gremiales e instituciones afines a la actividad hípica se entregarán a aquellos que reclamen asistencia para el cumplimiento de sus fines específicos”. Sin duda un punto que deberá ser profundizado en el debate.
¿Cuál es el peso de la actividad?
Más allá del malestar con el término “subsidio”, en el sector privado también caen mal las expresiones no solo vertidas públicamente por María Eugenia Vidal, sino también en el proyecto de Ley en cuanto a que se trata de un sector ligado “al juego”. Frente a esto la industria ha difundido recientemente que, de la masa de ludópatas reportados en nuestro país, solo el 2% asiste frecuentemente los hipódromos. Además y diferenciándose claramente de los juegos de casino, como los tragamonedas (sector al cual volvería ese porcentaje que se le resta una industria hípica), la actividad emplea de manera directa a unos 100.000 trabajadores.
Como dicen tranqueras adentro, por cada uno de los 8.000 caballos que nacen en nuestro país, hay 10 personas trabajando junto a él para que llegue en condiciones al período de entrenamiento.
Ya en esta etapa, nuestro país dispone de 15.000 ejemplares que compiten en los distintos hipódromos.
Concentrada hoy mayormente en la provincia de Buenos Aires, pero con presencia también en Córdoba, Entre Ríos y Santa Fe, la actividad alcanza el 8,7% del Producto bruto agropecuario y el 18,2 del Pecuario.
Una definición inminente
Si bien es cierto que, tanto desde el gobierno bonaerense, como de Lotería de la Provincia, se ha mantenido un diálogo fluido con los representantes de la industria del Turf, el desenlace estaría lejos de ser consensuado entre las partes.
Mientras tanto, los profesionales y trabajadores ligados a la actividad miran con atención cómo se desenvuelve el conjunto de los actores, con el objetivo de que la actividad siga adelante.