Horacio Gamero, gerente de Producción de Granja Tres Arroyos, apeló a una analogía con la Fórmula 1 para describir el rendimiento de los pollos en las granjas de integrados. “Si no calentamos bien las cubiertas, es difícil ganar la carrera”, disparó en el panel sobre productividad que cerró el encuentro organizado por Cátedra Avícola, en la Bolsa de Comercio de Cereales de Buenos Aires.
El médico veterinario, Yari Lucerna, de Granjas Carnave, también resaltó algunos de los puntos a tener en cuenta para mejorar los niveles de productividad.
“Aún no tenemos las claves para lograr esos mejores resultados, pero hay muchos caminos que podemos tomar para enfrentar el desafío. El manejo es uno. El ambiente, la bioseguridad y las instalaciones también deben tomarse en cuenta. Y tanto la sanidad, como la nutrición son los factores más importantes”, detalló.
Calentando motores
“En cuanto a resultados, Argentina está lejos de otros países de la región y muchos al exponer los números lo primero que dicen es “no, es mentira”, comentó Gamero.
“Solemos justificar los bajos rendimientos en el nivel de humedad de la provincia de Entre Ríos. Sin embargo, en la zona de Paraná, Brasil, obtienen muy buenos resultados con las mismas condiciones climáticas”, comparó el profesional y siguió: “La primera semana es clave para la productividad, y no solo la primera semana del pollo en la granja, sino lo que hacemos en la semana previa a que llegue ese pollo, como lograr temperatura, es decir, calentar la cama entre 36 y 48 horas antes”.
A su vez, Gamero repasó un ABC para lograr los 33 °C promedio que debe tener cada granja como temperatura optima.
“La carrera comienza antes de que llegue el pollo a la granja. En los primeros 21 días de vida el pollito no maneja su temperatura corporal por lo que se debe tener muy cuenta la temperatura, porque si tiene frío, no come y si no come, no se desarrolla”, afirmó. “Una de las prácticas que recomiendo para mejorar este punto es invitar a los integrados a que a las 24 horas de llegado los pollos, maten cuatro o cinco al azar y le midan el intestino, puede haber hasta 5 cm de diferencia en su largo, y esas diferencias tiene que ver que por frío, muchos no consumieron, por ende, no se desarrollan de forma optima y eso que se perdió el primer día, jamás se recupera”.
En lo que tiene que ver con infraestructura, Lucerna señaló que, hay que prestar atención a las pérdidas de agua, porque plumón que se moja plumón que no cumple su función. El galpón que es la casa del pollito y debe estar aislado, para que el ambiente no pierda temperatura. Para el gerente de Granja Tres Arroyos, hay que empezar a actualizar los galpones y por ende, hay que lograr que todos sean iguales para que la gente sepa usarlos.
Hoy el promedio de edad para 364 granjas bajo análisis da 57 años, debe venir un cambio generacional con un cambio de las granjas porque están totalmente amortizadas. “Entre aquellos empresarios que tienen hijos que piensan continuar deben plantearse si van a invertir en serio o recurrir a inversores fuera del sector. Hay que lograr que los galpones sean herméticos y eficientes. A su vez, aquellos de ambientes controlados tienen como principal costo la energía y por ende, hay que lograr que sean eficientes. Si van a incorporar nuevos motores, que no sean azules porque son hasta 26% más costosos que los motores verdes”, ejemplificó Gamero y cerró: “Sin embargo, no vamos a tener 1,6 de conversión, solo con esto, porque 1,6 es excelencia, y para eso hace faltan integrar todos los caminos. Al visitar un galpón, debo encontrar pollitos jugando, otros comiendo e incluso algunos pueden estar durmiendo, pero lo importante es hacer un seguimiento constante para ganar la carrera”.