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LA PRODUCCION DE CERDOS, COMO PARTE DE UNA ESTRATEGIA INTEGRAL

Manejo de costos y agregado de valor, claves en la estabilidad del negocio

Fernando Garófalo, coordinador del Diplomado de la Cadena de Valor Porcina que se dicta en la UNVM, Córdoba, comparte la experiencia que lleva adelante con más de 40 empresas del rubro.
Motivar | Luciano Aba
Por Luciano Aba 29 de febrero de 2016 - 23:32
Garófalo. “Proponemos generar negocios en función del cerdo”. Garófalo. “Proponemos generar negocios en función del cerdo”.

No podemos desconocer que los valores actuales de la carne bovina permiten un “colchón” importante a favor de cadena comercial del cerdo; más allá de lo cual resulta imprescindible que los esquemas productivos porcinos sean eficientes; con buenos índices productivos y rindes que permitan negocios rentables”.
Esta fue tan solo una de las conclusiones que el M.V. Fernando Garófalo, coordinador del Diplomado de la Cadena de Valor Porcina que se dicta Universidad Nacional de Villa María, Córdoba, compartió con MOTIVAR en el marco de una entrevista realizada a fines de febrero.
“Asesoro de forma privada solo en criaderos de cuya construcción formo parte, con la propuesta de generar negocios en función del cerdo”, nos explicó quien también se desempeña como docente de la Facultad de Ciencias Veterinarias de la UNLPam.
Vale decir que Garófalo lleva adelante un grupo con más de 40 empresarios, cuyos establecimientos se encuentran en Córdoba, Santa Fe, Buenos Aires y La Pampa. “Ninguno de ellos se dedica solamente a producir cerdos, aunque sin dudas ese es un eslabón central en el resto de la estrategia”, mencionó el profesional. Y agregó: “Estas empresas integran su actividad hacia atrás (siembra de cereales o plantas de alimentos balanceados) y hacia adelante (frigorífico, carnicería o distribución). El principal objetivo es que no sean tomadores, sino formadores, de precio”.

Instalaciones. La inversión es clave para lograr resultados. Instalaciones. La inversión es clave para lograr resultados.

MOTIVAR: ¿Cómo describiría la actualidad de estas empresas?
Fernando Garófalo: Estuvieron muy bien en los últimos años, están muy bien actualmente y lo estarán en el futuro. básicamente porque no dependen del valor de mercado, sino de la decisión de trabajar sobre el manejo de costo y agregado de valor, variables estratégicas para lograr la estabilidad del negocio.
Se trata de un grupo en el cual se fue modificando la forma de pensar y abordar el negocio: son todos empresarios capaces de producir cerdos, pero también de evaluar oportunidades e interpretar el mercado.
Desde lo operativo, ¿en qué tareas están trabajando en estos meses?
Teniendo en cuenta que el esquema que proponemos necesita un flujo constante de mercadería, podemos decir que no existe una metodología de trabajo basada en la estación o los meses del año, sino en el manejo semanal y la concreción rutinaria de tareas diarias.
En lo productivo, una clave a destacar es la posibilidad de salir del concepto de la clínica médica antigua –por medio de la que nos focalizábamos en los individuos enfermos- para avanzar hacia una clínica moderna, para la cual se requieren más conocimientos orientados a preparar las bases inmunitarias (prevención, bioseguridad, etc) de la producción en sí misma.

Galpones. Apuesta a la intensificación. Galpones. Apuesta a la intensificación.

En este punto, el ideal sería trabajar en función de programas de vacunación protocolizados, que permitan seguir una estrategia consensuada no solo con el dueño, sino también con los operarios de la granja. De aquí, la importancia de que los veterinarios le demos a nuestra participación en esta actividad una impronta más ligada con el tratamiento de los recursos humanos, la capacitación y la resolución de conflictos, por ejemplo.

¿Cuáles son hoy las principales enfermedades a prevenir?
Cuando nos referimos al concepto de “prevención” solemos hacer foco en cuestiones generales del criadero o particulares, ligadas a la sanidad de la madre. Sin embargo, deberíamos ponerle cada vez mayor énfasis a la preparación específica de la cachorra, fundamentalmente si se trata de reposición externa. El desafío es trasladarles la inmunidad que hemos logrado en el establecimiento.
Mucho de esto se logra con manejo, pero también a partir de la puesta en marcha de programas de vacunación que, en un primer momento, avancen sobre la exposición inicial de esos animales a los antígenos propios de nuestro criadero.
Garofalo Luego, el desafío pasará por generarle al sistema de esa hembra una memoria inmunitaria y así -a medida que avancen los servicios- lograr una amplificación de anticuerpos favorable a nuestra estrategia.
Vale decir también que, si bien solemos pensar en la inmunidad de la cachorra per sé (clínica antigua) y a medida que se suceden los partos, el esquema irá beneficiando la inmunidad pasiva calostral. Es clave terminar de entender que diversas problemáticas sanitarias que se hacen visibles en el lechón al destete, pudieron ser prevenidas con acciones como las mencionadas. En definitiva: si vacuno y tengo altos títulos de anticuerpos en las madres, luego no tendré que trabajar sobre la terapéutica de los lechones, la recría o el engorde.
¿Y en cuanto a la construcción de los criaderos? ¿Cuál es la clave?
En lo personal apuesto por trabajar de forma intensiva, bajo galpón.
De hecho, nuestro equipo ha desarrollado la tecnología del monovolumen intensivo porcino, proyecto al que este año se suma la posibilidad de industrializar (producir en serie) los criaderos. Esto nos permitirá reducir los costos y tiempos, contando inclusive con la financiación directa por parte de dos bancos que contemplan el perfil del productor porcino.
¿Qué contexto percibe para la producción primaria, no integrada?

