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ASOCIACION ARGENTINA DE INMUNOLOGIA VETERINARIA

Cápsides virales vacías, candidatos vacunales Opinión

1 de mayo de 2017 - 00:15

Opinión

Juan Bidart (1) y Patricia Zamorano (2)
1. Conicet
2. INTA y Universidad del Salvador

Durante la infección viral es posible aislar partículas vacías enteras, en diferente proporción, según la cepa. Las cápsides vacías naturales son capaces de unirse a células susceptibles y han demostrado poder inducir anticuerpos neutralizantes.
Las cápsides virales son la cubierta proteica, o envoltura, que encierra el genoma de un virus.
A mediados de la década del 60, el Dr. Bumberg y su equipo descubrieron e identificaron las primeras partículas virales sin genoma, correspondientes a cápsides del virus de la hepatitis B (VHB).
Posteriormente, comenzaron a producirse y caracterizarse VLPs originadas a partir de virus provenientes de microbios, plantas, insectos, y mamíferos.
El objetivo de estos estudios era utilizar estas partículas para distintos propósitos, desde el estudio de ensamblaje de virus y su estructura, hasta para la producción de vacunas comerciales humanas y de animales.
Las VLPs son estructuralmente similares al virus del que derivan, pero no son infectivas; estimulan la respuesta humoral y celular de una manera muy similar a la que el patógeno lo hace.
Existen muchas ventajas en el uso de las VLPs como vacunas ante las vacunas convencionales formuladas con virus vivos atenuados o muertos.
El virus atenuado presenta el riesgo de una reversión a un fenotipo patogénico.
Además, se requieren complejas y costosas instalaciones para la producción y purificación del virus, no sin el riesgo de que ocurra un escape. Por último, se hace imposible discernir entre los anticuerpos (Ac) producidos por un individuo infectado de uno vacunado.

Paso a paso
Conforme avanza el estudio sobre vectores y sistemas de producción se van desarrollando diversas maneras de construcción y expresión de VLPs. Hasta el año 2013 se reportaron la producción exitosa de 174 distintos tipos de cápsides vacías, en diversos sistemas: bacteriano (28%), levaduras (20%), líneas celulares procedentes de insectos (28%), líneas de mamíferos (15%) y en plantas (9%).
• Sistema Bacteriano: diversas cepas de Escherichia coli y sus vectores asociados. Funciona para VLPs desnudas. Es un sistema barato y fácil de producción. Desventajas: falta de modificaciones postraducionales (MPT) y presencia de lipopolisacáridos. Un ejemplo es la producción de VLPS de Virus de la Fiebre Aftosa (VFA) cepa A12.
• Levaduras: puede producir VLPs desnudas o envueltas. Este sistema resuelve el problema de las MPT, aunque no para todos los casos. Y tienen menor rendimiento que con E. coli.
• Células de Insectos: utilizando el vector baculovirus para insertar la información genética en las células. Tiene un rápido crecimiento, se pueden preparar grandes cantidades de cultivo y las MPT son similares a las de las células de mamíferos. El Dr. Cao y su equipo han producido exitosamente cápsides vacías de VFA cepa Asia1 en esta plataforma. Recientemente se ha utilizado la plataforma de expresión de baculovirus-gusano de seda que es barato y asequible. Grandes cantidades de VLPs de VFA serotipos: Asia1 y A han sido producidos de esta manera.
• Líneas celulares de mamífero: es el elegido para producir proteínas recombinantes en las industria farmacéutica. Como ventajas tiene el correcto ensamblado y MPT de las proteínas, pero es un sistema costoso. Por ejemplo: producción en células 293-6E de VLPs de VFA cepa A/Arg/01.
• Plantas: se ha demostrado la producción de vacunas antigénicas en diversos Organismos Vegetales Genéticamente Modificados, como: tabaco y papa, estos son capaces de expresar cápsides vacías. La principal desventaja reside en el bajo nivel de proteínas que producen.
Se han desarrollado muchos esfuerzos para diseñar VLPs que tengan más características de provecho, tales como mejoras en la estabilidad, la diversidad de antígenos que pueden colocarse sobre su superficie, y la capacidad de provocar la respuesta inmune. Si bien las VLPs son muy estables, las cápsides vacías que puedan soportar variaciones de temperatura, pH y otras condiciones pueden ser ventajosas durante la producción, manufactura y distribución de las mismas.
Asimismo, se han desarrollado VLPs quiméricas, que llevan grandes antígenos foráneos o múltiples y diversos epitopes, dependiendo las necesidades específicas de la vacuna; por ejemplo VLPs conteniendo Flt3 (factor de crecimiento de células dendríticas) aumenta la inmunogenicidad de la VLP. También, utilizando modelos computacionales se han generado modelos de VLPs plausibles de ser candidatos vacunales.

Variedad
Existen varias otras aplicaciones para las VLPs, principalmente como transporte o “carriers” tejido-específico. De esta manera las cápsides vacías se pueden utilizar para llevar drogas quimioterapéuticas, nanopartículas y, transporte de ADN y ARN de interferencia.Varios ensayos en gran estado de avance y en diversas fases clínicas para utilizar VLPs quiméricas en el tratamiento de enfermedades no infecciosas y autoinmunes, estas partículas virales pueden producir Ac dirigidos a auto-antígenos tales como: β-amiloide (enfermedad de Alzheimer), angiotensina II (hipertensión), etcétera.
Hasta el momento la Administración de Alimentos y Medicamentos de los Estados Unidos (FDA según su acrónimo en inglés) ha aprobado el uso clínico de vacunas basadas en la tecnología de VLPs para su uso en humanos, para el virus de hepatitis B (VHB) y para el virus del papiloma humano (HPV).
Mientras que en el ámbito veterinario se aprobaron dos vacunas contra el Circo Virus Porcino del tipo 2 (PCV2). Asimismo, varios proyectos vacunales se encuentran en distintos estadios de fase clínica, entre ellos: HPV, Hepatitis C, Virus de la inmunodeficiencia humana 1 (HIV1), Parvovirus Humano, Virus de Influenza A, Virus Norwalk, Síndrome Respiratorio Agudo Grave-Coronavirus (SARS-CoV según su sigla en inglés), entre otros.
En resumen, las VLPs se muestran como una gran oportunidad, no solo en el campo de las vacunas, sino como una gran herramienta para diversos propósitos: estudio del ensamblaje de virus y de la respuesta inmune a los mismos y tratamiento de diversas condiciones clínicas, como “transporte”. Aunque, quedan por sortear varias dificultades, la más importante de ellas: el desarrollo de un sistema de producción asequible y de bajo costo de las cápsides vacías.

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