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REPERCUSIONES DE LA EXPO BUFALO OTOÑO 2018

Búfalos: “Es un momento bisagra para pasar de 50.000 a 80.000 vientres”

En solo cinco años, la producción podría trepar lo suficiente para abastecer las 200 toneladas de Cuota Hilton, que tiene asignada la industria, y generar nuevos focos comerciales en los principales centros urbanos.
Por ING_ P_ A_ MARCO ZAVA 1 de mayo de 2018 - 00:40
Situación. Nuevos jugadores ingresan a la producción. Situación. Nuevos jugadores ingresan a la producción.

No hay en el mundo remate de búfalo que supere las 300 cabezas a excepción de lo que ocurre desde hace 18 años en la Expo Búfalo Otoño.
En la última edición, los pasados 20, 21 y 22 de abril, el predio de la Sociedad Rural de Corrientes fue testigo de un récord absoluto, cuando al cabo de solo cuatro horas, se remataron 1.530 cabezas bajo un sol abrasador que llevó la temperatura hasta los 40 °C.

EL MUNDO COMO ESPEJO

En Brasil se produjo una proliferación importante de industrias lácteas bubalinas de gran escala. En el Norte, mediante fuertes inversiones, un grupo empresario comenzó a producir carne y leche, y quizás llegue a ser el productor de mayor escala del país.
En Colombia, desde 2010 a la fecha la población bubalina se triplicó, alcanzando hoy como mínimo las 700.000 cabezas. El mayor crecimiento se dio en zonas casi improductivas, con campos bajos y clima tropical muy húmedo.
En los últimos ocho años en Costa Rica, Guatemala y Panamá se ha triplicado la población de búfalos mediante la retención total de hembras. En estos países, los búfalos, pasaron de ser animales de trabajo a ser de triple aptitud: carne, leche y trabajo. Lo mismo ocurrió en el sur de México y en el estado de Florida (EEUU). En Costa Rica, de 3.000 pasaron a ser 10.000 los búfalos. En México, de 12.000 a 45.000.

El número representa el corolario de lo que sucedió en noviembre, en un remate realizado en Riachuelo, Corrientes, donde solo llevó 50 minutos vender 750 búfalos. Lo mismo ocurrió un mes más tarde, en la también correntina Caá Catí, con 1.130 ejemplares de todas las categorías y un ritmo que evidenció el interés de los compradores y donde incluso se pudo ver a nuevos criadores.
Una de las razones de estos números es la presencia de actores que empezaron a trabajar con búfalos en los últimos cuatro o cinco años.
A su vez, las condiciones climáticas extremas en zonas del Norte de Corrientes y el Chaco, sumado a un aumento de los insumos que pesaron en campos de regulares para abajo, el búfalo pasó a ser una alternativa en suelos con volumen de pasto, pero de baja calidad.
Los valores del remate, arrastrados por la situación de los precios en los bovinos, se vieron a la baja. Los precios máximos estuvieron en los promedios del año anterior. Sin embargo, se vendieron todas las cabezas en poco más de tres horas.
Entre las crecientes y la relación costos-productividad es donde se abrió camino el búfalo en los últimos cinco años.
Aún no hubo un aumento considerable en el número de cabezas, que pasó de 120.000 a 140.000 en los últimos cinco años, pero sí de cantidad de criadores, pequeños y sobre todo medianos, tanto en Chaco como en Formosa.
A su vez, hay una mayor interacción entre el criador, el invernador, el cabañero, los dueños de frigoríficos e incluso algunos carniceros que alquilan o compran campos para sumar búfalos a su cadena comercial.
Hasta ahora el sector tuvo un crecimiento paulatino, pero lo que ha generado el aumento del número de criadores es el resultado del factor “plata”. Luego, eventualmente, llegará el enamoramiento con el animal. A pesar de las cifras elocuentes, aún se ve lento el crecimiento que dependerá de los propios empresarios agropecuarios. En la medida que los productores retengan las hembras –tienen niveles de preñez del 85% en el Norte del país- el crecimiento será geométrico.
Hay empresas que ya lo están haciendo, mientras que otras aún están estudiando el mercado y solo sostienen el número de rodeos.
La clave pasa por el aumento de la escala y este es un momento bisagra para el búfalo. Si a partir de ahora, se incrementa la retención de hembras, en solo cinco años, podemos hablar de 80.000 vientres en producción, desde los 50.000 actuales. Eso desde el punto de vista del sector sería muy importante, porque se puede pensar en un pool de exportación para abastecer la cuota Hilton que, hoy, son 200 toneladas asignadas que aún no se cumplen en su totalidad. A su vez, se podría hacer más foco para la venta en los centros urbanos.

El bubalino en la mesa de los argentinos
En la capital correntina el dueño de una red de carnicerías vende carne de mamón búfalo como speciality, con muy buena demanda. A su vez, en la provincia, hay bufaleros que abarcan todos los eslabones de la cadena productiva, desde la cría hasta la venta de cortes frescos y de distintos tipos de quesos, tanto en locales propios, como en supermercados.
En Corrientes, Formosa, Misiones y la Ciudad de Buenos Aires, durante el 2017, se han realizado importantes eventos promocionando la calidad de la carne de búfalo. Es una excelente manera de alentar la expansión de esta industria y difundir el conocimiento sobre la especie.
Formosa, donde está la mayoría de los criadores de mayor escala, tiene la población más numerosa con unas 47.000 cabezas. En Argentina se estima una población de 140.000 cabezas, localizadas en 11 provincias. Después de Formosa, le siguen Corrientes (35.000), Chaco (13.000) y Entre Ríos (5.000).
Pero también en Córdoba, desde hace unos dos años, se incorporó a la ganadería con búfalos tanto entre productores del Norte (cuenca del Río Dulce) y del Sur (bajos de Laboulaye), como del Este (bajos sub-meridionales) y del Oeste (Sierras).
A su vez, la actividad bubalina está difundida en toda la provincia de Misiones, con una población estimada de 3.000 a 4.000 cabezas.
En general son pequeños y medianos productores, que los destinan a producción de carne, salvo pocas excepciones, que suman la producción lechera.
Hay criadores de búfalos que han comenzado a producir leche y quesos en sus establecimientos en pequeña escala, dejando leche para las cría (un cuarto de ubre en un caso en Chaco y dos cuartos en otro caso en Misiones).
Esto puede marcar el inicio de una tendencia sostenida.
El búfalo tiene un potencial enorme tanto en el NEA como en el NOA.
En la región central de la Argentina se han desarrollado proyectos de lechería con quesos de excelente calidad. Primero fue un establecimiento en Torres (Luján), provincia de Buenos Aires. Y actualmente hay un establecimiento lechero bubalino agro-industrial con tecnología de última generación ubicado en Las Flores (Buenos Aires), que vende sus quesos gourmet en CABA.
También se trabaja con búfalos en feed lot, como sucede en Ameghino (Buenos Aires) y Villa Mercedes (San Luis). Existe en Misiones un proyecto a ejecutar este año con dinero proveniente del Fondo Especial del Tabaco, para incorporar a 10 pequeños productores en la actividad de la lechería bubalina. Con el objetivo de dar una alternativa de diversificación productiva, rentable y que utilice la mano de obra familiar. Una vez ejecutados los fondos se creará una Cooperativa para que nuclee a los mismos y se elaborará y comercializará los productos a través de dicha cooperativa.
Los caminos que trazan el crecimiento de la actividad son muchos, el desafío es que los productores decidan tomarlos.

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