Nacional. El monovolumen intensivo porcino avanza hacia la etapa industrial. Nacional. El monovolumen intensivo porcino avanza hacia la etapa industrial.

Es innegable que la quita de retenciones hará subir el precio del maíz, impactando esto directamente en un aumento del costo de producción.
Esto sin dudas llevará a que la actividad siga avanzando, aunque no ya con los mismos márgenes que en el pasado.
Seguramente aquellos que criaban cerdos en sistemas ineficientes y ganaban plata, dejarán de hacerlo. Aunque claro, esto no implica necesariamente que la producción esté cayendo o no haya cada vez más demanda. El problema lo tendrá quien sea ineficiente y siga trabajando sin realizar análisis de costos.
Visualizo una época de crisis, pero también de oportunidades.
Podemos seguir creciendo en madres, para lo cual necesitamos avanzar en un proceso de industrialización de la cadena porcina, sustentado en un modelo local, pensado por profesionales locales para productores locales.

¿Se sumará este perfil de productor al trabajo que ustedes proponen?
Eso es muy difícil de asegurar. Lo cierto es que lentamente el precio del cerdo irá subiendo, lo cual abrirá nuevos contextos, tanto frente a la competitividad interna con la carne bovina, como también externa en relación al posible ingreso de productos desde Brasil. Frente a esto, el productor que solo produce y es tomador de precio, se muestra en una situación de debilidad que podría afectar las inversiones que verdaderamente se requieren para crecer.

¿Habrá oportunidades laborales para los veterinarios?
Sin ningún tipo de duda, se presentarán nuevas propuestas y desafíos para los profesionales. Aunque será imprescindible que los veterinarios se muestren más cercanos a trabajar con análisis de costos y beneficios sobre las acciones que proponen, así como con respuestas y explicaciones concretas en relación a los motivos de sus decisiones. Debemos siempre tener en cuenta los resultados biológicos que perseguimos en los animales, pero también los económicos ligados a la empresa. Es decir que, además de ser eficaces, deberemos ser eficientes y lograr los objetivos al menor costo posible.
El veterinario es central y debe estar al tanto que ya no es suficiente que de 15 lechones por vientres, sino que –además de hacerlo- tendrá también que destete lo máximo posible y que se puedan vender de la mejor manera posible.

POSIBILIDADES Y DESAFIOS PARA LA ACTIVIDAD PORCINA

“Será necesaria una mesa nacional de carnes”

JUAN LUIS UCCELLI

Presidente de la Asociación Argentina
de Productores de Porcinos

Durante mucho tiempo, la producción porcina en la Argentina fue considerada una actividad complementaria de la agricultura y de la propia ganadería, que no registraba un mercado atrayente, más allá de la elaboración de chacinados.
En la década del 90, la apertura al negocio internacional le provocó a nuestro mercado una necesidad de adaptación que tuvo un alto costo: más de 4.000 establecimientos cerraron sus puertas.
Ya en 2003, la oferta total de carne porcina fue de 210.857 toneladas, mientras que en 2014 ascendió a 545.125 (+158%). No obstante, si se analiza la producción local, es posible observar un incremento del 264% en contrapunto con una caída de importaciones que, en 2003 representaban el 31% del consumo y que el año pasado no superó el 3% del mismo).
A partir de 2012, el crecimiento de la producción local fue más significativo que la importación, razón por la cual en esos años debería haberse logrado el tan “ansiado” autoabastecimiento, pero no se logró. En 2015, con el aumento de los primeros tres meses, el crecimiento superó la importación de todo el año.
Pero ¿hacia dónde apunta el aumento de la producción? Desde la Asociación, siempre lo indicamos: se dirige al consumo de carne fresca y así lo seguirá haciendo, porque es posible que Argentina continúe importando productos para una industria chacinadora.
Lo que debemos hacer en nuestro país es mejorar la balanza comercial y exportar en divisas, más de lo que importamos. Si se tiene en cuenta la tasa de crecimiento del último lustro y se traza una proyección para los próximos cinco años –incluyendo el actual–, podemos estimar que en 2019 la producción local superaría las 850.000 toneladas.
No obstante, para exportar carne vacuna debe lograrse un determinado animal, más pesado que el ofrecido en el mercado actual. Esto llevará a una retención de animales para darles más kilos y provocará la falta de carne en el plato de los argentinos como consecuencia inmediata. Para evitarlo, será necesario el armado de una mesa nacional de carnes del sector privado, que proponga estrategias de acción para consensuar con los políticos de turno.
Asimismo, el Estado debe incentivar la apertura de líneas de crédito con tasas accesibles si se quiere expandir la porcicultura. Históricamente, este sector creció sin crédito y recién en los últimos años hubo algunas líneas concretas que reflejaron en el aumento de la producción. Pese a todo, lo de “todo tiempo pasado fue mejor” no se adecúa en nada a la situación que atraviesa el sector porcino nacional, ya que no sólo tenemos un presente muy bueno sino que, además, se avizora un futuro productivo más que interesante.

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